Cuando volvió a ver a Harry, éste se veía aún más joven e inocente del que había conocido en su pasado. Aún con eso, el brillo seguía encontrando un lugar a su alrededor y esa mirada de complot seguía estando en él. Todo dentro de sí se llenó de una emoción de anticipación cuando lo vio, su pequeño Harry ya había llegado a su vida de nuevo y, esta vez, sin pareja.
Sus emociones se dispararon por todos lados cuando lo vio entrar a su oficina acompañado de Avery, pero fue el pequeño llavero que llevaba en su bolsa de cuero, la que anteriormente pensó que contenía canicas, que la melancolía ganó lugar a todos los demás sentimientos.
Ahí, en miniatura y con un color más vivido del que Tom recordaba, se encontraba Gryfh, el peluche que Harry le había regalado cuando se conocieron en el pasado. Mismo peluche que había dejado guardado con miles de hechizos en aquel pueblo ya abandonado.
Fue ésa la confirmación que necesitó para saber que ese chico debía ser suyo. Años esperando para su reencuentro, hasta había dejado de usar el nombre muggle que tenía porque sólo Harry lograba decirlo de una forma tan gentil y mágica.
—¿Ya fuiste a comer? —cuestionó una vez que lo encontró en su escritorio, casi igual que hace dos horas.
—¿E-Eh? —preguntó el menor levantando su mirada de los documentos que le había entregado esa mañana— No había notado el tiempo —murmuró mirándolo, antes de sonreír como si no fuera nada y volver a los papeles—. No tengo hambre, comeré más tarde, todavía tengo que avanzar a mi tesis.
Después de ese día, Tom se encargó de tenerle siempre su almuerzo preparado para que no se le olvidara comer, siempre acompañándolo para corroborar que realmente lo hiciera... si hablaban de cosas triviales o los últimos chismes de la comunidad mágica, bueno, sólo era un extra para poder acercarse al menor.
Aunque todo eso cambió cuando Tom y Harry se hicieron pareja. El mayor no supo cuándo pasó exactamente, si bien había planeado invitar a su chico a comer a algún restaurante para llevar su relación a interacciones extralaborales, sabía que con Harry todo podía pasar, su impudencia y su energía siempre hacían de sus interacciones salieran de lo planeado.
Bufó acomodando su escritorio. Ya hacía tiempo que su mocoso se había mudado al Departamento de Misterios y, por ende, su oficina parecía aún más silenciosa de lo normal... claramente no iba a dejar que el nuevo secretario tuviera el lugar que tenía Harry en su oficina (porque era la oficina del ministro, el nuevo secretario podría irse a la oficina general). Nunca le diría a Harry que extrañaría su ruido, eso sería raro aún para él.
Aún con eso, podía recordar fácilmente al menor bufando o hasta chillando de emoción cuando encontraba algo relevante para su tesis en algún libro, o el cómo lograba hacer todo su trabajo furiosamente para poder terminar lo antes posible y tener tiempo para sus tareas de la maestría.
—¡Mar! ¡No me lo vas a creer! —y, claro, el cómo entraba a su oficina como si fuera su propio hogar, aunque eso no había terminado de suceder todavía.
—Intenta —comentó el mayor sin separar sus ojos de los documentos, claramente le creía todo a Harry, sólo él podía hacer lo imposible en posible.
—Mejor tú intenta estar más motivado —se quejó el menor cerrando la puerta de su oficina detrás de él y acercándose.
Sólo fue cuando el menor se acercó lo suficiente que Tom levantó su vista para fijarla en su novio, desviando su mirada de sus ojos hacia la bolsa de piel (ya quitaría el término "canicas" de su diccionario, era muy muggle para él) y sonriendo al no encontrar al pequeño Gryfh colgado de él.
—Déjame adivinar —murmuró casi con aburrimiento, Harry formó un pequeño puchero mientras se cruzaba de brazos—, lograste viajar al pasado...
—¡Y durar cinco horas! —festejó el menor con emoción— Casi me desmayo cuando regresé por lo cansado que estaba, pero, ¿qué importa? ¡Éste es un gran avance para la comunidad mági...! Alto, ¿quién fue el chismoso que te dijo eso? —siseó recargando sus manos en el escritorio y apoyando todo su peso en ellas para poder acercarse al mayor—, ¿fue Roopers? No, él está metido en su investigación... ¡Oh! Debe ser Willson quien...
El silencio se formó sólo unos segundos para que unos sonidos húmedos comenzaran a recorrer el espacio. No demostraba tanto su emoción, claro, pero Riddle estaba más que feliz de que su pareja ya hubiera podido encontrarse con su yo del pasado.
Lo que no demostraba sus facciones, sus acciones deberían compensarlo.
—Felicidades, mocoso —susurró después de separarse, Harry hizo un pequeño siseo molesto, antes de agarrar su corbata para poder jalarlo a otro nuevo beso.
Sonriendo dejó que su novio hiciera lo que quisiera con él, nunca se negaría de la cercanía que pudiera tener con Harry. Si fuera por él, el ojiverde estaría atrapado en las mismas paredes en las que él estuviera.

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Primeras veces.
FanfictionTom no sabía mucho de la vida. De disfrutarla... pero hay cierto extraño que aparece y desaparece en los límites del orfanato con la excusa de buscar algo. Para Tom, ésa fue la primera vez que vio a un extraño desaparecer de la nada. Como también le...