42: Reunión Familiar

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Holis! Les quería desear una hermosa Navidad! Les dejo este capitulo más esperado por todos como regalo, espero que lo disfruten 

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Una masa de pelo sucio y revuelto le caía hasta los codos. Si no le hubieran brillado los ojos en las cuencas profundas y oscuras, habría creído que se trataba de un cadáver, un horrible cadáver que mató a mi madre. La piel de cera estaba tan estirada sobre los huesos de la cara que parecía una calavera. Una mueca dejaba al descubierto sus dientes amarillos. Era Sirius Black.

—¡Expeliarmo! —exclamó, dirigiendo hacia nosotros la varita de Ron.

Nuestras varitas saltaron de sus manos, y Black las recogió. Dio un paso hacia nosotros, con los ojos fijos en Harry.

—Pensé que vendrías a ayudar a tu amigo —dijo con voz ronca. Su voz sonaba como si no la hubiera empleado en mucho tiempo—. Tu padre habría hecho lo mismo por mí. Han sido muy valientes por no salir corriendo en busca de un profesor. Muchas gracias. Esto lo hará todo mucho más fácil...

Apreté los puños con tanta fuerza que lastimé mis manos con las uñas, aún estando paralizada, sentí el odio recorrerme las venas, y me dio mucho calor, estaba temblando.

Tranquilízate y escucha escuché una voz en mi cabeza, la identifique como Merlín, no sé cómo, pero lo sentía a mi lado, era como si realmente estuviera físicamente a mi lado susurrándome Debes controlarte

Sentí unas manos rodearme antes de que pudiera hacer algo, me di la vuelta para ver a Ron quien aún con la pierna rota me trataba de contener.

—¡No, Harry! —exclamó Hermione, petrificada, ella sostenía a Harry, y Ron me sostenía a mí.

Me dirigí a Black, con tanto odio en mi voz como pude:

—Si vas a matar a Harry, tendrás que matarnos también a nosotros —dije con fiereza, poniéndome delante de Harry, en forma de protegerlo, no iba a permitir que le hiciera daño

Algo titiló en los ojos sombríos de Black, viéndome de pies a cabeza, me examinó cuidadosamente, sus ojos pasaron por mi ropa, a mi cabello, a mi cara y a mis ojos.

—Diana... —susurró, dándome asco al ver como se escuchaba mi nombre al salir de sus labios—. La última vez que te vi eras solo un bebé recién nacido. Y sin duda eres igual a tu madre, Artemis...

—¡No tienes el derecho de mencionarla! —le grité rabiosa, tratando de liberarme de Ron, estaba dispuesta a matarlo con mis propias manos—. ¡No te atrevas a hablar de ella!

Su expresión cayó, se veía afligido.

—Échate —le dijo Black a Ron en voz baja— o será peor para tu pierna.

—¿Acaso estás sordo? —Le grité, solo faltaba que me saliera espuma por la boca—. ¡Si quieres matar a Harry tendrás que pasar sobre mí! ¡Juré protegerlo!

Diana Lupin y El Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora