Dylan de Jesús Vélez, un pequeño niño de 7 años, sus rizos color chocolate enamora a quien sea y más aún teniendo los ojos mieles iguales a su papi Christopher, también comparte el color de piel y siempre escucha que es igual a su papi Christopher excepto por los rizos.
Le gusta su cabello porque es como solía tenerlo su papá Zabdiel cuando era más joven.
Mueve sus piernitas al ritmo de la música y sonríe, se encuentra en el estudio de grabación con su papá Chris.
Todos lo adoran y es lindo pero detesta cuando apretan sus mejillas.
—¡Dylan es hora de irnos!—escucha la voz de su papá y levanta la mirada del suelo.
Christopher le sonríe y toma su mano saliendo del estudio de grabación.
—¿Papi Chris?—pregunta mientras tira de la mano del mayor.
—¿Qué sucede cielo?—contesta mientras abre su auto y sube a Dylan en su silla del asiento trasero.
—¿Por qué tu y papá Zabdiel ya no viven juntos?
El castaño hace una mueca ante la pregunta, se divorcio de Zabdiel cuando Dylan tenía 6 añitos.
El boricua tomó sus cosas y fue a vivir a su antiguo departamento, dejando la casa para él y Dylan.
—¿Papi?
—Porque a veces los papás discuten mucho y lo mejor es separarse para ya no discutir más.
—¿Discutieron por mi?
—No, discutimos por cosas de mayores Dy—deja un beso en la frente de su pequeño—. Tú eres nuestra mayor bendición.
—Papá Zab dice que llegue como un obsequio—comenta mientras recuerda las palabras de su papá.
—Si—sonríe—. Naciste en noche buena, fuiste y aún eres nuestro obsequio más preciado.
Dylan sonríe—. ¿Vas a llevarme con papá Zab?
Christopher asiente mientras abrocha el cinturón de su pequeño. Sube al asiento del chófer y comienza su camino hacia el departamento de Zabdiel.
Tenían custodia compartida, esta semana le tocaba a Zabdiel hacerse cargo de Dylan.
El ecuatoriano nota el brillo especial en los ojos de su niño y sonríe, a pesar de no estar más juntos Zabdiel cumple con su rol de papá.
Unos minutos más tarde estaciona frente a al edificio del departamento de Zabdiel.
No hace falta decir que conoce el departamento, Zabdiel lo llevo ahí luego de unas cuantas citas.
Mueve su cabeza cuando esos recuerdos lo invaden, mira a su pequeño querer salir del auto.
Se baja y abre la puerta trasera, desabrocha el cinturón y carga a su pequeño.
Dylan espera a que su papi Chris lo deje en el suelo y corre hacia la entrada del edificio.
El castaño cierra el auto y se apresura a alcanzar a el pequeño ojimiel.
—¡Dy!—grita haciendo que su hijo se detenga—. Dylan, tenes que esperarme.
—Es que quiero ver a papá—contesta emocionado.
Christopher solo sonríe y toma la mano de su hijo, ingresan al edificio y caminan hacia el ascensor.
Toca el número 6 y espera a que el ascensor suba, tararea una parte de su nueva canción.
Las puertas se abren y Dylan tira de él, llevándolo hasta la puerta con una gran "B" en la puerta.
—Papi Chris, tenes que tocar el timbre—le recuerda y el castaño asiente tocando el timbre.
Transcurren unos minutos y finalmente el boricua abre la puerta.
Sus ojos se encuentran con los de su ex-esposo y ambos desvían la mirada.
—¡Papá Zab!—exclama el menor y Zabdiel se agacha a su altura y comparten un abrazo.
—¡Mi campeón!—contesta—. Me parece a mi o ¿creciste en esta semana que no te vi?
Dylan ríe negando—. No lo creo pá—mira hacia el interior del departamento y quiere ingresar.
—Dy, ¿donde esta mi beso de despedida?
El pequeño ojimiel sonríe y deja un beso en la mejilla de su papá Christopher.
—Te amo papi.
—Te amo mucho más Dy—contesta y ver a su hijo perderse en el interior del departamento de su ex—. Recorda sus vitaminas y por favor que llegue a tiempo a sus clases.
—Lo tengo anotado, no te preocupes.
—Dijiste eso la última vez y Dylan llego tarde a tres de sus clases.
—Ya me disculpe por eso Christopher.
El ecuatoriano suelta un suspiro y cuenta mentalmente hasta diez, le dijo a su hijo que no discutían por él y no iba a empezar a hacerlo ahora.
—Si tenes una pelea este fin de semana podes llevarlo conmigo, no quiero que Dylan este allí.
—No tengo ninguna pelea programada—contesta y Christopher asiente.
—Nos vemos—murmura y Zabdiel agita su mano despidiéndose del ecuatoriano.
Ingresa a su departamento y mira a Dylan jugar con sus guantes.
—¿Papá puedo pelear como tú?
Zabdiel niega—. No creo que a Christopher le guste la idea y además yo lo hago para que tú puedas hacer otra cosa.
—¿Cantar?
—¿Te gusta cantar?
—Quiero ser como mi papi Chris—comenta con orgullo.
Zabdiel revuelve su cabello y sonríe—. Vas a ser mejor que Christopher.
Dylan sonríe y finalmente hace la pregunta—. ¿Por qué tú y papi Chris ya no viven juntos?
—Porque a veces los papás ya no pueden vivir juntos y por eso uno tiene que irse.
—¿Por qué discuten?
—Si Dy, los papás discuten y eso no es bueno para sus hijos.
El pequeño asiente y continua con los guantes de boxeo.
—¿Qué vamos a cenar Dy?
—¡Macarrones con queso!—contesta y Zabdiel camina hacia la cocina buscando los ingredientes—. ¡Papá Zab!
El rubio vuelve a la sala y mira a su hijo señalar la televisión—. ¡Es papi Chris!
El boricua sonríe al ver los ojitos de Dylan mirar atentamente a su papá en televisión.
Si no fuera por Dylan ellos ya no tendrían comunicación alguna.
Probablemente él habría vuelto a Puerto Rico junto a su familia y Christopher se había quedado en Miami.
Solo llevan un buena relación por Dylan.
Su pequeño milagro de Navidad.
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Buenassss, ando inspirada y les traigo el primer cap <3
Espero que les guste <3
Voten y comenten mucho <3
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Solo por él
FanfictionLuego de un matrimonio fallido, Zabdiel y Christopher tienen que intentar llevar una buena relación por su pequeño hijo.