La ruptura

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La ruptura del pelirrojo y la rubia causo un impacto entre sus conocidos; tras dos años de su vida compartiendo una relación todos tenían la idea de que muy pronto pensarían en el matrimonio más sin en cambio la rubia solo termino esa relación diciendo que deseaba enfocar su objetivo en la universidad.

Por supuesto que cada quien fue tomando sus bandos con respecto a la ex pareja, algunos fueron tras Shirou y otros tras de Arturia. No habían terminado mal ni habían peleado ni nada por el estilo simplemente era el dolor natural de un hombre tras ser dejado por quien había dedicado años de su vida (aunque solo fuesen dos).

—¿Y eso de repente?— preguntó Gilgamesh a Enkidu mirando desde el salón 204 a todos consolando a Shirou
—Pendragon terminó su relación con el y ahora está devastado— el rubio dió un trago a su jugo de uva y siguió mirando al chico
—Lo entiendo, cuando Pendragon me rechazó por el yo también estaba destrozado. Pero yo no me puse a llorar.— Y era cierto, dos años atrás Gilgamesh le declaró su amor a la rubia tras haber estudiado la secundaria y preparatoria juntos; al ser rechazado no solo se sintió mal si no que al verla con Shirou fue como un golpe directo al alma, sin embargo no se mostró vulnerable ante nadie, solo ante Enkidu a quien le expresó cómo el alma se le rompía a pedazos al verla con otro.

Ahora veía a Shirou, un chico que apenas y Arturia había visto un par de veces pero le bastó 5 meses de universidad para estar 2 años de su vida con el.
—¿Y Arturia cómo está?— preguntó algo incrédulo el rubio
—Si quieres saber dónde está, fue a su aula Gawain y Lancelot se fueron con ella— el rubio dejo su jugo en el pupitre y se levantó
—Bien, es momento de ir a ver que pasó.

Gilgamesh se levantó y fue al salón de la rubia a la cuál encontró sola sin nadie más dentro del aula mientras ella miraba por la ventana
—¿Y tú por qué no tienes a la multitud consolandote?— soltó sin más
—Porque el que termina la relación no sufre— respondió con una sonrisa la ojiverde, el rubio tomó asiento frente a la chica y la miro
—Y ahora dime, ¿cómo te sientes?— la rubia suspiro pesadamente y encogió los hombros con algo de melancolía— ¿Aún lo quieres?— ella negó
—Ese es el problema, yo ya no lo quería desde hace mucho pero no quería romperle el corazón y ahora Gawain me regaño por jugar con sus sentimientos pero yo te prometo que— el rubio la interrumpió
—Esta bien, no me debes explicaciones
—Me hace falta tu amistad Gil, hace mucho que me pasan cosas muy raras, me llegan cartas de un desconocido y no sé; mira yo estoy ¿enamorada? del idiota que me escribe las cartas no se quién sea, dónde viva no se nada. Pero trata de explicarle eso a tu ex novio es como decirle "te dejo porque hay alguien más" cuando ni siquiera lo conozco ¿sabes?— el rubio soltó una carcajada y ante eso la ojiverde frunció el ceño.

—No hay nada de gracioso en eso Gilgamesh ¿qué te causa tanta gracia?
—Maldito Enkidu, sabía que tenía lado malvado pero no supuse que ese— dijo entre más carcajadas
—¿Qué quieres decir?— preguntó confundida, el rubio se levantó y de su bolsillo sacó un sobre
—Las cartas vienen en un sobre como este ¿no?— la rubia quedó boquiabierta, pero antes de que pudiera malinterpretarse la situación el rubio se relajo.

—Desde que empezamos la universidad, escribo estas cosas para ti. Obviamente nunca te las he dado porque tenías pareja y que cursilería ¿no? pero desde hace meses se las he dado a Enkidu poco a poco para que se deshaga de ellas ya que yo no puedo. Aún así al acabar la semana tengo más para ti y no sabía que ese loco te las había estado entregando lamento mucho lo que hizo mi amigo entenderé si te molestas conmigo; debí dejarte en paz. Pero no podría tirar todo lo que se de ti así porque si— con cada palabra aún más sorprendida estaba la rubia hasta que el  solo se quedó en silencio.

—Lamento mucho rechazarte — El rubio sonrió y encogió los hombros— Y te acabo de decir que estoy enamorada del autor de esas cartas que vergüenza
—Tal vez tu opinión cambie al saber que soy yo pero...mira cualquier cosa aquí estoy puedo ser tu brazo fuerte yo por tí me vuelvo árbol si quieres— ambos rieron
—Un árbol muy perezoso diría yo— afirmó desafiante
—¡Quisieras mi sombra en el calor querida!.

—Arturia— Dijo Tohsaka entrando al aula— Shirou dice que quiere hablar contigo
—Rin, en este momento no tengo ánimos porfavor
—Porfavor, dale chance de hablar contigo el te ama de verdad y
—La escuchaste Tohsaka, no es no y si ella no quiere, no va a ir y de eso me encargaré yo así que porfavor sal de aquí— al ver al rubio, Rin asintió y salió del salón.

Y desde ahí, la amistad entre los rubios volvió a lo que era antes, ahora con Enkidu incluído los tres pasaban horas de diversión y risas. Y ya dado un tiempo las cartas comenzaron a llegar de nuevo hasta que un día.

—¡Gilgamesh Elish!— gritó la rubia desde la puerta, Shirou los miro a ambos ya que el estaba en la misma aula que el rubio— ¡ven aquí ahora!.
Todos quedaron algo atónitos y aún más al ver cómo el nombrado obedecía.

Ya una vez lejos de la vista de todos la rubia lo abrazo
—Leí la carta— el rubio respondió al abrazo
—Nada me haría más feliz si tú respuesta a la pregunta final fuera un si. Porque esa carta no se equivoca; te has vuelto mis rosas de Enero, mis gardenias de Febrero, mis girasoles de Marzo mis violetas de Abril mis amapolas de Mayo mis Lilas de Junio y así podría darte una flor cada día de cada mes de cada año para que jamás se te olvide que desde ese día en la secundaria cuando entraste gritando al saber que te gane en matemáticas; supe que eras la mujer de mis sueños
—Loco masoquista— dijo abrazándolo aún más
—Pero un loco masoquista poeta que escribirá cartas hasta que muera para ti.

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⏰ Última actualización: May 09, 2023 ⏰

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