Noticias inesperadas
Despierto apresurada, la maldita alarma no sonó y desperté 40 minutos tarde y si llego tarde mi jefe me mata.
Mi nombre es Isabella Leblanc, tengo 23 años, trabajo de asistente personal para el jefe de la empresa Fellner para poder vivir independientemente pero apenas y lo logro ya que con el tipo de jefe que me tocó apenas y me da tiempo para mí.
Thomas Fellner un alemán arrogante, egocéntrico pero todo un bombón, es el joven soltero de 27 años más codiciado de todo Nueva York.
Me bañe y cambie rápidamente que solo me quedan 30 minutos para llegar a tiempo a la empresa, salí corriendo y ya no pude desayunar. Me quedan 3 minutos y tengo que subir 27 pisos así que llegue aventando a gente y pidiendo disculpas para poder llegar, subí al elevador y me recargué para recuperar el aliento, llegue justo a tiempo y al entrar a la oficina de mi jefe aun no llegaba, suspire aliviada y me fui a mi escritorio para empezar con un día pesado.
Después de 1 hora revisando horarios y papeles llegó mi jefe tirando su saco hacia el sillón de la oficina y aflojándose la corbata, se miraba tan apuesto como siempre, con su camisa doblada hasta el ras de los codos y sus varoniles brazos al aire.
-Buenos días Sr. Fellner- lo saludo de pie desde mi escritorio.
-Buenos días- me saludó sin voltear a verme
-¿Se encuentra bien?- le pregunte acercándome tan solo un paso hacia el.
-No- me contestó mostrándome una hoja que tenía en la mano, la tomé y al ver lo que decía me sorprendió. El Sr. Fellner tenía 4 meses queriendo hacerse socio mayoritario de una de las empresas de la competencia pero no le habían dado respuesta hasta ahora.
Si quería ser socio mayoritario tenía que ser estadounidense y para eso necesitaba estar casado con una mujer estadounidense.
-¿Qué es lo que va a hacer?- le pregunté aun sorprendida por la noticia.
-Casarme- contestó como si fuera cualquier cosa –señorita Leblanc- voltio a verme.
Lo mire sorprendida y en shock viendo como mi jefe con su traje de miles de dólares se arrodillaba frente a mí.
-¿Se casaría conmigo?- me preguntó viéndome serio.
-¿Conmigo?- le pregunte apuntándome a mi misma incrédula.
-Si con usted.
-¿Por qué conmigo?- le pregunte haciéndome un paso hacia atrás. El se levantó y se acercó a mí con la cabeza gacha.
-Porque es la única mujer a la que le tengo confianza- me contesto agarrándome de las manos.
-No, yo no me puedo casar con usted- le contesté soltándome de sus manos y alejándome más de él.
-Por favor- me pidió acercándose mientras yo me alejaba aun más –se lo pido como un favor, haga eso por mí y yo hare cualquier cosa por usted, solo me hago inversionista y después de unos meses nos divorciamos y queda soltera otra vez como si no hubiera pasado nada.
-Por dios- le contesté mirándola con una sonrisa irónica -ni siquiera nos conocemos- le dije caminando de un lado a otro.
-Claro que nos conocemos- me contestó mientras yo lo miraba incrédula.
-¿así?- le conteste viéndolo con una ceja arqueada y me cruce de brazos- a ver ¿Cuál es mi nombre?
-Usted se llama señorita Leblanc- me contestó muy seguro
-No- le dije alargando las palabras y negando con mi cabeza- ese es mi apellido, pero ¿Cuál es mi nombre?
Se me quedó mirando y se puso a pensar cuál era mi nombre, desde aquí miraba como su cerebro trabajaba rápidamente para recordar mi nombre, 4 años y medio trabajando para él y no sabía cómo me llamaba. Estuvo varios minutos hasta que se rindió soltando un suspiro y agachando la cabeza.
-No, no sé cómo se llama- me contestó negando con la cabeza.
-Lo ve- le dije levantando los brazos al cielo –no nos conocemos y ni siquiera hacemos buena pareja –le dije encogiéndome de hombros.
-Por favor señorita Leblanc- me habló con tono suplicante –usted sabe cuánto he deseado hacer esto y ahora lo puedo cumplir solo necesita usted decir que sí.
Me quedé pensando mirando hacia el suelo, no sabía que decir, me estaba ofreciendo cualquier cosa que yo quisiera. Lo único que más quería era un puesto en la empresa de parís ya que ahí es donde residen mis padres y los vería más seguido, tenía ya 5 años sin verlos y esta sería mi oportunidad que después de más de 10 intentos por transferirme ninguno me había servido.
-Muy bien- le conteste rápidamente antes de arrepentirme, el me miró sorprendido pero con ojos esperanzados –me voy a casar con usted pero solo si me transfiere a la empresa de parís- le dije cruzándome de brazos
-¿Por qué tanto interés en irse a Francia?- me contestó cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.
-Porque ahí es donde vivo realmente- le dije encogiéndome de hombros.
-¿No es estadounidense?- me preguntó poniéndose tenso y con temor en su voz.
-Claro que soy estadounidense pero también soy francesa, mi padre es francés y mi mamá estadounidense y yo nací aquí en estados unidos pero por ser de papá francés tengo doble nacionalidad.
Noté que se destensó rápidamente con lo que le dije y suspiró tocándose el cabello.
-Bien- me dijo viéndome con una sonrisa triunfante y ofreciéndome una mano para cerrar el trato –Pronto será usted la señora Fellner.
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Hola!
Esta es mi primera historia espero y les guste!!
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De jefe a.. ¿Esposo?
RomanceSinopsis: ¿Qué sucedería si de un día para otro tu jefe te pide matrimonio?, bueno eso lo veremos, mi nombre es Isabella y esta es mi historia.