El héroe iluminado por la luna

Capitulo 32

Resumen:

Una pequeña noche de amigos.

Hikari notó que Inko estaba en una mezcla de alivio y preocupación mientras trataba de concentrarse en su computadora hoy. Entonces, cuando fue a preparar su taza de té habitual, Hikari aprovechó para hablar con ella.

"Hola, Inko".

"Oh, señorita Okumura, buenas tardes". Dijo la mujer gordita antes de volver a preparar su bebida. "Si se trata del nuevo artículo, ya casi termino".

"... Eso vence en tres días". Si bien Hikari siempre quedó impresionada por su ética de trabajo y productividad, no es por eso que estaba aquí. "Pero de todos modos, ¿estás libre después del trabajo?"

El verde se dio la vuelta. "Uhmm... sí, ¿por qué?"

"Pareces un poco estresado, pensé que te vendría bien una salida nocturna".

Inko pensó por un momento mientras revolvía su té. "Me gustaría eso... ¿quién más va?"

"Todavía no lo sé, no he preguntado al resto". Hikari dijo.

La peliverde se mordió el labio antes de hablar de nuevo. "... ¿Podemos ser solo nosotros dos? Hay algunas cosas de las que me gustaría hablar en privado".

"Oh..." Su superior asintió lentamente. "Ok, ¿esperas a que me vaya?"

Inko sonrió. "Por supuesto, hasta entonces". Saludó mientras salía de la cocina de la oficina.

Luego, Hikari regresó a su escritorio y el día se convirtió en un borrón de borradores de sus subordinados, incluso de Inko... ¡Tres días! - correos electrónicos de diferentes fuentes y diciéndole a Taneo que no la moleste durante las horas de trabajo a menos que sea importante.

... Tal vez debería ver si puede permitir que una secretaria entre en el presupuesto. Meh... el próximo mes tal vez. Ella siempre decía lo mismo.

El final de su turno no podría haber llegado lo suficientemente pronto.

Una serie de chasquidos satisfactorios salieron de su cuerpo mientras se levantaba de la silla y se estiraba. Quitándose y metiendo sus anteojos de trabajo en su estuche, agarró su abrigo y bolso y se dirigió directamente al escritorio de Inko.

El silencio de la oficina vacía era algo a lo que ya estaba acostumbrada. Después de todo, su turno terminó una hora después que el de sus tres subordinados.

Inko estaba tecleando en su teléfono cuando escuchó el taconeo de su jefe. Mirando hacia arriba, le sonrió a Hikari antes de agarrar su bolso y levantarse.

"Vamos." Hikari abrió el camino hacia la salida. "¿Vamos al mismo restaurante que antes o...?"

Inko se mordió los labios mientras reflexionaba. "Un iskaya... si no es mucha molestia."

Las cejas de la morena se movieron hacia arriba antes de que ella las controlara. "¡Muy bien, sígueme!"

La avalancha habitual de gente hacia la estación se estaba calmando y la estación tenía menos de la mitad de su gente habitual. Un silencio tranquilo rodeó a las dos mujeres cuando entraron en la estación y abordaron un tren.

Espero que las noticias que tengo la animen de lo que quiera hablar... pensó Hikari mientras conducía a Inko a un iskaya cercano.

Cuando entraron, el murmullo de muchas conversaciones llenó el aire mientras mucha gente llenaba el lugar. Todos menos unos pocos asientos en el bar estaban libres. La mujer más alta no perdió tiempo en ir allí con Inko no muy lejos.