Capítulo 10

27 3 0
                                    


En el pasado, cuando Yun Qingci le provocaba, Li Ying probablemente le miraría con calma advirtiéndole que no se anduviera con tonterías. 

Pero en ese momento, sólo frunció el ceño brevemente, y luego envolvió la gasa alrededor de su muñeca con más suavidad.

-Voy a tomar una siesta.- Yun Qing siguió empujándole con los pies y dijo: -Zapatos.-

Li Ying se puso en cuclillas, le ayudó a quitarse los zapatos y le dijo: -Tienes que limpiarte los pies.-

Ya que Li Ying estaba aquí, habría que ponerlo a prueba. Yun Qingci puso los pies directamente sobre su regazo. Li Ying le quitó los calcetines y pidió una toalla nueva.

Limpió con mucho cuidado, desde los tobillos de Yun Qinci hasta los huecos entre los dedos de los pies, cada lugar fue limpiado con agua tibia. Cuando le tocó la planta del pie, Yun Qingci se encogió de repente. 

Luego se contuvo y volvió a parecer tranquilo.

Quién sabe si Li Ying se dio cuenta de que tenía cosquillas, pero no volvió a tocar deliberadamente las plantas de Yun Qingci. Después de lavarle los pies obedientemente, seco los restos de agua con una toalla seca.

Luego, sin esperar a que Yun Qingci dijera nada, lo levantó, caminó unos pasos y lo puso en el sofá.

Este "sirviente" tenía tan buen carácter que no había motivo para disgustarse con sus servicios. Li Ying le quitó la horquilla a Yun Qingci, luego tiró de la colcha y lo cubrió, dándole ligeras palmaditas en el pecho.

Yun Qingci le miró con indiferencia, se dio la vuelta, cerró los ojos y empezó a dormirse.

Durante un cuarto de hora al principio, estuvo pensando en las palabras inacabadas de Yuanbao. Su Majestad, ¿qué le pasó a Su Majestad?

No encontró la respuesta, y su cuerpo, acostumbrado desde hacía tiempo a la siesta, se sumió en la familiar somnolencia. Yun Qingci se relajó y durmió profundamente.

Una mano se acercó a su oreja con cuidado y luego se retiró lentamente.

🌻🌻🌻🌻🌻

Ciudad Prohibida, Palacio Taici.

Un pedazo de rama muerta fue cortada por unos dedos bien cuidados. La emperatriz viuda Zhang cogió las tijeras y podó pacientemente, diciendo: -¿El emperador se ha ido otra vez a la mansión del primer ministro?-

A su lado, el eunuco Qin Yan, su asistente más cercano, bajó la cabeza: -Ha estado allí varias veces.- 

-No me extraña que no se haya vuelto loco.- Se burló: -Esta vez ha tenido suerte. El emperador se abalanzó sobre él varias veces y volvió a elevarlo al cielo.- 

Qin Yan rió entre dientes: -Después de todo, es el hijo menor de la familia del primer ministro, no es de extrañar que sea un poco voluntarioso.-

-Cosa inútil.- Tirando las tijeras al borde de la palangana, la Emperatriz Viuda Zhang se dio la vuelta, y Qin Yan le entregó inmediatamente un paño para limpiarse las manos. -El favor que se obtiene fácilmente no es apreciado. El emperador no entiende esta verdad, haciendo una cosa tan deshonrosa en su lugar.- 

-Su Majestad debe haber estado realmente angustiado cuando el Señor Emperatriz se cortó la muñeca esta vez.- 

-No importa qué, todavía necesita ser traído de vuelta. ¿Cómo está la lesión de Zhou Zhao?-

-Era una molestia, así que fue asustado por Su Majestad.-

-Al emperador nunca le ha gustado que Aijia (emperatriz viuda refiriéndose a sí misma) se ocupe de sus asuntos. Zhou Zhao se atrevió a mencionarlo frente a él, ya tiene suerte de conservar su vida.- Se sentó en el asiento principal, aceptó una taza de té recién hecho y dijo: -Pero el emperador fue bastante duro esta vez. Nunca antes lo había visto así.-

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 01, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El obsesivo shou continúa con su vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora