Come here

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«¿Dónde estás?
¿A dónde vas? Me estás dejando atrás.
Ven esta noche, o cada noche.
Estoy como un loco buscándote
Y no puedo olvidarte».

***

Extrañar.

Se trata de la sensación más frustrante de todas y llena de un sinfín de recriminaciones propias, es ese momento en el que no sabemos qué más hacer para quitarnos a alguien de la cabeza por más que lo intentemos.

Es terrible, si se lo analiza bien.

Consume mucho a las personas, echar de menos a alguien gasta gran parte de la energía acumulada y genera ansiedad, desesperación e incluso estrés. Claro, si es que se analiza desde la perspectiva que yo estoy viviendo.

No entiendo porqué los enamorados han romantizado tanto el extrañar a una persona, no es nada agradable. Es horrible. Es de las peores cosas que le puede pasar a un ser humano, se trata de una lucha constante con uno mismo en la que se recuerda a alguien que ya no está en nuestras vidas, no solo de manera física, sino emocional también.

Llevo extrañando a la misma persona por siete meses y siento que ha sido una maldita eternidad. Ha sido un martirio, al cual no sé cómo he podido sobrevivir.

Aunque he tratado de hacer cualquier cosa para quitármelo de la cabeza, ha sido imposible. Lo único que he logrado ha sido aumentar más los niveles de ansiedad en mí, debido a cómo nuestros pocos recuerdos se cruzan en mi mente sin parar, al igual que el sonido de su voz la cual ya he empezado a olvidar y lo que sentía cuando lo tenía a mi lado.

Detesto todo eso. Muchas cosas pudieron ser diferentes en su momento, pero no sucedió nada que nos hiciese salir a flote en ese entonces. Todo se fue a la mierda, sin más.

Todo se echó a perder por mentiras.

Y, aunque haya pasado el tiempo suficiente como para superar lo que pasó, no le he hecho. No fui consciente de lo intenso que era lo que sentía en aquel entonces, hasta que empecé a sufrir los estragos.

Ahora simplemente quiero que venga aquí, conmigo.