Eleanor
No ha pasado ni un solo día y siento que ha pasado una eternidad.
He hecho cosas inexplicables estas últimas 12 horas. He volado, comencé sudar morado (Si, morado) y por esto me tuve que ir de gimnasia. Me estaban matando ahí; trotar y eso, no es lo mío.
Luego de esto Albert dijo que era mejor que por hoy me quedara en mi habitación. Habitación que esta hecha un desastre por las cosas que salen de mis manos y mi mente. Suena un poco extraño pero cuando pienso en mover algo o en que aparezca comida, lo hace.
— El... -entró Jimmy diciendo—. ¿Porqué no fuiste a cla...? ¿¡Qué le pasó a tu habitación!?
— Eh, Jimmy — dije tapándome hasta el cuello—. ¿Qué te he dicho de la privacidad? Además estoy un poco enferma así que no deberías haber venido
— Vine porque soy el mejor amigo del mundo que vino a ver a su mejor amiga del mundo —respondió con una sonrisa ignorando mi pregunta—. Agradece, mujer.
— Gracias... Creo... — rodé los ojos. Que engreído es—. Ahora, ¿Te puedes ir? Necesito tiempo libre.
-¿De mí? No lo creo.
Que Engreído
Al final me terminé resignando a su presencia. Al ver que no me iba a mover de donde estaba se aburriría e iría. Mi teoría fue muy poco acertada.
Ya han pasado como 2 o 3 horas y el muy gil todavía no se va. Ha revisado toda mi pieza solo por aburrimiento y hasta se ofreció a cuidarme para quedarse.
— Muy bien Jimmy. Escúpelo.
— ¿Escupir...Qué?
— Lo que te tiene incómodo o preocupado en este momento. Tu normalmente cuando estoy enferma te aburres y vas. Ahora estoy pensando que soy una excusa para escapar de algo.
Dudó un poco antes de contestar
— Nop. Nada. Solo soy un muy buen amigo... ¿Quieres algo más? ¿Jugo? ¿Agua? ¿Una aspi...?
—Jim. —Lo interrumpí—Puedes contarme.
Justo antes de que se diera vuelta alcancé a ver sus ojos brillar un poco.
– Es solo que... -Respiró hondo—. Escuché... — Su voz se quebró un poco. Casi imperceptiblemente—. Escuché que... Te ibas a ir de aquí. Por... mucho tiempo.
Mis ojos se abrieron un poco. No podía demostrar que estaba diciendo la verdad. Le rompería el corazón.
Respiré hondo también, me senté a su lado y le tomé una mano
—Jimmy, te tengo que contar algo...
ΩΩΩ
— ¿¡QUE TÚ QUE!?
— Tranquilo, Albert...
— ¡NADA DE "TRANQUILO ALBERT"! ¡TU MADRE ME ASESINARÁ!
— No si yo se lo explico. Todavía no nos conocemos y cuando me conozca querrá arreglar todo lo malo que hizo. Incluso perdonarme (y a ti) de contarle a Jimmy nuestro pequeño secreto.
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The Princess of Magic
Фэнтези« — Necesitamos a una heredera Frederick. — Ya lo sé, Clarisse, es solo que... ¿Y si no sale como lo planeamos? — Yo nunca haría que algo fallara, soy la Reina de la Magia ¿Recuerdas? »