Herida

Capítulo 61 - La sala del tribunal

Los dos hermanos almorzaron juntos, y después de tomar dos bocados de gachas del borde del cuenco, se quedó mirando la cara fría de su hermano durante medio día antes de susurrar: "¿Le gusta a su hermano Jiangning?"

La mano de sui Xun dio un respingo y dijo de forma poco natural: "¿Por qué lo preguntas?".

He oído decir a Jiang Enhe que su hermana no tiene intención de casarse por el momento, y esta vez el emperador le ha dado un matrimonio, no parece tener ninguna resistencia..." ..."

Golpeó los palillos en su cuenco y dijo impaciente: "Sabes tanto a tan corta edad, deja de decir tonterías, ¿no lo entiendes?".

Sui yan dijo: "Oh", y bajó la cabeza para beber las gachas.

Medio día después, volvió a decir: "Creo que la razón por la que no se ha casado es porque quiere a su hermano mayor ......".

La razón por la que no se casó es porque ama a su hermano.

No se atrevió a hablar, terminó sus gachas y estaba a punto de levantarse para volver, cuando su cerebro pensó en otra cosa, y volvió a sentarse, diciendo con dificultad: "Hermano ......"

Sui Xun dejó los palillos y dijo fríamente: "¡Jiangning es tu futura cuñada, no escuches siempre esos falsos rumores!".

Sólo quiero preguntar, ¿el hermano mayor no envió guardias secretos para seguirme hoy?"

¿Por qué necesitaba enterarse de su asesinato por el general de la familia?

Tosió secamente antes de decir: "No, los guardias que nos siguieron eran probablemente hombres de Su Alteza.

En el momento en que dijo esto, su rostro palideció.

Cuando regresó al patio, olió la fragancia residual del incienso anodino de su habitación y tardó medio día en recuperar los sentidos.

Se dejó caer bajo la manta y empezó a recordar lo que había dicho y hecho hoy.

Había matado a sangre fría y sin piedad a todos esos asesinos delante de los guardias secretos de Duan Ming Chong, que tenían expresiones increíbles en sus rostros y seguramente informarían de esto a Duan Ming Chong cuando volvieran.

Los guardias estaban llenos de incredulidad e informarían del asunto a Duan Ming Chong.

"Soy cruel y despiadado, pero si esa gente no hubiera venido a meterse conmigo primero, habría sido de gran ayuda. No los habría matado si no hubieran venido a provocarme primero".

Pensó en ello durante medio día, y sintió que no había nada malo en lo que había dicho y hecho hoy.

Ya se había recuperado de su depresión, pero el ataque anterior había minado su energía, y estaba tumbado en el sofá aturdido.

En el Palacio del Este, Duan Ming Chong escuchó el relato del guardia secreto con el rostro inexpresivo y no habló durante medio día.

El guardia oculto se arrodilló en el suelo y susurró: "...... Cuando el marqués terminó de hablar, hizo que los guardias ocultos de la residencia del marqués mataran a todos los asesinos, sin dejar a nadie con vida, y no hubo manera de interrogarlos."

Duan Ming Chong respiró profundamente.

El guardia secreto dijo vacilante: "Su Alteza, el marqués parece ser un poco diferente de lo que todos imaginaban ...... ......"

¿Cómo podía un hijo de la nobleza, que no estaba versado en los asuntos mundanos y que había sido educado de forma respetable, ordenar la matanza de tanta gente sin pestañear, y ni siquiera mover las cejas cuando su vista contemplaba aquellas escenas de sangre fluyendo hacia el río?