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CAPITULO 10

Mew levantó la vista de su posición al lado de Max cuando Tul caminó en la habitación. Su ceja levantada cuestionando en la mirada pensativa de la cara de Tul. Vio a Tul caminar al lado de la cama y empezar a quitarse sus ropas.

—Tul, —le susurró— ¿Realmente crees que ahora es el momento para eso?

No podía creer que Tul estuviera cachondo cuando su bebé estaba postrado en su cama, probablemente muriendo. ¿Cómo podía ser tan desconsiderado?

—¡Tul! —Gruñó mientras se sentaba para mirarle.

—Acabo de hablar por teléfono con la madre de Max, —dijo Tul mientras se bajaba los pantalones al suelo.

—¿Y? ¿Qué te dijo? ¿Sabe qué le pasa a Max?

Tul asintió, levantando las mantas y subiendo a la cama junto a Max. —Oh, sí. Resulta que este completo asunto con la enfermedad de Max es nuestra culpa.

—¿Nuestra culpa? ¿Qué diablos significa eso? No hemos hecho nada.

—No, no lo hicimos y ese es el punto. Según Lilla, cuando reclamamos la primera vez a Max y lo mordimos, introdujimos un aditivo genético sin el que Max no puede vivir. Si no lo reclamamos con regularidad, o le mordemos, como sea, se enferma.

Mew miró a Tul con horror. —Así que ¿realmente hicimos que enfermara?



—Sí, —respondió Tul cuando se deslizó por debajo de las sábanas y sacó el cuerpo pálido de Max al lado del suyo—. También me dijo que al menos uno de nosotros, preferiblemente ambos, tenemos que reclamarlo en forma regular de aquí en adelante.

—¿O qué? —Mew estaba bastante seguro de que él ya sabía la respuesta pero sólo tenía que oírlo.

—O morirá. Todo esto es parte de la cosa de tri- omega.

—¿Por qué nadie nos dijo esto? —Preguntó Mew mientras se movía hacia el lado de la cama para empezar a quitarse sus propias ropas.

—Le pregunté a Lilla esa misma cosa. Parece que no muchas personas saben al respecto y no demasiada gente sabe sobre tri-omegas. Cuando John y Brian sugirieron que castigáramos a Max a su habitación, no sabían que dejaríamos de reclamarle como parte de su castigo.

Mew dejó caer la camisa al suelo, haciendo una pausa para girar y mirar hacia atrás a su hombro a Tul, su consternación escrita por toda la cara. —Tul, tu sabes lo que esto significa, ¿no?

—Sí, no podemos castigar a Max a su habitación

más.

—¡No! ¿Qué hay si le pasa algo a uno de nosotros?

¿Qué pasa con Max entonces?

—Me pregunté eso yo mismo. Supongo que tendremos que ser extra cuidadosos en el futuro, tanto con nuestro bebé como con nosotros mismos. Le dije a Lilla que necesitamos sentarnos y tener una pequeña discusión acerca de esta cosa de tri-omega. No quiero estar atrapado en una situación como esta otra vez, porque no sabíamos nada.

Mew asintió, subiendo a la cama al lado de Max, correteando cerca de él.



Puso una mano con cuidado sobre el estómago de Max, apoyado en la otra.

Su mirada se llenó de afecto y preocupación al ver el ligero aumento y caída del pecho de Max.

—Entonces, ¿qué debemos hacer?

—Reclamarle de nuevo.

Mew levantó la mirada hacia Tul. —Tul, no creo que Max esté en cualquier condición para el sexo en estos momentos. Además, cuando le castigamos, él más o menos nos cortó la comunicación.

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