Our First Days

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—YIixng, Xingxing, wake up —sintió los besos en todo su rostro y movió sus manitos y brazos para que su padre se apartara. — Lindo, ya es tarde, vamos, arriba.

—No —murmuró y se dió vuelta para hundir el rostro en la almohada.

—Xing, pero necesito tu ayuda —Sehun hizo un puchero mientras le hacía leves cosquillas. —Papá Jun está en coma de nuevo y hay que despertarlo. Sólo tú puedes salvarlo, XingXing.

Con aquello el niño de cinco años alzó su rostro, apartó su despeinado cabello castaño de su rostro y sus ojos color miel lo miraron un segundo antes de ir corriendo hacía el cuarto de sus padres, donde el castaño dormía hecho una bolita.

—iPapi! ¡Papi, despierta! —comenzó a saltar sobre la cama, hasta que vió a su padre sonreír con sus ojos entreabiertos para mirarlo.

—XingXing... ¿Qué hora es?

—No sé —se encogió de hombro. —Papá Hun me dijo que estabas en coma, ¿te salvé?

Junmyeon rió y asintió, Sehun siempre le contaba la misma historia. Extendió sus brazos hacia él y el pequeño fue a refugiarse en estos.

—Si me salvaste, lindo —dijo. — Pero a la próxima dile a Sehun que me puedo salvar sólo.

—Si, seguro —dijo Sehun detrás de él, haciendo que rodara los ojos. — Ya me voy para el hospital, pequeño —dejó un beso en su mejilla. — Cuídense, mis bebés.

—Nos vemos— murmuró el Omega y el pequeño agitó su mano para despedirse.

El pequeño Yixing no entendía por qué para Sehun era tan importante despedirse de Junmyeon. Se veían todos los días, dormían juntos y hacía años que estaban en pareja.

—Cuando encuentres a tu pareja predestinada o cuando sientas tanto amor por alguien como el que nosotros sentimos, entenderás la importancia que tiene lo más pequeño, como los buenos días— era lo que Junmyeon siempre le respondía.

A Yixing le seguía parecido algo exagerado y más porque Sehun estaba muy cerca. Apenas había que cruzar la calle para llegar al hospital.

Se habían mudado especialmente para quedar cerca.

Ahora estaban en una zona de Busan bastante tranquila, estaba cerca de la playa pero en una zona muy alejada del turismo y la gente. Era un pequeño y tranquilo paraíso, donde había un hospital también pequeño y tranquilo.

—Es que me pongo muy triste si Sehun está lejos, por eso tenemos que estar cerca siempre —era la explicación que Yixing siempre recibía.

Aún era muy pequeño para que le contaran toda la historia.

—Yixing, ¿te gustaría tener un hermano o hermana? —le pregunto Junmyeon, mientras el pequeño desayunaba. Estaba vestido para ir a su academia de danza dentro de una hora.

—No, me gusta estar sólo —dijo, negando. — Y no quiero compartir papás con nadie.

Junmyeon rió por su comentario.

—Bueno, Yixing, quería decirte que... No tienes otra opción.

El pequeño lo miró sin entender, Junmyeon comenzó a sonreír demasiado y eso lo molestó.

—¿Para qué me preguntas si quiero o no, si vas a traer un hermano igual? —dijo, cruzándose de brazos con un mohín en sus labios, haciendo que Junmyeon comenzara a reir. — Le voy a decir a papá— el Omega asintió, sin prestar atención a sus quejas y el pequeño Yixing no le habló en lo que quedó del día.

Our Last Days (Seho | Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora