Capítulo 4

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¿Acaso sospechaba Su Majestad que le había dicho algo a la Emperatriz que hizo que éste se negara a volver?

-No, no, no.- Zhou Zhao agitó la mano una y otra vez: -La Emperatriz Viuda realmente sólo pidió que este esclavo visitará a la Emperatriz. Su Majestad, por favor, no me malinterprete. Incluso si la Emperatriz Viuda dijera algo, sería sólo por su propio bien y el del Señor Emperatriz..."

La larga espada cortó como hierro a través del barro, y la mitad de las orejas de Zhou Zhao cayeron al suelo.

Las pupilas de Liu Ziru se contrajeron, y no podía creer lo que realmente estaba viendo. Las personas que le rodeaban cayeron al suelo boca abajo, una tras otra. Sus cuerpos temblaban, no se atrevían a respirar.

Hubo un breve silencio.

Por los restos de las orejas de Zhou Zhao resbalaba sangre caliente.

Dolía, pero Zhou Zhao no se atrevía a gritar, porque la espada larga seguía apretada contra su hombro. Li Ying no dijo nada, pero todas sus acciones demostraban que si no obtenía una respuesta satisfactoria, la próxima vez sería la cabeza de Zhou Zhao la que caería.

-La Emperatriz Viuda... mando a este esclavo a ver al Señor Emperatriz... con ideas... para ayudar a Su Majestad.-

-Continúa.-

-Mientras el Señor Emperatriz pueda trabajar duro para hacerse daño, el Maestro Yun definitivamente vendrá a interceder por él...- Zhou Zhao se inclinó como loco: -Este esclavo no miente, Su Majestad. Su Majestad lo sabe, ¡este esclavo no provocó deliberadamente la separación y no impidió que el Señor Emperatriz regresará al palacio!-

-¿Cuántas veces has hecho esto?-

-Esta es la primera, la primera vez, es realmente la primera vez. El Señor Emperatriz, el Señor Emperatriz le tiene miedo al dolor... Antes, nunca, nunca antes...- Zhou Zhao lloró débilmente. Se tendió lentamente en el suelo, sin atreverse a levantar la vista de nuevo, con el corazón helado. ¿No odiaba Su Majestad al Señor Emperatriz? ¿Por qué se molestaba ahora de repente?

La espada larga tembló, y Li Ying puso cara de odio: -Todavía sabes que tiene miedo al dolor...-

El rostro de Liu Ziru se crispó, y por fin supo por qué Li Ying estaba tan enfadado. En el pasado, Su Majestad y el Lord Emperatriz solían mantener una guerra fría y Liu Ziru era testigo de ello a menudo. Había visto a Yun Qingci gesticular mientras le señalaba la muñeca, pero cada vez que el emperador miraba hacia otro lado con frialdad, no ocurría nada más.

Yun Qingci también tenía orgullo. Liu Ziru no sabía cuántas construcciones psicológicas había hecho en secreto antes de derrumbarse y hacerse daño ayer.

No era de extrañar que en los últimos dos años, la personalidad de Yun Qingci fuera cada vez más extrema y su comportamiento cada vez más despiadado. Se atrevió a hacer estas cosas para atrapar al Emperador, pero resultó que detrás de él, había alguien que había estado alentándolo todo este tiempo.

-Su Majestad.- Liu Ziru dio dos pasos de rodillas y dijo: -Su Majestad, por favor, cálmese. Si Zhou Zhao muere, no es ninguna lástima, pero ahora el Señor Emperatriz sigue en la mansión del Primer Ministro. Si se entera de esto, en caso de que se asuste...-

Esta era una forma bastante indirecta de decirlo.

El cambio de comportamiento de Li Ying fue tan repentino que incluso Liu Ziru tuvo dificultades para adaptarse. Si Yun Qingci se enteraba, el resultado podría ser aún más extremo.

¿Y si no se atrevía a volver a palacio por miedo a Li Ying?

Este razonamiento era en realidad un poco descabellado, pero como supervisor del Hijo del Cielo, Liu Ziru siempre tenía que recordarle al Emperador que corrigiera sus palabras y sus actos. Después de todo, él era el gobernante de un país. Además, Yun Qingci siempre había amado a Li Ying por que era gentil y decente.

El obsesivo shou continúa con su vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora