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Algo que había aprendido de Jungkook la última semana era que su estado de ánimo era particularmente alegre con arreboles en las mejillas, ojitos refugiando estrellas y sonrisa contagiosa. Las fresitas frescas sólo lo confirmaban.

Hoy había algo diferente, al menos Taehyung lo veía así pues él imaginaba que el estar pintando las esferas de madera y vidrio sería incluso más divertido. Desde que se sentaron afuera de la cabaña a hacerlo notó el rostro sereno del otro y a las fresas tenues en el aire. Su propio lobito concordaba con su pensamiento de que algo más pasaba.

—¿Estás bien?

Jungkook dejó de pintar unos segundos antes de seguir, mirándolo por debajo de las pestañas. Negó con la cabeza.

—No, Alteza —bajó la esfera de vidrio que llevaba la mitad sólo pintada de amarillo, luciendo preocupado—. Sólo- ¿No tiene otras cosas que hacer? Me refiero a- Es que no quisiera que se metiera en problemas con el rey por venir hasta aquí.

Claro, era eso. Taehyung había estado pasando los últimos días consecutivos pidiéndole a su escolta que lo llevase a la cabaña del bosque donde podía olvidar por una parte del día que era un príncipe y los negativos comentarios de su padre sobre que debía ser egoísta y gobernar con mano de hierro.

—No te preocupes por eso —le sonrió al decir—. Todos en el palacio guardan mi secreto. Si se entera le dirán que salí a clases de piano o a montar a caballo.

Aunque realmente no era como que a su padre le importase lo que hacía. Él había dejado de ser su prioridad desde que su madre murió cuando era un cachorro de cuatro años y se fue a casar con otra mujer que lo despreciaba por ser el hijo de la primera esposa del rey. Ya eran varios años de eso. Taehyung se repetía que en algún momento iba a acostumbrarse.

—¿Cómo eran tus padres contigo? —preguntó viendo la oportunidad en la conversación. Jungkook sonrió cabizbajo, no llegándole la felicidad a los ojos.

—Me amaban —respondió con calma—. Pero sé que era sólo porque creían que sería un alfa. Su sueño era que me volviera alguien fuerte y grande para formar parte de su ejército, Alteza. Así nos darían grandes riquezas, podría haberme convertido en capitán, casado con la hija de algún hombre de la clase alta y llevar nuestro apellido a las familias más importantes de todos los reinos.

—Debió ser doloroso.

—En realidad creo que ya lo veía venir —se encogió de hombros—. También me decepcione un poco, pero Papá Noel me enseñó que no debo despreciarme por lo que soy.

Taehyung duró con esa nueva frase rebobinándose en su memoria los siguientes minutos, llegando a olvidar todas las veces que su padre le reprochaba ser un alfa débil por llorar cuando le daba otro golpe, y que en ese caso debía haber sido omega para vendérselo a otro reino como la puta de un alfa que si valiera su fuerza y vigor.

—Alteza —la voz del más joven lo trajo de vuelta—. ¿Cree que Krampus desprecia lo que es?

—No lo sé —parpadeó dándose cuenta de que ni siquiera había pensado más allá de eso—. Tal vez. ¿Lo has visto triste?

—Sólo enfermo y cansado —suspiró.

Su atención viajó desde la figura de un pingüino que acababa de pintar hasta las esperas de vidrio en la caja que reflejaban los rayos del sol. Estas pintadas únicamente con un sólo color al igual que el resto de figuras de madera.

—Podríamos darle más de un color a esto —Jungkook dejó lo que hacía para escucharlo cuando sostuvo el pingüino en el aire y usó el color amarillo para darle color a su pico—. Así el árbol se verá más bonito y tal vez lo hará más feliz.




🎄🎄🎄




gracias por leer y darle una oportunidad ;^;

💚✨

A wooden toy / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora