Capítulo uno.

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El éxtasis y la emoción en su pecho cada vez que salía por la noche después de su hora de dormir, se volvía cada vez más una mala costumbre y menos un "de vez en cuando". E incluso si él sabía lo peligroso que era, corrió el riesgo de todos modos. Después de descubrir la verdadera identidad de Batman a una edad tan joven, no era de exagerar decir que Tim se sentía invencible.

Tal vez ese fue su error, pensar tan soberbiamente de si mismo.

Porque Tim Drake tenía ocho años recién cumplidos cuando sentía que Gotham era suya (infantilmente, el realmente creía que era así). Corriendo por los callejones dónde los niños de su edad no tenían permitido ir, con la cámara que le regaló su padre entre sus manos y con el aire intoxicado de la ciudad en sus pulmones, él podia afirmarlo; la ciudad se sentía suya, y al final del día, lo era. Él corría por las calles sacándole fotografías a Batman, al paisaje, a la oscuridad y a la lluvia. Pero entonces, Tim estaba solo la mayoría del tiempo, siempre lo estuvo. Pero el no tenía miedo, ni siquiera de Gotham, los villanos o incluso los héroes. Y es que, ¿cómo podría temerle a lo que él encontraba tan bello? En esos días, incluso los rincones más sucios tenían su encanto.

Y hoy era una de esas noches, una de esas noches donde Tim se escapaba de la mansión a una hora preocupante en busca de más material para su investigación. Batman (Bruce Wayne) y Robin (Richard Grayson, nombres que Tim descubrió hace un par de meses) se balanceaban por los edificios mientras Catwoman se burlaba de ellos y huía con gracia. A pesar del fracaso de Batman de no poder atrapar a la mujer, Tim no podría estar más satisfecho de las fotografías que sacó esa noche, donde pudo capturar el momento exacto donde Robin se detuvo un momento en el borde de un edificio antes de saltar detrás de Batman. Está orgulloso de la buena iluminación y el ángulo que consiguió.

— Pero mira que tenemos aquí. — Tim se paralizó cuando escucho la voz ronca y tomada de un hombre detrás suyo.

Tim ama tanto su ciudad que a veces lo olvida. De vez en cuando olvida que Gotham es una de las ciudades con tasa de criminalidad más grande, y que él es solo un niño con una cámara.

Tim sabe que no vale la pena gritar en este punto. Está en lo más profundo de un callejón sucio, demasiado lejos de la parte concentrada de gente de Gotham, además de que Batman y Robin ya han corrido al siguiente distrito y está seguro de que todos los policías están en el museo donde Catwoman irrumpió hace una hora. Así que si, Tim sabe lo que debe hacer por más que le duele; le sacará el rollo lentamente y entregará la cámara, quizá se lleve un golpe o dos si este hombre no le da tiempo a actuar, pero él es un niño inteligente e intentar irse con el mínimo daño posible.

Tim está a punto de darse la vuelta, luego de haberse guardado el rollo en el bolsillo, cuando siente que el hombre se para detrás de él. El niño se congela cuando unas manos sostienen sus hombros y luego se deslizan a su pecho, jugando con el cuello de la camisa de Tim. El niño está confundido, aterrado y muy asqueado. No comprende porque este hombre lo toca, pero sabe que no le gusta y solo atina a balbucear lloriqueos mientras intenta quitarse las manos del hombre de encima. Comienza a desesperarse cuando sus manos lo sostienen con fuerza en su lugar y el hombre comienza a levantar la camisa de Tim.

Es entonces cuando la escucha por primera vez.

— ¡Oye, hijo de puta! — alguien grita, y el hombre cae después de lo que parece un golpe en la cabeza. — ¡Aprende a mantener las manos quietas! ¡Asqueroso de mierda!

Tim voltea con los ojos llorosos para ver al hombre en el suelo y al espejismo de Harley Quinn con una piedra en la mano. El niño de inmediato se limpia la cara con la manga de su camisa, intenta no llorar demasiado antes de volver la mirada al frente de nuevo y descubrir que Harley realmente está allí.

Crack baby.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora