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Los siguientes días pasaron casi que sin ninguna emoción para el ángel, excepto en los momentos que el humano salía del baño con una toalla amarrada sobre su cadera, revelando su finísima cintura.

Taehyung, desde la cama del chico, deleitaba sus ojos con la vista de su abdomen bien definido, brazos musculosos y piel levemente bronceada, mientras Jungkook se cambiaba delante suyo, como si él no lo estuviera comiendo con la mirada; ya que seguía insistiendo en que al ser un ángel debía ser asexual, así que Taehyung dejaba que lo pensara.

Fuera de esos cortos minutos, su vida, si es que aún podía llamarla así, era aburrida, nada interesante pasaba, y sin olvidar que tampoco había logrado algún avance en su misión.

Jungkook era bastante hermético con sus pensamientos, y lo ignoraba siempre que intentaba entablar alguna conversación con él, aunque podía notar que sus comentarios listillos le irritaban, mas no le dirigía la palabra.

Tampoco sabía cómo tendría que guiarlo, aparte que el sugar angel ni siquiera se comunicaba con él o le escribía en la libreta. Básicamente, estaba perdido como un barco a la deriva, en una pequeña provincia de Busán.

Durante esos días, Taehyung había notado que Jungkook parecía ser del tipo de persona aburrida, por lo que no le extrañaba que hubiese pedido un ángel para, al menos, cambiar parte de su tediosa rutina, la cual consistía en ir con sus hermanos, desde muy temprano en la mañana, a pescar para luego vender lo recolectado a una multinacional japonesa, que tenía una sede en ese pueblito olvidado.

—¿Así que hoy vas a ir al mar a pescar con tus hermanos? —preguntó curioso esa mañana, como si no conociera ya la respuesta, o más bien, la falta de una.

Era bastante temprano y el sol ni siquiera había salido, y si Taehyung aún fuera humano, de seguro estaría durmiendo, y no haciendo estúpidas preguntas.

—Por supuesto —respondió mientras terminaba de alistarse.

Al menos respondió.

—¿No estás un poco aburrido? —Taehyung intentó indagar.

El ángel se sentó en la cama con sus piernas cruzadas, posicionando una almohada en medio, ocultando la erección que le había causado al verlo casi desnudo. Jungkook, como era lo usual, lo ignoró.

—He estado contigo como cuatro días y ya estoy aburrido. —Se sinceró, bostezando intencionalmente para justificar su punto.

—Si tanto te aburro, ¿por qué sigues aquí? —espetó amargamente.

Taehyung podía jurar que cada músculo del cuerpo de Jungkook se tensionó cuando lo miró sobre la cama, observando de más el cojín en su entrepierna. Parecía que no era completamente de piedra.

—¡Exacto! Es lo que yo me pregunto —exclamó Taehyung intentando no demostrar el impacto que había tenido esa mirada sobre él—. Me siento tan desperdiciado a tu lado. Tú pediste un ángel y aún no me has dicho para qué lo quieres, para qué me quieres —corrigió.

—No confío en ti, ángel —dijo suavemente, y se marchó sin más.

El ángel suspiró pesadamente, estaría solo otra vez hasta que Jungkook, a eso del anochecer, regresara tan cansado que solo terminaría por acostarse agotado hasta el otro día; haciendo lo mismo al día siguiente.

Por otro lado, Taehyung había descubierto que la comida ya no era necesaria para él, así como tampoco lo era dormir; por lo tanto, durante esas horas sin la compañía del menor, se quedaba allí, en la habitación de Jungkook, sin moverse demasiado. Era como si entrara en una especie de trance pensando en su antigua vida, provocando que las horas pasaran rápidamente hasta que regresaba de nuevo.

Angel Boss [TaeKook/KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora