Capítulo 5

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Olvidar el bozal fue una estupidez

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Olvidar el bozal fue una estupidez. Pero no le iba a dar motivo para volver a ponérselo, le molestaba y le irritaba. Tenía marcas rojas de frotamiento en la nariz y las mejillas debido a la presencia incesante de la maldita cosa. Por supuesto, esa irritación no es nada comparada con el dolor en sus piernas.

Está agradecido por el dolor, hasta cierto punto. Significa que está vivo, que las flechas no le habían destrozado las piernas por completo. Una vez que sane, debería poder caminar de nuevo. También oculta el dolor del príncipe. Cuanto más débil cree que es, más probable es que tenga la oportunidad de atacar. Finge que apenas puede sentir sus piernas. Con suerte, el príncipe tiene la impresión de que el Rey ha quedado paralizado.

Los bárbaros se curan más rápido que los del Reino de la Llama, años de sobrevivir a los duros inviernos e incluso a personas más duras en estas cordilleras del norte que conducen a una curación tan acelerada que bien podría ser mágica.

El príncipe no tiene médicos que lo controlen muy a menudo, y no parecen hacer muy bien su trabajo cuando lo hacen. Con lo poco que puede deducir de las conversaciones entre el médico y el heredero, informan que su curación es normal, aunque un poco lenta. Tiene que reprimir una risita mientras piensa en ello: realiza sus propios controles todas las noches, se está recuperando bien. Más rápido que la mayoría, aunque un poco más lento que su ritmo normal debido al déficit de calorías. Estará levantado y moviéndose (con algo de dolor) en las próximas dos semanas. Dentro de un mes, volverá a la normalidad y tendrá algunas cicatrices más. El médico del príncipe predice más de 3 meses para la recuperación total, si es que se recupera algún día.

Lo encuentra interesante, el comportamiento del príncipe cambia. No parecía consciente de la ira que soltó, y cuando lo abofeteó, pareció sorprendido por sus propias acciones. El rey supone que nunca nadie ha sido tan descarado con él, especialmente un prisionero.

Se ríe, se apoya contra la chimenea y mira fijamente al príncipe. Toma unos minutos, pero el príncipe lo mira a los ojos y se congela, poniéndose rígido en su asiento. Bakugou finge lamerse los labios, una sonrisa se extiende por su rostro a pesar del moretón que crece debajo de su ojo. El príncipe miró hacia otro lado, la incomodidad grabada en su rostro.

Bien. El Todoroki parecía no darse cuenta de las acciones de su padre, y cuanto más lo observa Bakugou, más aprende. El príncipe y su padre no parecen llevarse bien, a juzgar por la ubicación remota del heredero y el desdén por la sola mención del Rey de las Llamas. Existe la posibilidad de que el heredero incluso se convierta en un activo, aunque primero tendría que aprender cuál es su lugar.

El Reino de la Llama asume que las tribus bárbaras son solo eso: bárbaras, en guerra entre sí, estúpidas y tontamente valientes. El heredero también parecía creer esto. Una pena, no parecía estúpido, pero una cara bonita no siempre garantizaba una mente activa.

Pero dioses, su cara era tan bonita. Bakugou quería verlo destrozado, enrojecido, con los ojos llorosos, la baba goteando de los labios brillantes mientras follaba al heredero mejor que nunca.
Cuando los bárbaros dominen el Reino de la Llama, tendrá que tomar una novia... tal vez podría casarse con el heredero de Todoroki y asentar a las personas que eran leales a esa línea. Como mínimo, podría tomar al apuesto hombre como concubina si no demostrará ser lo suficientemente inteligente como para ser consorte.
Se lamió los labios, imaginando al príncipe envuelto en pieles, pintura de guerra manchada en su rostro y pecho.

Oh, sí, se acostaría con el príncipe. La pregunta era si el príncipe se acostaría con él de buena gana o si lo obligarían a permanecer en su cama.

Bloody Barbarian (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora