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—Alteza, sigo dudando un poco sobre esto.

Jungkook frunció las cejas ante el comentario nada disimulado del escolta del príncipe, que los seguía a su mismo ritmo por su travesía en el bosque.

Eso tenía un objetivo. Aunque el escolta alegaba que el príncipe alfa poseía ya un pino en su hogar este no era lo suficientemente grande como se veía en el dibujo. Necesitaban uno que se adecuara, como si aquel dibujo fuera una visión futurista que les decía que ese árbol existía realmente. Ambos querían creer que iban a encontrarlo en el bosque y la profecía se cumpliría. Por eso Jungkook llevaba escuchando al escolta tratando de entender o persuadir al príncipe de que esa idea era un poco descabellada. Que estarse saliendo del palacio constantemente tarde o temprano iba a ser notado por su negligente padre el rey, y que ponía su integridad en riesgo al infiltrarse a ese lugar con un par de personas que apenas conocía sin decirle a nadie más de eso.

Cabía recalcar que la más preocupada sería su tía la duquesa Yongsun, sin olvidar al cocinero Kim, sus escoltas nocturnos Jung y Min, y al hijo del coronel Park que a veces iba a jugar con él al palacio. Pero nada de eso lograba hacerlo cambiar de opinión ni de avanzar junto a Jungkook quien no decía nada al respecto porque eso no le concernía.

—¿Qué les parece este? —señaló su abuelo por tercera vez desde que iniciaron la búsqueda.

Jungkook abrió el libro donde ambos miraron el dibujo del pino y lo compararon con el que su abuelo decía.

—No se parece.

Con eso su abuelo refunfuño, se dio la vuelta para continuar y se quejó de que ya estaba demasiado viejo para eso. Cosa que no le importó decir en voz alta frente a sus superiores que lo seguían al ser quien mejor conocía ese bosque. Pero claro, no era como si un leñador le interesase que el mismo príncipe viniera con ellos después de haber recibido un cachorro de siete años recién presentado y abandonado, de parte de una criatura con cuernos de cabra que olía a animal enfermo.

Si, ya estaba demasiado viejo para esas cosas.

—¿Él es tu abuelo real?

Asintió.

—Mhm. Lo conocí hace tres años cuando me presente y eso pasó. Me cuida desde entonces. Él también lo ha visto.

—¿Y no has pensado qué harás cuando, ya sabes?

Jungkook sabía perfectamente a qué se refería. Por mucho que debía sentirse dolido por lo que sucedería en el futuro, no lo hizo porque realmente tres años no habían sido tanto para encariñarse y llorar su pérdida. Quizá porque el viejo hombre lo trataba como un leñador más, o porque desde el primer momento que Krampus lo puso en su puerta y le dijo que él lo cuidaría Jungkook se mentalizo que no sería por un largo tiempo viendo la larga barba blanca, arrugas, y pelo canoso debajo de ese gorro rojo.

Iba a ser triste, no iba a negarlo, pero tampoco dejaría que eso le quitara las fuerzas de vivir. Ya había sobrevivido al abandono de sus padres gracias a Krampus. Podría hacerlo sin su ayuda cuando su abuelo tuviera que partir.

—Ha dedicado este tiempo para enseñarme cómo sobrevivir por mi cuenta, pero honestamente no lo sé —respondió sin dejar de mirar sus pies y por donde caminaba—. Pensaba ir a la choza de los huérfanos cuando eso pase y convertirme en sirviente o algo más. Sé hacer muchas cosas.

—¡Jungkook!

Se detuvieron ante el llamado. Jungkook miró en todas direcciones no viendo un rastro de su abuelo entre los árboles y pinos.

—¿Papá Noel? —lo llamó pero no recibió respuesta. Puso el libro bajo su axila y formó una caverna con las manos alrededor de su boca—. ¡Papá Noel!

—¡Aquí!

Una vez lo ubicaron corrieron en su dirección, bajando por una colina levemente inclinada. Los llamados del escolta advirtiendo que Taehyung tuviera cuidado era lo que más se escuchaba.

—Creí que su nombre era Nicolás —dijo el príncipe mientras descendían.

—Lo es. Le digo así por costumbre.

El príncipe exclamó con la boca en una redonda 'O', terminando de llegar al nuevo suelo plano.

—¿Qué opinan de este?

Los cachorros abrieron los ojos al igual que el libro, comparando rápidamente la ilustración. Sus sonrisas estirando las comisuras de sus labios le dijeron al hombre mayor que la búsqueda había terminado.

—Es perfecto.

Nicolás se apartó del pino, dándoles oportunidad a los menores de recorrerlo en círculos inspeccionándolo por completo con el libro abierto.

—¿En serio creen que Krampus lo quiera?

—Claro que sí —respondió Taehyung saliendo de detrás del árbol—. Con esto será feliz otra vez.

Tanto el escolta Kim como el abuelo Santanani intercambiaron miradas escépticas, más se mantuvieron en silencio, no atreviéndose a romper la emoción de los cachorros que parecían olvidar sus clases sociales cuando hablaban sobre el árbol.




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ya sabemos pa donde vamos pordos ajsjjas


gracias por leer

💚✨

A wooden toy / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora