4. sweet ㅡ by sunmoo—Dudo que tengan compasión de mi. —Negó ella— Pero haré el intento.
Beol se acercó a los barrotes de metal para luego llamar al oficial que se encontraba vigilando a los presos.
—Señor, ¿podría dejarme salir por unos minutos? — Pidió con una sonrisa— Necesito un baño.
—No estoy autorizado para dar permisos, pero si es tan necesario le diré al Rey. —Respondió el oficial.
—Llame mejor al general Han. —Pidió una vez más.
—Veré si no está ocupado, pero no le prometo nada. —Asintió él.
Aera se sentó mientras ajustaba el agarre de sus prendas interiores. Su estrés aumentaba poco a poco por la situación; no tenía tiempo de esperar. Revisó la cerradura de la celda, la habían reforzado desde la última vez que se había escapado.
Mordió el interior de su labio mientras pensaba en una forma de salir.
—El general Han está entrenando a sus hombres ahora mismo. —Llegó el oficial— En cambio, su majestad pide su presencia.
—No puedo. —Negó ella— Estoy contaminada, no puedo estar en su presencia.
—Le diré eso. —El oficial se retiró.
Parece que me he convertido en su payasa personal ahora, el tonto bufón que usa cuando está aburrido, meditó ella. Sentía un dolor intenso en su vientre, se inclinó sosteniéndose de la celda.
—Su majestad insiste. —Llegó el general para luego abrir la celda.
—Quieren que no haga una escena pero ustedes me ponen el escenario. —Ella sonrió.
Ambos caminaban por el pasillo en silencio, Beol odiaba la forma en que la trataban como un perro sucio, como si ella no tuviese vida propia.
Las miradas de las sirvientas no se hicieron esperar, todas le veían con desagrado, como lo que era: un bicho raro entre las mujeres. Una que, según ellas, ni siquiera merecía ser llamada por el rey. Ella en cambio les sonreía, no le incomodaba en absoluto aquellas miradas, en realidad, parecía que tenían suficiente tiempo para ponerle atención y eso contradecía lo que salía de sus bocas.
—Mi señor, es un gusto verle. —Aera se inclinó ante él— ¿Ha estado comiendo bien?
—¿Por qué dice que está contaminada? —Min ignoró sus palabras.
—Las flores de cerezo no caen todos los meses. — Respondió ella—Pero mi sangre si.
Beol acomodó su hanbok retirando por encima de la tela sus prendas interiores. Un hilo de sangre cayó por sus piernas, manchando las telas blancas que tenía encima.
—Eso es repugnante.—Yoongi negó notoriamente molesto.
—¿No es usted quien insistió en verme, mi señor? — Beol acomodó sus prendas— Le dije que no podía verle, pero su terquedad nubla su juicio.
—¿Acaso está hablando de esa forma irrazonable contra el rey? —Habló uno de los generales.
—Lo hago, así que métase en sus asuntos y cierre la boca. No le hable así a una mujer que está en sus días rojos. —Respondió ella— Por ello, mi señor, ¿podría dejarme ir a tomar un baño? Dudo que el olor a sangre menstrual sea un aromatizante digno de un palacio, y recomendaría que lavaran la celda y se molestaran en dar a los presos más prendas para cambiarse.
—Largo.—Ordenó él.
Aera hizo una reverencia para luego irse, la sangre manchó el piso haciendo que ella dejará huellas hasta el pasillo. Caminó hasta los baños sauna fuera del palacio, en dónde los generales y soldados estaban ocupando la gran parte de ellos. Suspiró haciéndose paso entre ellos hasta que encontró a Han.
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king ✰ min yoongi
Short Storyー dígame, mi señor, ¿realmente ama de la forma en que yo lo hago? yg's book 🍄 #minyoongi drama & romance ㅡ🍷 libro original 🐄☀️