XII

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Narrador Omnisciente;

La clase de Defensa Contra las Artes Oscuras estaba cargada de tensión, mientras los alumnos enfrentaban al boggart, una criatura que tomaba la forma de sus peores miedos. Cath, siempre con una actitud firme y desafiante, trataba de ocultar su propia inquietud, mientras que Hermione, meticulosa y analítica, no dejaba de escrutar cada detalle.

El turno de Harry llegó, y como era de esperarse, el boggart se transformó en un dementor. Lupin, preocupado, se puso rápidamente entre Harry y la criatura, logrando que esta cambiara de forma nuevamente, esta vez en una luna llena. Hermione frunció el ceño, claramente intrigada. Catherine, sin embargo, no estaba tan interesada en los secretos de Lupin como en lo que ocurría entre los estudiantes.

–¡Ridiculus!– exclamó Lupin, y la luna se desinfló hasta convertirse en un simple globo. La clase se canceló abruptamente, y el profesor salió del aula.

–Merlín, yo quería ver mi boggart– se quejó Hermione, sacudiendo la cabeza.

–Igual yo.— dijo la peli dorada, mientras sentía una mirada a lo lejos. Sus ojos fueron desviándose hacia la esquina del salón donde Malfoy, como era su costumbre, la miraba fijamente para luego apartarla de manera disimulada. Ella lo ignoraba, manteniendo siempre su firmeza e indiferencia. No iba a permitir que él, o nadie, tuviera poder sobre ella.

Granger volvió a hablar. —Cath ¿Cual crees que sería tu boggart?— Preguntó con curiosidad.

Antes de que Laurent pudiera responder, Parvati apareció con su típica actitud desafiante.

–¡Su boggart debe ser perder su preciado collar, ese que jamás presta!– interrumpió Parvati con una sonrisa burlona.

–Cierra la boca, Parvati. Nadie te pidió opinión, supera ya, fue hace dos años.– Catherine la miró con una mezcla de fastidio y autoridad.

–Lo haré cuando me pidas disculpas– respondió Parvati con una falsa amabilidad, mientras se cruzaba de brazos.

Catherine, notablemente irritada, alzó ambas cejas y se adelantó un paso, dejando en claro que no iba a retroceder ante una simple discusión. –¿Perdón? Pídelas tú primero. Y más te vale no tocar mis cosas.

El cuerpo de la chica se tensó, sus puños se cerraron por instinto y se acercó más para mirarla a los ojos de manera desafiante. Como si un puñetazo fuera a escaparse.

–Con todo respeto, Cathy.—dijo Parvati con un tono cargado de veneno. —Somos compañeras de cuarto, lo que es tuyo debería ser de todas.— Sonrió egocéntricamente.

Toda la clase empezó a ponerse alrededor de ambas.

–¿Te estás escuchando, maldita imbecil?– la frustración en la voz de Catherine se volvía palpable. Su paciencia, ya de por sí corta, se agotaba rápidamente.

—Cierra la boca y sigue llorando por tu estupido hermanito muerto.— Dijo como frase final, se escucharon sonidos de sorpresa en la clase.

Hermione abrió los ojos como platos al escuchar el comentario. Miró a Catherine, esperando que su reacción no sea tan terrible.

Malfoy miraba la escena perplejo, el comentario de Parvati sobre el hermano de Catherine había hecho que su corazón se estrujara al ver el cambio de expresión de la chica.

La peli dorada tragó saliva fuertemente, miró a Hermione para saber que hacer, y la castaña le negó con la cabeza desesperadamente, indicando que no debía empezar una pelea física.

Sin embargo, la muchacha volvió a mirar a Parvati y se acercó a ella, viendo como su cara se transformaba en una de miedo.

La empujó secamente, cayó al piso y se golpeó su cabeza contra un armario.

Confundida y asustada, Parvati se levantó del suelo y se acercó a ella, la miró fijamente a los ojos mientras la mandíbula le temblaba del miedo, sin saber como pegarle.

Justo cuando la tensión crecía, Lupin entro al aula de nuevo e intervino, separándolas. –Ya es suficiente. Las dos fuera de mi salón ahora.

Parvati chocó su hombro con el de Catherine y murmuró: —Igual de violenta que tu hermano.—

Pero Catherine ni se inmutó. Con los brazos cruzados, se quedó quieta, proyectando una sensación de control absoluto.

[...]

Más tarde, en la sala común, Catherine se dejó caer en un sillón al lado de Hermione.

–No me dijiste... ¿cuál crees que sería tu boggart?– preguntó Hermione.

Catherine suspiró, sus pensamientos volviendo al oscuro lago y las frías aguas donde las sirenas habían arrastrado a su hermano hacía cuatro años. Ese miedo, más profundo que cualquier otra cosa, era algo que prefería mantener enterrado.

–No lo sé, algo trivial seguramente– mintió, buscando esquivar la conversación.

[...]

Durante la cena, los cuatro amigos estaban sentados en su habitual rincón en el Gran Comedor. Ron, como de costumbre, estaba más preocupado por la comida que por las conversaciones serias.

–¿Cedric Diggory? ¿Qué pasa con él?– preguntó Harry cuando notó que Catherine había mencionado el nombre de Cedric en una conversación casual con Hermione.

Catherine notó cómo Harry se ponía tenso al oír el nombre de Cedric. No era la primera vez que notaba esa incomodidad, pero prefería no hacerle caso. Hermione, fiel amiga, intentó desviar el tema, claramente consciente de lo que estaba pasando.

–Nada, Harry. No pasa nada– intervino Hermione rápidamente.

Harry frunció el ceño, pero no insistió. Aun así, su mirada persistía en Catherine. Lo que él no sabía, es que no era Cedric el único problema en la cabeza de ella. Draco, siempre presente, estaba haciendo que su vida fuera más compleja de lo que ya era.

[...]

Al día siguiente, el aire estaba cargado de tensión mientras los cuatro amigos caminaban hacia los terrenos, donde habían oído que la ejecución de Buckbeak iba a realizarse. Al acercarse a la cabaña de Hagrid, vieron a Draco y su séquito, riendo y hablando sobre la muerte del hipogrifo con crueldad.

Draco se percató de su presencia y soltó una risa burlona. –¿Vienen a ver?– preguntó con esa sonrisa que Catherine encontraba repulsiva pero intrigante a la vez.

Hermione, normalmente tranquila, fue la primera en reaccionar, apuntándole con su varita. –¡Tú eres una despreciable y maldita cucaracha!—

Draco, sorprendido por la reacción, dio un paso atrás, pero mantuvo su compostura. Sin embargo, fue Cath la que se acercó, lenta pero decididamente, sus ojos clavados en los de Draco.

–¿Qué pasa, Malfoy? ¿No sabes qué decir sin tus secuaces aquí para respaldarte?—dijo con un tono suave pero peligroso. Draco sonrió con malicia, disfrutando del enfrentamiento.

—¿Qué vas a hacer? ¿Darme un besito?—susurró, inclinándose hacia ella para dejar clara su insinuación.

Ella lo fulminó con la mirada antes de levantar su rodilla y golpearlo directamente en la entrepierna. Draco cayó al suelo con un grito ahogado, sus amigos corrieron a auxiliarlo, pero ella solo se quedó ahí, impasible.

Harry, Ron y Hermione la miraron boquiabiertos.

Catherine, impasible, miró a Draco mientras lo ayudaban a levantarse, y por un instante, aunque lleno de odio, sintió cómo la mirada del rubio aún estaba clavada en ella.

–Cathy, eso fue... impresionante– dijo Harry, sonriendo ampliamente. Los celos y tensiones que había sentido desaparecieron en ese momento, reemplazados por admiración.

—Te levantaste violenta hoy, ¿No es así?— el Weasley la miró.—

—Los dos se lo merecían.— Hermione habló por ella

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Feliz año nuevo.

02/01/22

𝑢𝑛𝑓𝑜𝑟𝑔𝑒𝑡𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒 - 𝑑.𝑚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora