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Pero las cosas no se dieron como esperaba. A la mañana siguiente, Taehyung despertó cuando el sol estaba ya en lo alto, y la luz disparaba sobre su rostro. Empezó a quejarse, tomando las sábanas para tapar su cara, él quería seguir durmiendo.

Abrió los ojos y se levantó de inmediato. ¡Dormido! Se había quedado dormido, ¡no podía ser! Se había resignado a no dormir nunca más y lo había hecho.

Su emoción fue fugaz, al darse cuenta que el menor ya no se encontraba allí. Se preguntó si Jungkook debió extrañarse al verlo dormir, ¿qué habría pensado al descubrirlo? Mordió su labio inferior, imaginando el ceño fruncido de Jungkook, negando con desdén al notarlo dormido, y algo de esto le emocionó, y se odió por hacerlo.

Era un estúpido niño, no tan niño, ya que Jungkook estaba en sus tempranos veintes, y él era el grandioso Kim Taehyung, que nunca sintió nada más que atracción física por hombres y mujeres por igual, no había manera que le gustara de verdad.

Bajó las escaleras, percatándose de que todo estaba igual, aunque a la luz del día podía notar una capa de polvo en los muebles, siendo evidente el descuido de la propiedad, parecía que a nadie le importara, pero debía admitir que la habitación de Jungkook se mantenía siempre ordenada y limpia.

Se acercó a la cocina, no había ningún plato fuera de lugar, estaba limpio. Estaba sediento, así que, concentrándose lo suficiente, sus dedos pudieron sujetar exitosamente un cristal; abrió la llave y bebió del líquido incoloro, sintiéndose mejor después de que el agua ingresara a su cuerpo. Fue extraño porque se suponía que estaba muerto.

Por el resto de horas, se la pasó deambulando, sin salir de la casa. Odiaba el mar y todo lo relacionado con este.

Empezaba a preguntarse, si tal vez había malinterpretado las cosas y no era un ángel, sino un fantasma atrapado. No tenía alas, ni aureola, ¿cómo podía saber si era un ángel, cuando no había cambios y no había recibido ninguna señal de su sugar angel?

Eran pasadas las cuatro de la tarde, cuando Taehyung, con sus piernas extendidas y su cabeza apoyada sobre la cabecera de la cama, empezaba a sentirse mal, su corazón palpitaba aceleradamente, sus manos sudaban y se sentía sin energía. Sabía que algo andaba mal, no podía asegurar qué, pero no le gustó esa sensación de inseguridad, de casi miedo.

Daba vueltas en la habitación, sintiéndose inquieto. La opresión en su pecho seguía allí, y no sabía cómo calmarse. Y, entonces... Sucedió.

Taehyung escuchó la puerta principal siendo abierta y cerrada de golpe, así que, rápidamente bajó las gradas a la espera de ver a Jungkook con su habitual cara de amargura, pero la imagen frente a él le devastó.

—¿Qué te pasó? —preguntó consternado, acercándose al menor.

Taehyung lo tomó de sus manos, como si así pudiera borrar aquella expresión casi desvanecida del menor.

—Yo... —murmuró.

No pudo culminar lo quería decir, pues Jungkook se desmayó en sus brazos.


***

La fuerza probablemente la haya sacado de su lado angelical, era su única explicación, de lo contrario no podía justificar la facilidad con la que había cargado a Jungkook hasta recostarlo suavemente en la cama.

El rostro del joven presentaba serias magulladuras, al igual que sus brazos, donde también había algunos cortes que no parecían ser tan profundos, aunque todavía salían hilos de sangre.

Angel Boss [TaeKook/KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora