"YUMARK", conformado por Yuta y Mark, es uno de los shippeos favoritos de NCTzen. Sin embargo, en la vida real ambos sólo son buenos amigos. Después de años de actuar para las cámaras, esta es la primera Navidad que estarán separados. ¿Qué sentirá c...
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Cuando Yuta me dijo que pasaría la Navidad con la familia de su novia, fingí que me alegraba por él. Ya estoy acostumbrado a fingir que no me importa lo que hace.
Todos piensan que soy un tonto, incluso mis fans. Mis compañeros también lo piensan. Nunca me lo dicen por temor a herir mis sentimientos, pero me doy cuenta cuando los descubro mirándome después de que he hecho alguna tontería.
Siempre he sido más torpe que los demás. Entiendo las bromas cuando ya todos han dejado de reír. Digo comentarios desafortunados en el peor momento posible. A pesar de que soy un buen bailarín, me equivoco cuando ensayamos nuestras coreografías; olvido los pasos con demasiada frecuencia. A veces mis respuestas no tienen sentido y me comporto como un niño la mayoría del tiempo. Sin embargo, mi habitual estupidez no consiguió protegerme de la realidad.
Durante años estuve convencido de que "Yumark" era real. Pensé que la diferencia de edad era el único motivo por el que Yuta nunca se animaba a dar el primer paso. Entonces, un día cualquiera, escuché a Taeyong, Doyoung y Yuta conversando sobre nuestra relación como si fuera un experimento científico. Doyoung le daba instrucciones a Yuta y Taeyong sugería ideas para que su actuación fuera "conmovedora".
Al principio me resultó difícil creerlo. No quería aceptar que el cariño de Yuta nunca fue verdadero. Pero no tuve más remedio que convencerme de que sus sonrisas, abrazos y promesas sólo fueron una puesta en escena para nuestros fans.
Me duele que esté actuando cada vez que toma mi mano para tranquilizarme, cada vez que me susurra chistes malos al oído y cada vez que salta de alegría al verme llegar. Dios mío, jamás le he importado. ¿Cómo es posible que no me diera cuenta antes? Seguramente todos lo sabían.
Debo haberme convertido en el hazmerreír del grupo.
No he tenido el valor de contarle a los chicos que escuché todo. Yuta y yo compartimos habitación, así que por las noches me encierro en el baño para llorar en paz. Todavía no he podido superar mi pena; tal vez nunca lo conseguiré. ¿Algún día el dolor terminará?
No obstante, a pesar de todo lo sucedido, preferiría pasar Nochebuena con Yuta que con mi propia familia.
