Christmas Favor// Hwang Hyunjin [Navidad]

Date to Hospital

— Bien, solo necesito firmar algunos papeles y esta listo, quédate aquí, siempre que vas a la tienda encuentras una manera de hacerme pasar vergüenza. — Lena se quitó su cinturón de seguridad y se preparó para salir del auto, dispuesta a renunciar en su trabajo.

— Claro que no! — Lena miró a Hyunjin sería. —Tus compañeras me aman! —

— Exacto! Tienes a dos acosadoras de el departamento de limpieza, todas las cajeras están enamoradas de ti y ah, la chica de carnicería te quiere romper la cara con una pierna de res desde la cena de acción de gracias en la cual eras mi pareja. — Hyunjin hizo una mueca recordando el incidente con la chica de la pata de res. — Ahora, quédate aquí, no me tardo. — El chico se encogió en su asiento con un puchero y rodando sus ojos.

Al entrar a la tienda, pudo ver la nueva ambientación navideña, incluso olía a manzana y canela; por casualidad su jefe iba pasando por un pasillo haciendo contacto visual con ella.

— Helena! — El hombre se acercó con una gran sonrisa falsa al igual que Lena, odiaba que le dijeran Helena y le comentó a su jefe esta inconformidad; pero como podemos ver, no le interesaba. — Nos hiciste mucha falta ayer, mira, el cargamento de ayer llegó súper lleno pero no te preocupes lo dejamos justo en tu área para que lo organices...—

— Señor Ka... — Lena hablo intentando interrumpirlo.

— Y es mejor que te des prisa por que ya llego el de hoy y lo tienes que organizar también, si quieres, te quedas horas extras, yo no tengo problema... —

— Señor... —

— Por cierto, ¿Sabes donde está Donna? No vino estos días tampoco, también dejamos su cargamento en el área que le toca, además el de limpieza no vino y necesitamos que ella haga esa parte esta noche por que con estas ventas de dulces, los niños han estado... —

— Señor Kang!! — El hombre se quedó callado al escuchar la gran voz de Lena en su oído. — Vine por mi renuncia. —

— Yo también. — Donna apareció de la espalda de el señor Kang. — Que flojera trabajar aquí. — Susurró. 

— Oh... — El hombre se reincorporo de el susto y arreglo su cabello. — Bien, entonces, esperen aquí... — Sin reparar en nada se dio vuelta y caminó hacia las bodegas de la tienda sin decir nada. Al ver cómo el hombre se perdió entre la cortina de plástico, las dos chicas soltaron una carcajada a medio pasillo.

— Vaya, si que le molestó. — Donna se encogió de hombros.

— Eso le pasa por no saber dar buenas condiciones de trabajo, además, era un xenófobo, solo nos dejaba el trabajo a nosotras por ser extranjeras. —

— Bien, pero ya se acabó, vamos a trabajar con Hyunjin y podré ir a Italia a ver a mi familia. — Donna asistió con una sonrisa.

— Cierto, ¿Tienes todo para Seúl? —