ETERNAL LOVE, neteyam ✓

¡ 01. the ocean !

¡ ETERNAL LOVE !
chapter one...

SI LE HUBIERAS DICHO A Fei'uey que su vida miserable, pero feliz sería interrumpida por una familia del pueblo Omaticaya, el hijo mayor de Toruk Makto repentinamente estaría interesado en ella y ella estaría en constante molestia, habría estado segura que era una completa broma.

Pero a veces, para su consternación, las bromas se convierten en realidad. Y la realidad se convierte en un pedazo de mierda.

Primero habían llevado a los niños al agua. Tsireya prácticamente le había suplicado a Fei'uey que la acompañara a ella, a su hermano y a su mejor amigo. —¡Vamos, Fei, por favor! ¿No quieres ver a ese chico, Neteyam?

Fei'uey fingió pensar, conteniendo su sonrisa ante la mirada esperanzada en el rostro de su hermana menor. —No—. Ella se negó y se alejó para atar hilos sueltos de una sarta de conchas. Podía actuar como si todo fuera aburrido, pero la respuesta incontrolable de sus orejas, retorciéndose ante el sonido de su nombre, podría haberla delatado.

Tuvo suerte cuando Tsireya estaba demasiado ocupada pensando en razones para arrastrar a su hermana mayor con ella. —¡Por favor, Aonung, Rotxo y yo estaremos allí! ¡Podemos reírnos de ellos! Por favor—, prolongó sus palabras y tenía esa mirada de cachorrito en sus ojos. No importa lo que dijera Tsireya, Fei sabía que nada la haría querer unirse a la gente del bosque y nadar. Ella tenía otras prioridades.

—No soy como tú, Reya—,suspiró, poniendo las manos a los costados. —Ni siquiera sé si puedo ir y divertirme en este momento, hay otras cosas que debo hacer— Si fuera honesta, le habría dicho a la chica sobre su falta de interés en perder el tiempo, especialmente cuando se trata de chicos estúpidos.

—¿Como qué, eh?— Tsireya se burló, golpeando a su hermana en el hombro. —¡Siempre dices que tienes deberes y otras cosas cuando queremos divertirnos! No es genial y no te hace sonar genial—. Se cruzó de brazos y frunció el ceño, alejándose con un pisotón extra en sus pies.

Fei'uey estuvo tan cerca de evadir sus tácticas. Tan, tan cerca. Fue hasta que finalmente asimiló las palabras de Reya. Si no iba, incluso si era un farol, su hermana menor estaría triste.
Fue como unos años atrás, cuando Fei'uey se había perdido el cumpleaños de Tsireya porque estaba afuera buscando su regalo y había perdido la noción del tiempo.

Recordó las lágrimas en sus ojos como si fuese ayer. Reya no quiso hablar con ella durante una semana después de eso. Fei suspiró y cerró los puños. —Eres tan- tan...— Ella se quejó y resopló. —¡Uf! ¡Bien! Iré—Fei'uey gritó, agarrando su cuchillo de caza y deslizándolo en la vaina detrás de su espalda.

Una Tsireya extasiada saltó desde detrás de la pared que las bloqueaba y chilló, agarrando el brazo de su hermana y tirando de ella hacia el agua. Fei había logrado agarrar su propio cuerpo y se detuvo. —¡Reya, baja la velocidad, bebé manipulador!

Tsireya solo le regalo una gran sonrisa y se alejó nadando hacia los hijos de Jake Sully. La niña mayor solo pudo poner los ojos en blanco y seguirla.

Los cuatro saltaron al mar corriendo. Fei'uey observó mientras miraban alrededor, a la naturaleza. Especialmente la niña mayor, Kiri, que quedó fascinada con lo que había visto a su alrededor. Siguió a las pequeñas criaturas y rozó con los dedos todas las plantas que pudo encontrar. Se había perdido en su propio mundo.

Los otros niños iban detrás de los cuatro adolescentes de Metkayina, que ya se habían sumergido más profundamente en el agua. Fei'uey observó cómo nadaban hacia arriba en busca de aire, antes de volver a nadar hacia abajo.

Se volvió hacia Tsireya con una mirada confundida en su rostro. Nunca había visto a Na'vi con un aliento tan corto. La chica más joven entendió y le devolvió la pregunta encogiéndose de hombros. Ninguna sabía lo que les pasaba.

Habían nadado alrededor y más profundo. Cuando Tsireya y Fei'uey estaban en lo profundo, Lo'ak y Neteyam aún habitaban en la superficie. Tsireya movió sus manos, creando algunas palabras, preguntando qué estaban haciendo. Cuando ambos no entendieron, Fei'uey puso los ojos en blanco. Eran las personas estúpidas las que más la enfadaban. Señaló a su hermana, señalando hacia arriba.

Pronto, todos ellos estaban flotando en el agua sobre la superficie. —¿Están bien?— preguntó Tsireya.

—Son demasiado rápidos—, exclamó Tuktirey. —¡Espérennos!

—Solo respiren—, instruyó Tsireya. Fei'uey pensó que era estúpido ser tan vago. Sin embargo, mantuvo sus pensamientos para sí misma. No quería que su hermana se sintiera mal.

Incluso cuando acababa de mirar con los ojos vidriosos a los tres extranjeros, todavía vislumbró al mayor, Neteyam, mirándola fijamente. Frunciendo los labios, miró de nuevo al agua. Fei no pudo evitar el ligero rubor que cubrió sus mejillas.

Cuando enfrió su rostro, miró a su hermana y evitó la tentación de mirar a Neteyam. Podría haber imaginado su mirada, pero incluso si lo hubiera hecho, todavía sentía el ardor de su mirada. No se atrevió a mirar hacia atrás otra vez.

En ese momento, Aonung apareció del agua con una sonrisa burlona. —No son buenos buceadores. Quizás se les da bien andar a través de los árboles, pero...— Fue interrumpido por Tsireya, que le había dado una palmada en la cabeza. A diferencia de su hermana, Fei ocultó su sonrisa con la mano y reprimió una carcajada. Discretamente le guiñó un ojo a Aonung con una leve sonrisa.

Neteyam habló primero. —Vamos, hermano, esto no lo hablamos...— agitó su mano sobre el agua. —Hablar con los dedos. No sabemos lo que están diciendo".

Tsireya, antes de que Fei pudiera abrir la boca, respondió rápidamente. —Fei y yo podemos enseñarles.

Fei'uey, desde su lado, mordió el interior de su mejilla y cerró los ojos con fuerza. Sabía que su hermana haría algo estúpido para poder pasar más tiempo con Lo'ak. Especialmente si Neteyam estaba involucrado, arrastraría a su hermana mayor a cualquier cosa que tuviera la oportunidad. Ella se quejó en voz baja con una mirada. —Tsireya.

Tuk mencionó a Kiri, lo que hizo que todos miraran alrededor de la superficie del agua en busca de una señal de su cabeza asomando por encima. Fei'uey suspiró y se echó el pelo sobre el hombro. —La buscaré—. Antes de que nadie pudiera protestar, se sumergió bajo el agua y nadó.

Finalmente, llegó a un arrecife. Kiri estaba allí, estudiando un grupo de criaturas que nadaban cerca unas de otras. Tenía esta sonrisa feliz, una que había visto antes en los niños de Metkayina. Se dirigió hacia Kiri. Al principio, había pensado en llevarla de vuelta a la superficie. Fue hasta que vio la mirada en su rostro, asombrada por la naturaleza que la rodeaba. En cambio, por primera vez, Fei'uey sonrió a uno de los Omaticaya.

Fue porque Fei se dio cuenta de que ella y la niña compartían una emoción común: fascinación.