El héroe iluminado por la luna

Capítulo 23 : Pruebas peculiares

Resumen:

Inko conoce al amigo de Izuku.

"¿Estás seguro de esto Izuku?" preguntó Himiko.

Izuku asintió. "Sí, bastante seguro".

"Podrías sangrar mucho". Mientras que a ella le encantaría verlo bañado en sangre. Sabía que para que alguien viviera, su sangre necesitaba permanecer dentro de su cuerpo.

"No es como si me fuera a cortar". Izuku le aseguró. "Solo será un pequeño corte en mi dedo". Señaló su mano izquierda con un cuchillo en la derecha.

El cuchillo ya había sido limpiado varias veces. Y un botiquín de primeros auxilios colocado lo suficientemente cerca para que cualquiera de ellos lo agarrara.

"Está bien... si estás seguro..." dijo Himiko.

Observó atentamente mientras Izuku sostenía el cuchillo sobre su dedo meñique durante unos segundos mientras respiraba profundamente antes de presionar la hoja contra su piel.

Siseó cuando la hoja cortó la carne. No demasiado profundo, solo lo suficiente para sangrar. ¡Se ve tan indoloro en las películas...!

Y sangró.

Himiko estaba fascinada por la pequeña gota de líquido rojo de sabor divino que se formó en la punta de su dedo.

Movió su dedo a una pequeña taza de medir. Y presionó su dedo contra él. Cuando alcanzó la marca de los diez mililitros, levantó la mano y le ofreció la copa a Himiko.

Y ella lo aceptó encantada. Se lo bebió de un tirón y se tomó un momento para disfrutar del sabor antes de tragarlo.

Izuku observó la escena frente a él con un sonrojo antes de obligarse a sí mismo a concentrarse.

¡Había experimentos que realizar!

"¿P-puedes transformarte ahora?" Se las arregló para preguntar.

Himiko asintió felizmente.

El greenette agarró su teléfono y preparó un cronómetro. "Cuando quieras."

Himiko cerró los ojos y el limo gris la cubrió antes de tomar su forma.

Izuku inició el cronómetro.

"Jeje". Himiko se rió un poco y empujó su brazo, sintiendo la firmeza debajo de la tela. "Seguro que escondes músculos aquí".

"E-he estado haciendo ejercicio..." se sonrojó y miró hacia otro lado.

La rubia miró a su alrededor. Estaban en su casa, en su habitación para ser precisos. Estaba vacío... demasiado vacío para su gusto. Había filas de estanterías, pero todas estaban vacías. Excepto por uno que estaba lleno de cuadernos. Y un par de mancuernas y pesas en un rincón.

Y había marcas apenas perceptibles que decían que solía haber carteles llenando las paredes. Pero ahora solo había uno.

... La de un héroe.

Admitió que le gustaban los héroes, pero ella vio que no estaba ciego ante sus defectos. Tenía sentimientos encontrados al respecto.

"¿Dime, Himiko?" Izuku llamó su atención.

"Hmmm". Ella tarareó y lo miró.

"Me preguntaba..." Se rascó el cuello. "Si no vas a la escuela... ¿qué haces?"

Voy por ahí pintando a la gente de lindo rojo y bebiendo su sangre. El doppelganger pensó, pero no dijo nada. Apretó la mandíbula, sabía que lo que hacía no estaba bien para la gente normal.