Capítulo 10

3 0 0
                                    

Adri abrió y cerró todos los cajones de la habitación. Fue cogiendo ropa y objetos y los metió en una bolsa grande. Miró una de las fotos, en la que salía él con sus padres y con Russell. Cogió esa foto también y la metió en la bolsa.

-¿Qué haces, Adri? ¿Por qué tienes tanta prisa?
-Voy a volver al palacio.
-¿Y eso?
-He decidido coronarme.

Teresa miró fijamente a su hijo mientras se acercaba a él.

-¿Lo dices en serio?
-Sí. Creo que el tío Augusto tiene razón. Alguien debe ser el rey.

Ella le miró y sonrió.

-¿Vendrás conmigo?
-¿Al palacio?
-Sí... Así podrás estar en mi coronación.
-Pero desaparecí hace muchos años. Nadie va a querer que yo esté ahí.
-No se acordarán. Cuando te vean, se sorprenderán, pero no te desearán nada malo.

Teresa sonrió y abrazó a Adri, el cual siguió metiendo ropa y objetos en la bolsa grande.

Teresa salió de la habitación y se cruzó con Russell, quien había escuchado parte de la conversación.

-Yo me quedaré aquí cuidando de Lisa. No creo que tenga fuerzas para otro viaje. Su hermano Joe también se quedará.

Teresa asintió con la cabeza y se fue.

Pasadas las semanas, Adri se preparó en su habitación del palacio. Se miró al espejo y se retocó el peinado. Augusto y Teresa, mientras tanto, hablaron sobre la organización de la coronación. Colocaron, junto a los camareros, varios utensilios y prepararon varias mesas. También, terminaron de decorar el enorme jardín y la zona donde iba a estar Adri hablando.

Augusto se quedó terminando de organizar la coronación mientras Teresa fue a hablar con su hijo.

-¿Estás nervioso?
-Un poco... No sé exactamente qué es lo que hace un príncipe cuando se corona.
-No te preocupes, tu padre improvisó todo su discurso y nadie notó ningún problema o defecto en él. Solo fue tu abuelo quien se enfadó con él por no haber seguido el orden previsto.

Ambos rieron.

-Yo no me enfadaré contigo si te saltas un par de frases.-dijo Teresa sonriendo.

Augusto llegó corriendo a la habitación, mientras Teresa y Adri seguían hablando. Ambos le miraron fijamente. Él se mostró preocupado.

-Es Russell. Quiere hablar urgentemente con Adri.

Él cogió el teléfono.

-¿Qué pasa?
-Lisa... Lisa ha fallecido.

A Adri se le cambió la cara en un instante. Ni Teresa ni Augusto supieron lo que pasaba. Él no pudo dejar de llorar.

Después de la llamada, le contó a su madre y a su tío lo sucedido. A pesar de todo, debía continuar con la coronación.

Adri se dirigió al jardín y se subió a un pequeño escenario que habían colocado para él.

-Queridos invitados, les agradezco su compañía en estos momentos. Han pasado muchas cosas desde la coronación de mi padre, Eloy. Todos le echamos de menos. Estos últimos meses no han sido buenos para algunos de nosotros. Han habido momentos felices, como también tristes. Por ello, necesitamos un cambio en nuestras vidas. Hace mucho que no aparezco frente a ustedes como rey, porque para eso debía ser príncipe y me negué a aceptarlo. Pero cuando la situación nos da una señal, tenemos que aprender a recogerla. He intentado evitar este puesto desde que supe que soy el príncipe, pero a partir de ahora cambiaré ese pensamiento. Aceptaré todos los cargos que se me asignen como rey, así como las situaciones que vengan a mí. Gracias a todos por venir y seguir mi discurso. Yo también les acompañaré durante los siguientes años.

10 deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora