Capítulo 5

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Ya han pasado varios días desde que aconteció la disculpa de Kakashi quedando solamente 3 días para que empiece el festival.

Durante esos días no hubo pelea alguna entre Iruka y Kakashi, al contrario, ellos se llevaban mejor hasta casi como "amigos", Anko y Gai salían frecuentemente a citas y Asuma nunca dejaba de hablar con su novia Kurenai por videollamada.

Se veían únicamente en los turnos de Iruka que eran los nocturnos, lo atendía como a cualquier otro cliente y llego a perdonarlo por lo que hizo aunque de vez en cuando decía cosas subidas de tono o acariciaba su cabello, su espalda y su cintura pero no bajaba más de ahí y lo llego a hacer muy pocas veces.

Ese carácter dulce y agresivo que Iruka poseía despertaba su curiosidad, no es que estuviera enamorado, es solo no le parecía mala idea intentar algo con el, talvez lleguen lejos con una relación.

El cumplía con todos los requisitos para ser el "hombre ideal" por así decirlo. Es tan servicial, amable, dulce y a veces estricto.

No, definitivamente eso no despertaba la curiosidad, despertaba otra cosa distinta; algo le hacía sentir ese joven y en los pocos días que llevan sin pelearse le hace dar cuenta que ya Iruka forma parte de su corazón pero no sabe por qué, algo le dice que no le deje ir.

Como era temprano decido irse a pasear por esa aldea después de comer. Bajo las escaleras y se despidió de sus amigos y de Anko para después salir de la posada de camino a la aldea.

Caminando por el bosque se topó con una mujer vestida con un kimono tradicional e iba en la dirección contraria. No pudo evitar acordarse de Hachiko - San (la Geisha del lago) paso junto a el y pudo sentir un aura tranquilizadora proveniente de ella acompañado de un ligero olor a menta.

Miro hacia atrás para verla mejor pero de un momento a otro desapareció así de la nada.

No sabia en que pensar y podía jurar que si la vio pero luego intuyo que Hachiko quería decirle algo.

-Hachiko-San ¿acaso me quieres dar una señal? ¿Estaré siendo respondido por la ofrenda que te di aquel día en el puente? -pregunto al viento.

Después de eso se fue y llegó a la aldea, todo estaba casi listo para el festival y la gente ya comenzaba a festejar sin razón alguna, otros ya se confesaban su amor y así por el estilo.

Caminando entre la gente y viendo los locales se encontró con Iruka en uno de ellos comprado una flor, decidió quedarse un rato ahí para ver que hacía hasta que notó que se agachó para quedar a la altura de una pequeña niña que secaba sus lágrimas.

Posteriormente enredó la Licorys en su cabello y le dio una bella sonrisa a la pequeña, ella sonrió contenta y luego se fue alegre ya que Iruka le regaló un pequeño collar muy bonito.

-Mi hermoso Iruka es tan dulce... desearía que me dedicara esa hermosa sonrisa -penso el Hatake inconscientemente.

Contento por su trabajo se levantó de nuevo el móreno cuando se llevó un gran susto al ver a Kakashi quien apareció de la nada haciendo que se exaltara.

-Kakashi ¿qué hace aquí? Casi me mata de el susto -comentó mirando sus ojos.

-Siento mucho haberte asustado... y respondiendo tu pregunta, pasaba por aquí de casualidad.

-Entiendo ¿quiere ir a comer conmigo en Ichiraku Ramen?.

-Me encantaría -después de acceder ambos caminaron al puesto de ramen entre una cálida charla.

Llegaron al puesto de ramen y tomaron asiento para después hacer sus pedidos, Iruka no quería confesar que Kakashi es un hombre atractivo y talvez no pase nada si intenta algo con el pero tiene dudas, puede que solo lo engañe para llevarlo a la cama pero el problema es que no le da motivos para creer eso, siempre es tan atento desde el día en el que se reconciliaron y ni siquiera se atreve a ponerle un dedo encima cuando esta borracho, las pocas veces que lo ha hecho es cuando la bebida lo deja casi inconsciente, hasta se podría decir que no lo manosea cuando esta en ese estado.

|𝐀𝐠𝐮𝐚𝐬 𝐓𝐞𝐫𝐦𝐚𝐥𝐞𝐬|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora