Capítulo 8

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Lisa se sentó, apoyando su espalda en la pared. La celda de enfrente era la de Adri, que estaba tumbado en el suelo, boca arriba y con las esposas atadas a los barrotes.

-Me temo que no saldremos de aquí.
-Han venido todos, seguro que alguien puede rescatarnos. Por eso no te preocupes.
-Esperemos que Sara no los mate antes. Su poder es muy fuerte para cualquiera.

Lisa se acercó a los barrotes de su celda y empezó a dar pequeños golpes en ellos.

-Tienen la llave de las mazmorras. Solo les falta las de nuestras celdas.

Adri se sentó y miró a Lisa.

-No debimos ir al palacio de Strovich. Ha sido todo mi culpa...
-Adri, todos decidimos acompañarte. No tienes la culpa de nada.
-Augusto me habló de Lou.

Lisa dejó de golpear los barrotes y escuchó a Adri atentamente.

-Murió por un experimento. No me lo terminé de creer, quizás porque no puedo confiar en él, pero...
-Me pasará lo mismo que le pasó a él, ¿verdad?

Adri asintió con la cabeza.

-Es muy probable. Pero seguro que hay algo que podamos hacer para ayudarte. Mientras enfermaba, supongo que Augusto intentó ayudar a su hijo. Investigaría algo sobre el experimento.
-Tu tío no es mala persona, solo quiere que el trono lo ocupe alguien de su familia. Imagina lo que puede pasar si eliges no ser el heredero. Seguro que ocurre otra guerra.

Adri negó con la cabeza y volvió a tumbarse boca arriba.

-No pienso hablar con mi tío.
-Si él sabe algo de los experimentos, quizás puedas ayudarme a vivir.

Adri giró su cabeza para mirar a Lisa.

-Y, ¿cómo llegamos hasta el palacio? ¿Esperamos a que nos rescaten?
-Estarán llegando...-respondió insegura.-Seguro.

Hugo y Hannah volvieron al baúl de las llaves. Buscaron alguna llave que pudiese servir para abrir las puertas de las celdas. Mientras tanto, Joe intentó abrir la puerta que daba a las mazmorras.

-Quédate vigilando en la puerta, yo buscaré la llave.-dijo Hannah.

Hugo hizo lo que ella le indicó. Durante varios minutos, nadie pasó por allí. Sin embargo, Hugo vio a la sombra de alguien acercarse. Los pasos iban hacia él.

-Hannah, date prisa.
-Eso intento, pero no encuentro ninguna diferente.
-A lo mejor no está en ese baúl.

La sombra se llegó a acercar tanto que se aclaró el rostro de quien se acercaba.

-Es Trian. Escóndete.-afirmó Hugo.

Ambos se metieron en un armario. Trian entró en la sala y vio el baúl abierto.

-Tendría que haberlo cerrado.

Hugo chistó a Hannah.

-No digas nada, no puede oírnos.
-¡Sara!

Sara llegó en pocos segundos.

-¿Qué hace este baúl abierto?

Sara se encogió de hombros nerviosa.

-Te dije que vigilases cualquier zona. No sé por qué te encargué el puesto de ayudante.
-Pero mamá...
-No, no me pongas excusas. Esto que acaba de pasar es muy grave. Busca a quien lo haya hecho y yo iré a las mazmorras.

Sara asintió con la cabeza y se fue. Antes de que Trian saliese de la sala, Hugo pisó un trozo de madera que había en el armario. Trian lo escuchó y miró hacia dónde venía el sonido.

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