¿Qué tratas de ocultar, Bang? ☘ ChanIn

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Los últimos cuatro días habían sido lo más incómodos para Chan. El silencio e indiferencia por parte de su novio era como una pequeña navaja que poco a poco se iba enterrando en él, más al saber que era por su culpa.

Cuando llegó esa noche a la casa luego de haber estado ensayando la primera parte de la coreografía en el estudio, no había encontrado a su novio por el departamento. Al contrario, solo encontró un plato con ramen casi completo, por lo que pudo deducir que el mayor apenas y había probado bocado de este.

Y cuando le peguntó a Jeongin estaba y solo recibió un "En la estación" cortante, supo que el contrario sabía que le había mentido. Al igual de que, en vez de enojado por haberle mentido, estaba decepcionado por esto.

¡Era por una buena causa! Pero eso no lo sabía Jeongin, claramente.

Aun así, y a pesar de que el pelinegro apenas y le hablaba, Chan siguió ensayando y preparando todo para la pedida de mano.

En menos de tres días, la coreografía ya estaba completa y aprendida, solo faltaba pulir algunos detalles y agregar más cosas.

El plan inicial era que Chan llevara a Jeongin a pasear por un parque que habían reservado justamente para ese día, y luego de dar un paseo, empezaría a escucharse la música por medio de los parlantes que esconderían entre los arbustos. Sus amigos los rodearían empezando el baile.

A pesar de que al principio solo eran cuatro los que bailarían, se unieron al plan aún más cercanos a la pareja, e incluso algunos compañeros de trabajo que les caían bien.

Y finalizando el baile, Chan sacaría el anillo mientras los demás llevaban carteles de letras formando la pregunta: "¿Te quieres casar conmigo?".

Aunque, por cómo iban las cosas desde que le mintió a Jeongin, era probable que le lanzara el anillo por la cabeza.

—Detective Bang, ¿me necesitaba? —preguntó Haku llegando al frente de Chan.

—Sí, ¿podrías cubrirme? Di que fui a investigar nuevamente en la escena del crimen, para ver si pillaba otra cosa —dijo susurrando bajo, pero lo suficiente alto solo para que Soul lo escuche.

—¿C-Cómo?

—¿Qué traman ustedes dos? —habló Keeho acercándose a los detectives.

—Necesito que, si preguntan por mi paradero, sobre todo Jeongin, que le digan que fui a la escena del crimen investigar. Debo salir a otra parte pronto. Por favor —suplicó Chan mirando a su alrededor por si había alguien más cerca. Por suerte, sus demás colegas estaban en otras partes.

—¿Y por qué deberíamos hacer eso? Tengo mejores cosas que hacer, Bang.

—A que le digo a tu esposo que el otro día te quedaste hasta las seis de la mañana aquí con una linda botella de alcohol —Chan sabía perfectamente que el esposo de Keeho no le gustaba nada que combine el trabajo y el alcohol. Más porque luego, al día siguiente, todas las hojas de su libreta, donde anotaba datos de la investigación, terminaban llenas de garabatos. ¿Y quién se comía todas las quejas del hombre? Sí, su querido esposo.

—No te atreverías. Taeyang me mataría —miró a Chan con miedo en sus ojos. Su esposo enojado no era bonito... bueno, sí se veía bonito, pero igual daba mucho miedo.

—¿No? —retó Bang levantando su celular y escribiendo en sus contactos "Yoon (Choi) Taeyang" como tenía agendado al esposo de su colega.

—¡Está bien! Te cubrimos. Les diré que vamos contigo y te adelantaste únicamente. Ahora vete —Chan sonrió victorioso y asintió, tomando sus cosas y yéndose de la oficina.

—Entonces... —habló Soul vacilando—. ¿Le cubrimos o no? Me perdí —Keeho le miró con los ojos entrecerrados y serio.

—Le cubrimos. Más atento a las cosas, novato —Soul solo miró a su superior irse también y pestañó confundido. No había entendido nada de lo que había pasado, pero solo haría caso.

La noche había llegado y Chan finalmente pisaba su departamento, cerrando la puerta tras de sí una vez estuvo dentro, poniéndole seguro como siempre.

Todo era silencio, un incómodo y horrible silencio.

Las patitas de los pequeños animales de la casa se acercaron a él, dejando ver al perrito y gatito que le miraban. El perrito sacaba su lengua y movía su cola rápidamente, mientras que la gatita solo miraba atenta al humano.

—¿Qué? ¿Me estaban esperando? —preguntó estirando su mano para acariciar a los pequeños. Sonrió enternecido cuando escuchó un ladrido por parte de Berry, y un maullido por parte de Charles —. Vamos, a dormir.

El rubio empezó a caminar hasta la habitación que compartía con Jeongin, quien justamente estaba acostado en la cama dándole la espalda desde donde le veía. El pelinegro dormía plácidamente, y había dejado la luz de la lámpara de su lado de la cama prendida: Al menos aún le dejaba su lámpara prendida para cuando llegue.

Chan sonrió levemente, tal como para parecer una mueca más que una sonrisa.

Se quitó su ropa rápido, solo quedando en bóxer, colocándose únicamente el pantalón de pijama.

Apenas se acostó en la cama y se abrigó con las sábanas, apagó la luz de su lámpara, quedando solo la luz natural de la luna que reflejaba gracias a luz del sol.

Acercó su cuerpo al de su pareja, abrazándolo por la espalda.

El pelinegro que dormía tranquilamente, se dio la vuelta y correspondió al abrazo, abrazándolo de vuelta. Bang acarició el cabello negro de Jeongin con delicadeza, proporcionándole más tranquilidad.

Chan sabía que pronto Jeongin llegaría a su límite de indiferencia y le preguntaría por qué le había mentido. Y ahí, no sabría que decir sin revelar el verdadero motivo de todos esos días de secretos.

Pero, por el momento, lo único que tenía claro era de que, todo ya estaba casi listo. Solo faltaba acordar el día de la propuesta y reservar en un lindo restaurante para ir a cenar con Jeongin allí.

Todo estaba lo suficientemente organizado para que algo salga mal.