Oh Sangwoo (N/B)

150 6 1
                                    

Esta historia contiene temas que podrían resultar sensibles para algunxs lectorxs tales como:

⚠️⚠️Violación // Asesinato // Violencia // Depresión // Intento de suicidio // Etc.⚠️⚠️

⚠️Si eres sensible a alguno de estos, por favor busca otra historia⚠️

Mi vida se consume mientras la sangre en mi garganta comienza a desbordarse fuera de mi cuerpo, una sensación tibia como el amor que un día sentí por una persona que me dio el mundo. Recordé el calor de sus brazos al rededor de mí, un sábado por la mañana mientras despertaba con el sol brillante en nuestra habitación; un amor gigantesco que arruine en los últimos meses al pensar que mi vida había quedado estancada a su lado... Falleció, creí que no podría haber nada peor que seguir viva sin él.

La depresión en días posteriores me hizo querer acabar con mi existencia un sinfín de veces, mis muñecas reflejaban tonos rojizos uno sobre otro por los profundos cortes; mi estomago se sentía extraño después de ser vaciado varias veces por tomar pastillas, mi mente estaba dispersa por la falta de sueño y mi semblante comenzaba a asustar a cualquiera que se paraba frente a mí; aunque creo que si hubiera sabido que al final sería de esta manera, no habría cambiado nada en absoluto porque al menos al final, pude pensar en él de una forma hermosa, pensando que nos reuniríamos de nuevo.

La noche anterior, o sea, una noche cualquiera, me encontré con mi atacante; un muchacho alto, muy atractivo de cabello corto teñido, linda voz y ojos que, a pesar de los círculos obscuros que lo rodeaban, daban cierta calidez. Se acercó a mí con suma naturalidad, me pareció extraño debido a mi aspecto desaliñado; sin embargo, me ofreció consuelo por mi pérdida de la mejor manera exponiendo que él perdió a su madre de forma violenta. Congeniamos de inmediato. después de invitarme algunas bebidas alcohólicas.

A la hora de despedirnos propuso que podría darme un lugar para dormir y refugiarme de mis pensamientos. Era una casa no muy grande, acogedora en una zona poco concurrida a unos 30 minutos de donde estábamos; si el costo era sexo, no me importaba en absoluto, Sangwoo había sido amable después de todo. ¿Cómo pude errar tanto un pensamiento?

En cuanto cerró la puerta detrás de mí, sujetó mis manos por encima de mi cabeza aprisionándome entre la pared y su cuerpo, de espaldas hacia sí. Bajó mis pantalones hasta las rodillas, con su pie se ayudó para descenderlos hasta el piso en tanto su otra mano recogía saliva de su boca. Lo siguiente fue llevarla hasta mi ano, recoger mas saliva y ponerla sobre su erección creciente aproximándose a dicha entrada.

Por supuesto que intenté poner algún tipo de resistencia, pero su cuerpo era sorprendentemente fuerte, su pie seguía sobre mis prendas impidiendo que mis piernas se movieran ni siquiera un centímetro. Posicionó su masculinidad en la entrada de mi trasero, se introdujo solamente un par de centímetros. "No es tan malo, no duele tanto como pensé". Pero qué idea más ridícula.

Llevó su mano aún llena de saliva hasta mis labios pensando silenciarme durante su próximo movimiento; de una sola estocada adentró su sexo desnudo tanto como le fue posible en mi recto. Ahogó mis gritos perfectamente, el pensamiento de antes se destrozó como frágil porcelana, su respiración en mi oído se escuchaba tan normal como cualquiera, los movimientos en su cadera iniciaron rítmicos acorde a mis espasmos.

No me respondían las rodillas, mi garganta dolía por gritar tanto, pero el sonido a mi alrededor era casi silencioso; mis lagrimas caían a gotas desde mi barbilla mojando la pared y mi amplia sudadera. Podía sentir algo húmedo subiendo por la línea de mis glúteos, la saliva no había sido suficiente para lograr ese efecto; por eso, y lo pegajoso que se volvió, pude adivinar que brotaba de mi piel y que era color carmesí.

Antología de HusbandosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora