VIII

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𝚈𝚄𝚃𝙰




Conduzco a toda velocidad un automóvil alquilado. Pagué una fortuna por este cacharro, pero no me arrepiento.

Tampoco me arrepiento de haberme marchado de la casa de mi novia.

Mientras yo guardaba rápidamente mis pertenencias en la maleta, tuvimos nuestra gran primera pelea.

―¿Por qué tienes que irte? ―me preguntó ella, perdiendo la paciencia.

A pesar de que yo me estaba comportando como un cretino, mi novia todavía se esforzaba por continuar actuando como la novia perfecta.

Definitivamente se merece a alguien mucho mejor que yo.

―¿Qué sucede contigo esta noche? ―insistió―. ¿Acaso te emborrachaste en tu habitación y te da miedo confesarlo?

―Sabes que dejé de beber ―repliqué, cansado.

Tomé mi maleta y me dirigí hacia la puerta, pero mi novia se interpuso en mi camino.

―¿Por qué haces esto, Yuta?

La verdad que ella quería escuchar ni siquiera había tomado forma en mi mente, pero decidí ser honesto.

―No puedo dejar de pensar en él ―respondí con voz temblorosa, mirándola directamente a los ojos.

Por fin lo había dicho en voz alta.

Mi futura exnovia permaneció en silencio, asimilando mis palabras. Finalmente asintió con la cabeza y se hizo a un lado para permitirme pasar.

Sin embargo, cuando yo estaba a punto de salir al pasillo, ella dijo:

―En cuanto cruces esa puerta... esta relación terminará. Lo sabes, ¿verdad?

Me di la vuelta y la miré por última vez.

―Lo siento mucho.

Entonces crucé la puerta, poniendo punto final a nuestro breve noviazgo.

Nuestra primera discusión fue la última.

¿Por qué el amor siempre rompe tantos corazones?

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⏰ Última actualización: Sep 21 ⏰

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