La chica de las flores y café

¡ Una mirada preciosa !

Llego a su salón de clases tranquila y con una sonrisa en los labios que no se la borraba nadie pero por otro lado le cayó el lado de la moral automáticamente su mente le dijo ¡ Dulce acabas de coquetear con el papá de una de tus alumnas ! ¡ Estas loca ! .. no se sentía mal de verlo como hombre pero la situación no era nada bien " vista " el papá de una de las alumnas y ella la maestra de arte .
Decidió concentrarse en el trabajo que había dejado a sus alumnos sobre la canción era mejor que pensar en el padre de su alumna .

— Bueno para empezar la clase de hoy quiero ver el trabajo que les deje el cual era hacer una canción —dijo sonriente .

Estuvo revisando cada uno de los trabajos de sus alumnos durante toda la hora de clases algunos buenos algunos que podían mejorar pero era lo que la mantenía distraída en vez de andar pensando en ese hombre tan guapo en toda la extensión de la palabra .

Por otro lado Christopher no podía sacarla de su cabeza la mirada de Dulce era la mas hermosa que había visto pero por otro pensaba en aquella sombra del pasado se prometió no volverse a fijar en otra mujer y jamás volvería a enamorarse por ella y por su hija .

— ¡ Tierra llamando a Christopher ! ¡ Tierra llamando a Christopher ! — dijo pasando su mano por los ojos de él .

— ¿ Eh ? Güey ya enserio deja de hacerme eso poncho — dijo alejando la mano de su cara .

— Discúlpame pero andas totalmente perdido como en otro mundo estás como raro ¡ Ya se ! ¿ es una chica cierto ? . — dijo emocionado el moreno.

— Pues si tiene que ver con una chica pero sabes que no le puedo hacer esto a Maite siempre ella será el amor de mi vida — dijo algo serio y confundido por sus pensamientos .

— Mira Chris yo te digo que no puedes vivir bajo la sombra de Maite toda tu vida en algún momento tendrás que reacer tu vida y es lo justo que lo hagas y te des la oportunidad de ser feliz — dijo serio y directo .

Sin decir más su amigo salió de su oficina dejándolo con muchas cosas que pensar más aún en Dulce aquella maestra que tenía unos ojos una mirada preciosa y un cuerpo espectacular pero por otro lado estaba aquel amor de su vida que no podía olvidar el cual le había dado una hija preciosa la razón para vivir todos los días quería el recuerdo vivo de ella .