悪徳 [Naruto]

La paz es algo que nunca llega sola, siempre va de la mano con la destrucción.

La hora de reunión llegó, tanto Sarutobi como Danzo y los jefes de los clanes habían sido capturados y enjaulados con halos rojos, la Aldea se encontraba en un pacifico silencio.

—Agares-sama...— Souhei, uno de los ancianos negó con la cabeza y bajo la mirada.

—Entiendo...¿Quien de ustedes se enfrentó a Hakuroki?— Sus ojos brillaron en furia, sabía que no todos saldrían con vida, lo sabía y aún así no pudo evitar querer acabar con el bastardo que lo asesino.

—Yo...— Shikaku se enfrentó a aquellos ojos fríos, no debía de temer, no cuando mataron a su esposa junto a su clan y se llevaron a los niños, se metieron con su familia y eso les costaría.

—Ya veo...comunica sobre el fallecimiento de Hakuroki, diles que Nara Shikaku fue su asesino. Veremos qué es lo que la familia desea hacer con él...—

—¿¡Por que haces esto!? ¡Acabaste con la vida de inocentes! ¿Para que?— Yamanaka Inouchi le grito desesperado, más fue totalmente ignorado.

—Shimura, Nara y Sarutobi serán juzgados por las familias de nuestro Clan, los demás....¡Serán aniquilados!—

—¡No!— Se retorcieron, mordieron y trataron de liberarse, pero eso no les libro de la muerte,  uno a uno fueron cayendo.

—Esto es lo que sucede cuando los incompetentes gobiernan.

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—Descansen, lo necesitan.

—Deberias de hacer lo mismo, te llevaste la mayor parte de la matanza.

—Alguien debe de limpiar este desastre.

Se despidió de sus camaradas quienes velaban el cuerpo de su difunto amigo y familia. Entro casa por casa y fue sacando los cuerpo, podría haberlos sacado mediante su magia pero se sintió demasiado cansada mentalmente para hacerlo, los reunió frente a la torre Hokage, la sangre tardaría en ser limpiada por lo que consultaría con los demás sobre destruir esa parte y convertirlo en un terreno plano, eso era más fácil que limpiar una por una.

—¿Cómo vas? Fugaku.—

El exlíder del poderoso Clan Uchiha yacía arrodillado frente al cuerpo que una vez fue su hijo, la batalla fue dolorosa y grotesca, perdió un brazo mientras que su adversario perdió un par de dedos y la pierna derecha, aquella calle se tiñó de rojo y negro, ambos se destrozaron tanto física como psicológicamente, es, sin duda, un escenario devastador que hasta el alma más corrompida derramaria una lágrima.

—...Le explique....le suplique...aún con todo eso, siguió negándose a creerme...¿Que es...lo que debía hacer? ¿Morir en su lugar y abandonar a Sasuke y Mikoto en este asqueroso mundo? ¿Dejar que acabará con mi vida sin dejar ese estúpido ideal?—

—...En la vida se toman decisiones difíciles, que muchas veces pueden ser el detonante para un futuro distinto. La decisión que tomaste esta noche solo tú podrás decidir si fue correcta o no, no dejes que nadie ni nada te juzgue sin antes conocer toda la historia. Tampoco te guíes por el hubiera, el pasado ya está escrito y nada puede borrarlo ni cambiarlo.—

Palmeó su hombro en señal de apoyo, para luego marcharse y seguir con su labor, el amanecer se acercaba y con ello los problemas aumentarían, las Aldeas vecinas se entregaran del ataque y vendrán a exigir una explicación o atacarán directamente, debían estar alerta y para ello tendrían que hacer que el clan se quedase un tiempo en Myūjikkuairando, todo sin levantar sospechas.

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Para la tarde del día siguiente los cuerpos fueron calcinados junto las casas de los Aldeanos, lo que una vez fue una aldea ahora solo eran cenizas.

—¿Que hacemos con los rostros Hokage?—
Tenía que consultar antes de hacer un movimiento después de todo esta gente estuvo mucho antes de que ella llegará a ese mundo.

—...Quememos el rostro del tercer Hokage, no hizo más que traernos desgracias, las siguientes generaciones sabrán de él tanto de sus hazañas como crimenes.—

—Entiendo...— Su vista se nublo y de la nada se encontró cerca del piso.

Tanto Fugaku como Souhei la alcanzaron a sujetar antes de que cayera al suelo.

—Descansa muchacha, ya has hecho bastante.

—No puedo, hay demasiadas cosas que hacer, solo necesito un momento...

Sin hacer caso a las protestas levantó los escombros y los convirtió en polvo, dejando el terreno despejado y limpio.

—Les dejo el resto a ustedes...

Cerró los ojos y tomo un merecido descanso, para cuando los abrió ya era de noche, se levantó y observó cómo los ancianos sacaban cajas y cajas de informes e información privada y prohibida de la torre Hokage, lo que se encontraba en la guarida de Danzo y de los del consejo ya había sido saqueada, las instalaciones Root desmanteladas y habían asesinado todo aquel mayor de cuatro años.

—Iluminame en algo, ¿Como es que sobreviviste?

—...No estoy en la obligación de explicarte nada.

Sin siquiera escuchar más, Agares se adentro a la mente del anciano descubriendo un par de secretos y lo más importante. Sabía que no se encontraban solos, pero esto era mucho más de lo que esperaba, tendrían que prepararse para lo impensable si es que ella es la que está moviendo los hilos.

—Hay un reencarnado ¿Como...? No, es algo común en los fanfics ¿No?

—¿Que...?

Sin prestar mucha atención desplegó su teléfono celular y marco el número de Zabusa, necesitaba informar esto con todos los encontrados. Eran un total de treinta, todos murieron en años y formas diferentes, pero algo los unía aparte de la familiaridad de sus anteriores mundos. Sobrevivir juntos y crear la sociedad y leyes a las que una vez fueron parte.

—Prepararse, puede que esto sea solo el comienzo de todo un caos.