"La Lanza Azul"
Este Arcángel fue muy soberbio se paro en medio de la sala y dijo que gracias a sus dones, él lograría hacer a los hombres incluso mejores que los que hiciera Dios y luego gritó a todo pulmón ¿Quién como yo? A lo que el Arcángel Miguel reacciono parándose delante del trono del Señor y le contestó:
Te equivocas, ¡Quién como Dios! y su voz estruendosa retumbó en el firmamento cual trueno.
Luzbel ofendido, salió de la sala del trono junto con su batallón, jurándole a Miguel que pagaría la humillación que le había causado.
A partir de ese momento empezó la guerra, la cual duró miles de millones de años, pero fue en esta sala del trono donde se realizo la batalla final, una batalla titánica, donde todo se movía a la velocidad del pensamiento, donde los Ángeles estaban enfrascados en una lucha entre inmortales, y en donde el caos reinaba por todas partes; fue ahí, en esa sala, de dimensiones infinitas, de un blanco inmaculado y de una superficie tan suave como el algodón pero firme a la vez, en donde yacía el trono de Dios hecho de un material parecido al cedro, coronado por 2 árboles, el de la vida y el otro el de la ciencia del bien y el mal.
El de la vida tenía las hojas color bronce y sus frutos eran de un dorado brillante casi como el sol; el árbol de la ciencia del bien y el mal tenía hojas verdes claras y sus manzanas eran tan rojas como la sangre.
Fue ahí donde los Ángeles fieles a Dios, comandados por el Arcángel Miguel se vieron cara a cara contra Luzbel y su séquito de Ángeles traidores. Ahí se libró la última batalla donde el Ángel caído fue derrotado y desterrado. Y ahí mismo, en esa sala y en esa última batalla, fue donde yo fui asesinada.
Fue cuestión de un instante, una milésima de segundo, ni siquiera el tiempo que le toma al corazón bombear el siguiente latido, para que yo me diera cuenta de la intención del Ángel caído. Pude ver lo que pretendía ... iba a atacar..... y no, no podía permitirlo; sabía que era algo muy imprudente, pero no me importó, fue tan rápido como un pestañeo, el tiempo que tardé en ponerme en medio de Luzbel y Miguel, y ser asesinada por la única arma capaz de matar a un Ángel La Lanza Azul,
una magnífica lanza hecha de adamantĭnus también conocido como adamantium que se obtiene de aleaciones de diferentes metales que hay en el universo, como el Mithril, que es sumamente ligero, el Vibranio capaz de no producir sonido, el Uru que absorbe la magia oscura o energía negativa y el Tiberium azul altamente dañino que no permite que las heridas se curen, creada en el inicio de los tiempos a través de un proceso de forjado que vuelve indestructible el arma una vez que se solidifica. Esta Lanza fue el regalo de Dios al Arcángel Miguel "El Protector de los Cielos" por su gran misericordia y gran fidelidad.
Y tal como lo supuse, Luzbel tomó La Lanza Azul de su hermoso soporte y en un veloz movimiento giró hacia Miguel y atacó, yo me desplace rápidamente y quedé en medio de los dos colocándome en la trayectoria de La Lanza que se introdujo en mí suavemente, bajé la mirada y la vi incrustada en mi vientre, llevé mis manos hacia ella, no podía creer lo que veía, intente sacarla, y al jalarla me estremecí de dolor, sentí la filosa hoja tratando de salir de mí y luego un ardor, una especie de quemazón, después empecé a perder la conciencia, no sabía qué era lo que me pasaba, levanté la vista y vi que todo a mí alrededor se detuvo; fue como si alguien nos hubiera petrificado, nadie se movía, todo era silencio, hasta que a lo lejos escuché un grito... Todo pasó muy rápido, mis piernas perdieron su equilibrio y cayendo hacia el suelo sentí como mi cuerpo se desvanecía sin poderlo evitar, mis manos lograron aferrarse a la túnica de Miguel, mientras él me colocaba lentamente en el suelo, nunca antes había sentido dolor, no sabía lo que era. Aprovechando nuestra distracción Luzbel trató de atacar de nuevo. Los Arcángeles Miguel, Gabriel, Rafael y el resto del ejército de Dios se prepararon para contraatacar, yo había perdido el conocimiento, cuando Gadreel llegó hasta mí.
Con un gentil movimiento intentó sacar la Lanza de mi vientre, yo reaccioné de nuevo y grite al sentir como su hoja filosa me cortaba nuevamente, grite más fuerte, pidiéndole que no la moviera, él cerró los ojos y jaló La Lanza Azul rápidamente en un movimiento brusco y eso solo agravó mi agonía; Gadreel trataba que no me moviera ya que al salir por completo La Lanza Azul había dejado una herida profunda, yo traté desesperadamente de mantenerme consciente y mientras recobraba fuerzas, vi a los Arcángeles, junto al ejercito de Ángeles, y también a mis amigos Ariel, Chidriel y Araziel perseguir a Luzbel, lo pude ver saliendo por las puertas del Cielo, vi al Arcángel Miguel arrojándolo a él y a sus Ángeles traidores hacia el abismo, suspiré y cerré mis ojos, estaba tan cansada que ya no podía mantenerlos abiertos.
Luego escuché una voz conocida y muy querida para mí, era Gadreel que me decía que no tenga miedo, que aún había esperanza, que aún tenía una oportunidad, que si yo lo deseaba de corazón podría nacer como humano, conservar mi esencia, quizás algún recuerdo y así no morir del todo.
Abrí los ojos y observé el rostro de mi mejor amigo, sus ojos celestes emitían una gran confianza, pero sobre todo paz,
su rostro tenía una hermosura especial, Sí, los Ángeles eran hermosos, más hermosos que el humano más bello de la tierra, pero Gadreel era más bello aún y no solo físicamente si no que también por dentro, era muy noble y muy valiente tanto o igual que el Arcángel Gabriel con el que siempre se comparaba por tener nombres similares, aunque su carácter era otra cosa, tenia un temperamento muy fuerte y lograba sacarme de mis casillas de vez en cuando, además de ser muy terco.
Pero que es lo que me dice, no entiendo.......... ¿no morir del todo? ¿Nacer como humano? El dolor volvió nuevamente y me sentí desfallecer, apreté fuertemente la mano de Gadreel y al ver ese rostro lleno de preocupación comprendí, que estaba muriendo, me aterré, se supone que los Ángeles somos inmortales,¿cómo puedo estar muriendo? Pensaba, en eso lo recordé, recordé La Lanza Azul sabía que una de sus propiedades consistía en no permitir que las heridas se cerrarán, me asuste ¿Qué pasaría conmigo?, de pronto comprendí lo que quería decir Gadreel, sabía que si nacía como humana no volvería a ver a los Ángeles, ellos y yo seríamos muy diferentes, pero también sabía que el no tomar esa decisión significaría desaparecer, por lo menos viviendo como humana había la posibilidad de que los recordara, aunque sea en sueños vería a mis amigos.....ya no había más que pensar y acepté mi destino.
Fue en ese momento entonces cuando todo cambió, caí en una gran oscuridad, todo estaba muy silencioso, no sabía dónde estaba, al comienzo fue muy aterrador hasta que comprendí que era el vientre de mi madre, y ahí fue donde conocí el primer amor, me sentí protegida y amada, mis sentimientos ya no eran iguales aunque no eran diferentes, se sentían más confusos más complicados más intensos, yo, ya no era un Ángel, ya no era Uriel "el fuego de Dios" protectora de los hombres, no, ya no era un ser superior cuya alma inmortal viviría por siglos; Ahora era una simple mortal y tendría que aprender a vivir con eso.
ESTÁS LEYENDO
La Lanza Azul
Teen Fictiones la historia de un ángel que ve como su mejor amiga se convierte en humana, cuando fue victima del arma mas poderosa del universo y como el universo le da una nueva oportunidad para decirle que la ama.