Capitulo 11

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Merlina vio a Enid releer de manera detallada el documento que le acababa de pasar. Lo afirmaba entre sus manos entundadas en cuero negro como si en aquellas hojas estuviera escrito un mensaje de paz en idioma alíen, y por un segundo, Merlina disfrutó de la adorable confusión evidente en el rostro de la rubia.

Había días en que olvidaba que Enid tenía memoria eidética, pero el día en que escribió el documento Merlina lo había hecho con la memoria de Enid exclusivamente en mente. Disfrutaba del hecho de pensar que su novia recordaría hasta la más mínima coma de su propuesta.

- Merlina - la escuchó hablar, dando vuelta a las hojas para regresar de nuevo a la primera - ¿Qué es esto?

Estaba disfrutando más de lo necesario con el lío que tenía armado Enid en su cabeza. - Creo que sale en la primera hoja – Vio a su novia mirar de nuevo el contrato entre sus manos - ¿Qué dice allí, Enid?

- Acuerdo prenupcial.

Lo dijo sin leer ni mirar el papel. Merlina sonrió.

- Bingo.

Enid, de repente agitada, carraspeo la garganta - Merlina, ya sé que es un acuerdo prenupcial.. Pero... ¿Cómo? ¿Por qué? O sea... ¿Qué?

Merlina no estaba preocupada, así que revolvió un poco su café y tomó otro sorbo.

- ¿Te dije alguna vez que lo que me enamoró de ti fue tu elocuencia?

- Me éstas proponiendo matrimonio con un acuerdo prenupcial. – Enid la ignoró.

Dejo la taza de café sobre la mesita de centro que decoraba su sala de estar y se recargo Cómodamente en el respaldar de su sillón de diseñador que su hermana había ayudado a escoger.

- Supongo. Si no mal recuerdo los papeles prenupciales involucran una boda, sí.

- No te pongas sabelotodo conmigo,
Merlina Addams. ¿Te golpeaste la cabeza? Solo llevamos seis meses de novias.

- Si no me quieres decir que si porque no es lo suficientemente romántico, te digo enseguida que en cinco minutos puedo contratar a una cantante inglesa para que nos cante "Lover" con violinistas incluidos y un coro de niños de la iglesia para que tiren pétalos de rosas.

Enid esbozó una pequeña sonrisa que suprimió en menos de un segundo. - Merlina, Seis meses saliendo. ¡Seis! Y ni siquiera somos Conectadas. Dime la verdad, ¿Te golpeaste la cabeza?

La palabra Conectadas instantáneamente ponía a Merlina de mal humor. Así que frunció el ceño.

- No que yo sepa.

Enid entrecerró los ojos - ¿Te están chantajeando? - preguntó con tono de duda - ¿Es Yoko?

La de cabello negro se hubiera reído si la duda de Enid no hubiera sonado tan genuina.

- Te parezco alguien a quien Yoko podría chantajear? – levantó una ceja.

- No.

Merlina botó un suspiro. - Enid, déjate de juegos y responde ¿Te quieres casar conmigo sí o no? - Preguntó con su voz de abogada en el estrado. Esa misma que había aprendido, perfeccionado y dominado gracias a su oficio, y cual ahora solía usar más con Enid que para encantar a los desconocidos que tenía por jurado.

- ¿Desde cuándo preguntas cosas si ya sabes la respuesta?

Esquivó, como un testigo culpable. Merlina sintió sus palmas de pronto comenzar a sudarle.

- No la sé, Enid, por eso te estoy preguntando - dijo con su voz de abogada encantadora desaparecida en acción para dejar pasar a la Merlina que preguntaba cada mañana si había disfrutado o no la nueva receta de panqueques que había descubierto en internet - ¿Por qué no lo quieres decir? ¿Acaso no te quieres casar conmigo? - vio esos ojos azules grandes abrirse grandes ante el comentario – ¿No quieres? ¿es eso?

Black Leather | Wenclair | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora