"Celos"

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Aquella mañana un día antes de la fecha Arturia propuso celebrar el cumpleaños de Shirou en la mansión de los Tosaka con cena y todas esas formalidades de un cumpleaños. En cuanto se propuso la idea a cierto rey dorado no le gustó para nada y se opuso tanto como si peleará una guerra.

—¿Y por qué celebrarle el cumpleaños a ese plebeyo? ¿qué puede tener el de especial?— expresó con indiferencia
—Rey de los héroes, ese "plebeyo" como lo llamas es mi Master y si te atreves a ofenderlo a el es como ofenderlo a mi— aunque eran evidentes los celos Saber pensó que tal vez el rey dorado se comportaba tan egocéntrico como siempre y que después apoyaría la idea
—Bueno, bueno, sigamos planeando para repartir tareas que les parece— interrumpió Rin mientras ponía su mano en la mesa.

Y se repartieron tareas
Saber y Gilgamesh se harían cargo de comprar todo lo necesario y de decoración
Rin y Sakura se encargarían de la comida y Archer se haría cargo de la tarea más importante... Distraer a Shirou para que no se diera cuenta.

Todos trabajaban muy bien, Archer pasó aquél día con Shirou mientras Sakura y Rin se proponían ideas para la cena y comenzaban a cocinar. Los únicos que no trabajaban tan bien como se pensaba eran los rubios iban a tienda tras tienda pero todo aquello expuesto como idea era denegado por Gilgamesh.

—¿Qué tal si ponemos de éstos globos y— nuevamente fue interrumpida
—Se vería muy, simple Saber deberías usar más el cerebro— al borde del colapso Saber le aventó su pequeña bolsa de tela con el dinero en la cara
—Si nada te parece porque no lo escoges tú y yo decoró, ya no tenemos tiempo y como siempre tu egoísmo no te permite ayudarme por una maldita vez en esta existencia— dicho lo anterior salió totalmente molesta.

El rey dorado suspiro, pensaba que para ser un rey y una digna guerrera no sabía captar indirectas. Aún así compro los adornos más vistosos y del gusto de un rey y después salio cargado de bolsas. Saber lo miro extrañada pero aún así no protesto y camino con el hasta la mansión Tosaka y al llegar aún con su protesta de silencio comenzó a decorar el comedor.

Sakura salió para ver cómo estaba quedando y soltó una expresión de sorpresa al ver aquellas hermosas y tan finas decoraciones.
—No creo que a Shirou-senpai le guste una decoración tan extravagante pero realmente es bonita Saber
—No la escogí yo— respondió seca mientras seguía agregando globos
—¿Usted los escogió?— dijo amablemente Sakura dirigiendo su mirada al rey dorado
—Son gustos de un rey, no lo entenderías— la pelimorada se limitó a reír para después regresar a la cocina.

Al términar Saber pasó su mano por su frente y suspiro mirando su trabajo.
—Bueno, iré a ponerme presentable— eso encendió de forma más profunda los celos del rey dorado que de inmediato protesto
—¿Irás a bañarte y a ponerte como una mujerzuela para ese bastardo?— la rubia simplemente suspiro y se dirigió a la salida
—En las cenas de cumpleaños, de cualquier época...todos los invitados hacen un esfuerzo para verse presentables con el fin de honrar al festejado. Voy a ponerme presentable y te invito a que hagas lo mismo.

Al rubio si le caía mal aquél miserable o así lo denominaba el e incluso podría decir que lo odiaba, pero su única molestia en ese momento era ver cómo Saber la mujer que tenía carácter de témpano se derretía tan fácilmente por un...un mestizo, un miserable y sucio mestizo.

Y así llegó la hora, toda una mesa llena de comida y en el centro un enorme y muy bien decorado pastel que tenía un letrero que decía "Feliz cumpleaños Shirou". Saber llevaba un vestido nada provocador pero muy hermoso con colores azules y detalles dorados, todos dignos de un rey y de solo verla el rey dorado apretaba el puño y la mandíbula esperando el momento en que acabará esa estupidez para poder largarse y no tener que ver a su leona llendo detrás de un mestizo.

Todas las luces estaban apagadas mientras se escuchaba como Shirou y Archer entraban por la puerta
—¿Eh? ¿Acaso no hay nadie Archer?— pregunto con inocencia Shirou
—No lo sé.

Y al llegar al comedor se encendieron las luces
—¡¡Sorpresa!!— exclamaron casi todos al unisono, digo casi todos porque Archer y Gilgamesh solo miraban de forma extraña aquella cena.
Shirou de inmediato se puso a abrazar y agradecer y el momento más relevante se presentó cuando se acercó y agradeció a Saber con un enorme abrazo que fue... correspondido.

Y estalló, el rey dorado salió de inmediato hecho una furia dispuesto a matar a cualquiera que pudiera pasar o atreverse a ponersele enfrente. Pero aún así se dedico a visitar un bar y beber de su propio vino ahí y mirando a todos los dolidos de amor llegar a un punto sin conciencia, todo eso le parecía patético...si el fuese un mestizo moriría de vergüenza sabiendo que se dedico a beber por...por una mujer.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no notó cuando un delgado y bajito cuerpo se sentó al lado de el en la barra.
—Mirate nada más, mezclado entre estos humanos bebiendo tu propio vino, en vez de estar en la mansión Tosaka comiendo la cena y escuchando los berrinches de Illya
—Eso suena aún peor Saber
—Porque crees que estoy aquí rey de los héroes...será que ¿hay una copa para mí?— el rubio alzó la cabeza y mostró una de las más irónicas y sinceras sonrisas que se hayan visto en la historia.

—¿Hacemos competencia de quién puede beber más?— propuso emocionado
—Porfavor rey de los héroes, ambos sabemos que siempre ganó— respondió desafiante la ojiverde.

¿Quieren saber quién ganó aquel combate?
....
Ninguno, a la mañana siguiente los dos se levantaron con las miradas de todos sus amigos clavadas en ellos

—¿Qué?— pregunto Gilgamesh mientras reía
—Ustedes de verdad no tienen vergüenza— dijo Rin mientras se recargaba en la pared
—¿Pues qué pasó?— pregunto Saber
—Saber, se pusieron a pelear a mitad de calle totalmente ebrios— los rubios se miraron y se echaron a reír. Sus conocidos decidieron dejarlos solos para que se hundieran en sus risas solos.

Aunque esa noche se habían divertido como nunca el rey dorado aún tenía muchos celos de todo lo que había presenciado en ese momento y tenía ese mal trago atorado en la garganta.
—¿Qué sucede rey de los héroes?— pregunto Saber aún con ese semblante serio que siempre carga
—Ese maldito mestizo me pone de malas, como lo miras, como lo abrazas como te preocupas por el y le organizas cenas mientras que a mí siquiera me diriges una mirada.

Fue cuando la rubia noto los celos que de hecho cualquiera podría notar a kilómetros
—¿Estás acaso celoso rey de los héroes?
—Para nada— volteó negando lo obvio para después sentir un abrazo de la rubia
—Si, Shirou es mi Master y me preocupo por el, ya que ese es mi deber y por eso mismo me preocupo que no pasará bien su cumpleaños. El aún es un humano joven y tiene el derecho a divertirse con esas cenas tontas y fiestas descontroladas pero si somos más sinceros...me divierto más contigo, aunque siempre me muestre sería realmente es una comedia estar a tu lado y vamos, creo que...puedes entenderme más que el.
—¿A qué te refieres?— preguntó aún serio Gilgamesh
—Ambos somos reyes, dimos todo por nuestra gente y por eso mismo morimos, perdimos a las personas más importantes en nuestras vidas e incluso ahora, somos los más competitivos y los más perfeccionistas. Me divierte y me siento mejor al estar a tu lado no debes sentirte celoso por una estúpidez como está.

—Y si es así ¿por qué no aceptas casarte conmigo?— dijo mirándola dulcemente
—Porque quiero hacer las cosas por mi misma, no quiero someterme a nadie. No puedo asegurarte que te amo pero si decirte que te quiero
—Dime a qué dios le tengo que pagar para que me deje estar contigo JAJAJA mi hermosa leona, sabía que en el fondo me querías
—Pero no te emociones, tal vez, solo, tal vez si puedo ser rey y esposa al mismo tiempo si, yo no voy a renunciar a nada por nadie
—Entendido mi leona— exclamó cargando a la ojiverde mientras sonreía.

El amor fluye de maneras extrañas, está era la forma de estos reyes y nada se puede hacer.

One-Shots (GxA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora