La Torre Dorada Qifeng estaba situada en la esquina noreste de la Ciudad Prohibida y podía verse desde miles de kilómetros de distancia. Por la noche, desde ella se podía tener una vista panorámica de las prósperas luces de las Cuatro Ciudades de Shangyang.
Todos en Shangyang sabían que la torre había sido construida por el Emperador para su Emperatriz. Sin embargo, actualmente toda la familia Yun estaba sentenciada y condenada a muerte, y además, Yun Qingqi había sido confinado al Palacio Frío, la más prominente de las consortes imperiales, la Consorte Ning solo podía apretar los dientes y observar la punta de la torre desde abajo.
La noche era tan fría como la hoja de una espada, y los guardias de la Ciudad Prohibida llevaban consigo linternas a prueba de viento mientras patrullaban en la nieve. De repente alguien gritó: —¡Hay alguien en la torre!—
En el barandal, un hombre vestido de blanco estaba parado a contraviento.
—¡Insolente!— Con el sonido de las armaduras chocando, el líder de los guardias guió á su gente hacia adelante: — ¿Quién es lo suficientemente audaz para escalar la torre del Monarca a sus espaldas...—
—!—
En el cielo helado y las tierras nevadas, este hombre estaba usando una horquilla de zafiro y una delgada camisa que no servía de nada en el frío clima, así como un par de zapatos que no combinaban y ni siquiera se ajustaban a sus pies.
Se dejó caer desde arriba de la torre, hasta chocar contra las losas de piedra cubiertas de una fina capa de nieve.
Sangre del color de las flores de cerezo rojas se esparció por todos lados.
—Esto es...—
Las palabras sin terminar se quedaron atascadas en la garganta del guardia.
Nadie se atrevió a tocar a la persona en el suelo.
No solo porque era el dueño de la torre, sino que además era el Señor Emperatriz del Señor del Cielo.
Además, su imagen previa de ser arrogante, dominante y falto de humanidad estaba fuertemente grabada en los corazones de la gente, quienes a su vez estaban incrédulos y aterrados por la forma en que esta persona había terminado con su propia vida.
Algunas personas pensaban que Yun Qingqi había escogido la Torre Dorada de Qifeng para lanzarse a su muerte por que el Emperador había roto su corazón. Después de todo, aunque era odiado por sus parientes de la realeza, y era temido por los forasteros, era devoto al Hijo del Cielo más allá de lo que las palabras podrían expresar.
Otras personas pensaban que Yun Qingqi era intolerante y engreído. Cuando estaba vivo, a menudo se autolesionaba para obtener la atención del Emperador. Esta vez, solo estaba defendiendo su lugar en la mente del Hijo del Cielo de una forma muy extrema.
No le importaba si el Emperador quería desaparecer a su clan entero, pero tenía el corazón roto por haber sido enviado al Palacio Frío. Esta vez de verdad se había atrevido a amar, odiar y renunciar a su vida como un loco.
Nunca se le vio ser una persona tranquila, siempre era histérico, arrogante y celoso, su estado de ánimo cambiaba como el viento, siempre con hostilidad entre sus cejas. Nadie se atrevía a mirar directamente a sus afilados, fríos, orgullosos y burlones ojos, hasta el punto de que la gente ignoraba el hecho de que había nacido con una muy buena apariencia.
Con su cabello negro y su piel blanca como el hielo, parecía una pintura. La sangre se extendía debajo de él, envolviendo rápidamente la nieve, tiñendo sus ropas y piel de rojo, como una gran mancha cinabrio en un pergamino de papel.
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El obsesivo shou continúa con su vida
RomanceEn su vida pasada, Yun Qingqi amaba con todo su corazón al Emperador. Cuando estaba vivo, incluso hacía la ropa y sopa para él con sus propias manos, y en la política, lo ayudaba a monitorear a sus oficiales, incluso a su familia. Estaba enterament...