Ella me vuelve loca [Adap. Chaennie]

Capítulo 12

La mañana de Clásico de Navidad, me despierto con una llamada de FaceTime de Hyeri, que todavía está en la cama. "Me estoy volviendo loca", dice con voz áspera. "Mi estómago está retorcido como un pretzel. Dime que puedo dejar el equipo."

"No me preguntes a mí, pregúntale a nuestra capitana", digo, frotándome los ojos. "Pero te advierto, ella es dura".

"Ja-ja."

Nos levantamos de la cama y vamos a nuestros respectivos baños, en nuestras respectivas casas, y continuamos nuestra conversación.

"Ni siquiera puedo orinar", se queja Hyeri, arrugando la cara. "Odio los deportes. Los odio. Solo estoy destinada a ser un ratón de biblioteca. Soy Hermione, no Cho Chang".

"Eres ambos", le contesto. "Yo también estoy nerviosa, ¡pero tengo un gran presentimiento sobre esta noche! ¿No estás al menos un poco emocionada?"

Ella gime un poco más. Colgamos después de que promete poner música alegre durante su ducha.

Mis hermanas refuerzan mi confianza cuando irrumpen en mi habitación cantando "¡ES EL DÍA DEL JUEGO! ¡ES EL DÍA DEL JUEGO! ¡A LA MIERDA DAEIN, ES EL DÍA DEL JUEGO!

"¡Ryujin!" Jadeo teatralmente. "¿Acabas de decir una grosería?"

Me aplastan en un abrazo. Alice me planta besos por toda la cabeza y no puedo hacer otra cosa que reírme.

"¡Llevaré tu vieja camiseta de práctica a la escuela!" dice Ryujin. "¡Mis amigos van a estar tan hartos de que hable de ti!"

"Voy a cambiar el nombre de nuestro almuerzo especial a 'Número Once'", dice Alice, refiriéndose a mi número de camiseta. "¡Vas a hacerlo genial esta noche, Chae!"

Jennie me recoge antes de la escuela. Hemos planeado que ella sea la que me lleve a la fiesta posterior al juego, que con suerte será una gran celebración después de que ganemos. Lleva mi botón pegado a su camiseta hoy.

"¿De verdad?" Pregunto, sin siquiera tratar de mantener el deleite fuera de mi voz. "¿Soy merecedora de que uses mi botón?"

Ella se encoge de hombros; las comisuras de su boca se contraen. "Es una ocasión especial. Puedo sufrirlo por un día."

En la escuela, soy recibida con entusiasmo. La gente me choca los cinco en los pasillos y pega notas de buena suerte en mi casillero. Incluso Jackson se esfuerza por hacer que todos nos vean charlando en la fila de la cafetería.

Cuando suena la campana al final del día, me siento tan esperanzada y segura que incluso abrazo a Jennie cuando la veo.

"Oh", dice ella, tensándose bajo mi abrazo. "¿Así que ahora nos abrazamos?"

"Por supuesto", le digo. "Estoy feliz, no hay manera de que vamos a perder este juego".

Se ríe, y tal vez por primera vez desde que la conozco, es una risa brillante y auténtica. "¿Sabes algo, Park? Por una vez, estoy de acuerdo contigo."

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Las gradas están repletas de fanáticos cuando mi equipo entra a la cancha. Es el gimnasio más lleno que he visto en mi vida, y la gran mayoría de la multitud viste de rojo. Decenas de personas lucen las orejas de reno que suelen estar reservadas para los grandes partidos de fútbol.

"Oh mierda", susurra Hyeri, con los ojos muy abiertos. "Hay incluso más gente que la última vez".

"Lo que significa que jugaremos aún mejor", le digo mientras reclamamos nuestros lugares en el banquillo del equipo. "Vamos a ganar esta noche, te lo prometo. Mira a sus jugadoras, ¡ni siquiera pueden entender cómo sucedió esto!"