Jugetes

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Max y Daniel

Max ve la inocua caja negra en el momento en que cruza la puerta. Simplemente está allí, al final de la encimera de la cocina, encima de la pila de menús para llevar que usaron la noche anterior y que tienen escondidos de sus entrenadores. De vez en cuando tienen permitido que hacer trampa con la comida, maldición, Max tenía dos campeonatos y bueno, había subido un poco de peso en Japón por los nervios, pero hey, están de vacaciones ahora, pueden hacer lo que quieran, y más ahora, que Daniel finalmente se mudo con él.

No entiende por qué alguien recibiría un paquete por correo y no lo abriría de inmediato, en especial Daniel que tiene la paciencia aveces de un niño de 3 años cuando se trata de paquetes y regalos. Inclina la caja para mirar la etiqueta mientras Daniel no está en la cocina mi, por si acaso es para él. Para su decepción, está dirigido a D Riccardo. Maldición. Aún más decepcionante, no hay el nombre de la compañía en el paquete o cualquier otra cosa que pueda revelar lo que hay dentro, la intriga empieza a carcomer a Max.

"¿Qué es esto?", Max se gira a ver a su novio.

"Nada", responde Daniel brevemente mientras pasa su brazo libre alrededor de la cintura del joven, acercándolo y presionando un beso contra la comisura de sus labios. "Vamos."

Daniel conduce a Max fuera de la cocina y de regreso al living, dejándose caer en el sofá.

"En serio. Qué es", Max seguía preguntando.

"Nada", dice Daniel de nuevo, agarrando la remera de Max y tirando hasta que se sienta a su lado. Desde su extremo del sofá, todavía puede ver la caja negra en la cocina. Al menos lo hay si se inclina hacia arriba del brazo del sofá y hacia atrás.

"Bueno, claramente no es nada", se queja, queriendo saber. "Qué has estado comprando", Max podía saber por experiencia, que Daniel y compras sorpresas suelen ser una locura.

Daniel, que decide ser un imbécil, sigue manteniendo que la caja no es nada y que Max debería olvidarse de ella, por lo que decide cambiar su táctica, y decide sentarse a horcajadas sobre el regazo del mayor.

"Qué hay en la caja" Pregunta de nuevo mientras pasa sus dedos por el pecho de Daniel y comienza a enrollar su remera sin mangas, esas que hacen que los brazos de Daniel resalten, y podría ser una de sus mayores debilidades.

"Nada", insiste Daniel. Levanta los brazos por encima de la cabeza para que Max pueda quitarle la remera, y un suave gemido y desesperado que nunca deja de hacer que el corazón de Max de un vuelco y su ereccion se estremezca rápidamente. Es un pequeño gemido que siempre lleva a cosas buenas.

"Lo descubriré eventualmente, sabes", agrega mientras se mueve contra la ahora endurecida ereccion del mayor, meciéndose hacia adelante y hacia atrás en su regazo como si su vida dependiera de ello.

"Quiero verte intentandolo". Daniel le dice, con una sonrisa de engreído.

Daniel lo besa, levantando la mano para enredar su mano en el cabello rubio de Max mientras lame su boca, el joven está a punto de alejarse y volver a preguntar sobre la estúpida caja negra cuando Daniel de repente desliza su mano entre ellos y envuelve sus dedos alrededor del pene duro y necesitado de Max, lo cual, está bien, el beso podría no haberlo distraído, pero eso ciertamente lo hará. Especialmente cuando Daniel tira hacia abajo de su ropa y agrega su propia erecccion contra la de Max, deslizándose un poco hacia abajo para poder envolver su mano alrededor de ambos. Max suspira felizmente y cubre la mano de Daniel con la suya, él ama esto, ama la simplicidad de todo, ama como se han adaptado a vivir juntos, como su rutina pareciera conocerse de toda la vida. Y ahorra finalmente volverán a compartir equipo nuevamente.

Fórmula 1: One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora