Tomoe

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—Bienvenida T/N; nos alegra mucho que hayas aceptado la petición de unirte a nosotras en la renombrada casa de té "Tanuki". Como te dije antes, debes estar tranquila ya que estarás al cuidado de un único maestro

—El pago será lo equivalente a 5 salarios por cada día que pase aquí ¿cierto?

—Su nombre es Tomoe, debes referirte a él como "señor o "amo". Estoy segura de que él pagará cualquier precio después de que te vea

—No soy nada especial ¿por qué está tan segura?

—Arreglaremos un poco tu maquillaje y peinado para que luzcas como "ella"

Las preguntas se agrupaban en mi mente una a una, pero necesitaba el dinero para salir corriendo de las garras de mi horrenda familia. La recompensa era de buen valor así que realmente no me importaba mucho quién fuera el hombre, me tranquilizaba que al menos no estaría al servicio de múltiples personas por lo que accedí inmediatamente a firmar el contrato de servicio.

—Listo, por supuesto que no eres Yukiji, aunque según la descripción del amo, era bastante parecida— Me giró la cara con suavidad hacia un espejo.

—¿Por qué tanto alboroto por esa chica?

—En realidad nunca lo hemos sabido ya que, al preguntarle cambia el tema de inmediato. Ponte de pie, colocaré la yukata que elegimos para esta ocasión— Obedecí sin chistar, con una habilidad impresionante envolvió mi cuerpo con la suave tela

—Espero que no me rechace... — De ser el caso, no habría ningún pago

—Espera en esta habitación— Parecía bastante lujoso, probablemente fuera un noble adinerado

—¿Cuál dices que era su nombre?

Repentinamente se abrieron con fuerza las puertas corredizas haciendo un ruido sonoro al chocar con los marcos; giré rápidamente debido al gran estruendo, con el corazón acelerado gracias al susto. Al girar la cabeza vi a un joven de largo cabello blanco, con ojos fríos, profundos, de color azul que me examinaban de arriba abajo; vestía una larga prenda gris a juego con el resto de su kimono.

—Es Tomoe— Me respondió el albino con una voz severa encaminándose hasta donde me encontraba

—Bienvenido amo Tomoe— La chica a mi lado se inclinó respetuosamente ante él. Entonces lo noté

—¿Ésta es la mujer que me prometiste? — Unas orejas pronunciadas junto con una cola abultada, ambas del mismo tono de su pelo y largos colmillos escondiéndose tras su abanico

—Sí, su nombre es T/N

—¿Hmmm?.. Retírate, Tanuko

Él continuaba con su escrutinio a mi persona, como si tratara de encontrar algún defecto como excusa para poder rechazarme; me sentí insegura, expuesta como nunca en la vida, a la expectativa de algún reproche o peor aún, que decidiera no tomarme. Me volví tímida, sumisa, incluso tenía miedo de él, tanto su físico como su personalidad eran imponentes al tenerlo tan cerca

—¿Eh? — Acercó su cara para oler mis mejillas— No hueles como el resto de sucias amantes en este lugar

—¿Olor?

—Tu piel no ha sido tocada por otros hombres. No percibo ningún aroma— Continuó con un tono de voz altanero y una sonrisa sarcástica en los labios— ¿En serio planeas darle tu virginidad a un demonio como yo?

—N-no... —¿Eso era él? Creí que los demonios eran criaturas horrorosas que daban miedo, pero él no me daba esa impresión, no por completo al menos— No es mi primera vez...

Antología de HusbandosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora