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La semana transcurre demasiado rápido para gusto de Zabdiel, es domingo por la mañana y su teléfono lo despierta.

Lo toma de la mesita de luz que se encuentra a lado de su cama y lo lleva a su oreja.

—¿Si?—contesta somnoliento.

—Zabdiel, ¿Dónde estás?—el rubio gruñe al escuchar a su manager del otro lado de la línea.

—Rich, es domingo—le recuerda y se sienta en la cama.

—Domingo 19, tenes que llegar a tu exhibición en menos de 20 minutos.

Zabdiel murmura una maldicion—. Dylan esta conmigo y le dije a Christopher que no tenia ninguna pelea.

Richard suspira del otro lado de la línea—. Programamos esto hace un mes Zabdiel y según tus cálculos, Dylan iba a estar con Chris este domingo.

—Soy malo con los cálculos—contesta haciendo reír al dominicano—. Llego en 10.

—¿Y Dylan?

—Voy a llevarlo con Christopher—contesta y cuelga la llamada, se levanta de si cama y camina hacia la habitación de Dylan.

Observa al pequeño rizado dormido profundamente, se acerca y lo mueve lentamente.

—Dy, tengo que llevarte con Christopher—mumura.

—¿Ahora?—pregunta confundido mientras abre sus ojitos.

—Si—suspira—. Tengo una pelea y no puedo llevarte—explica.

El pequeño ojimiel solo asiente y sale de su cama, toma una mochila y pone algunos de sus juguetes en ella.

—¿No vas a cambiarte?—pregunta recibiendo una negación por parte de su hijo y sale de la habitación.

Sabe que Dylan esta molesto con él, camina hacia su cuarto, se cambia rápidamente y prepara su bolso con su ropa y sus guantes.

Cuelga su bolso en su hombro y toca la puerta de la habitación de Dylan, el pequeño rizado sale y ambos caminan hacia la puerta.

Zabdiel toma la mano de su hijo y éste lo suelta, camina lentamente hacia él ascensor.

—¿Te gustaría que compremos el desayuno?—pregunta mientras suben al ascensor.

—No—contesta y se cruza de brazos.

Zabdiel solo se queda en silencio y llegan al estacionamiento del edificio.

Dylan busca el auto de su papá y espera a que abra, sube en la parte trasera y abrocha su cinturón.

El rubio controla que el cinturón esté bien abrochado y sube al asiento del conductor.

Conduce en silencio mientras que Dylan sólo observa por la ventana.

Unos minutos después Zabdiel estaciona frente a la casa blanca y baja del auto.

Abre la puerta trasera y Dylan desabrocha su cinturón y baja del auto.

Zabdiel lo ve correr hacia la puerta principal y suelta un suspiro.

Llega a lado de Dylan y toca el timbre esperando a que le abran la puerta.

Christopher abre la puerta y se soprende de ver al boricua allí.

Dylan ingresa a la casa y no se despide de su papá, el castaño mira al boricua esperando una explicación.

—Tengo una exhibición, dijiste que no puedo llevar a Dylan y ahora esta molesto.

—Recuerdo que dijiste que no tenias nada programado Zabdiel.

—Confundí las malditas fechas Christopher, no es el fin del mundo.

—Lo es para Dylan—murmura—. Voy a llamar a Richard y pedirle tus horarios, luego podemos acordar bien las fechas para que Dylan pase tiempo contigo.

—No necesito que hagas eso.

—Es necesario Zabdiel, no quiero que Dylan vuelva triste a casa.

—Es porque tú no me dejas llevarlo a mis peleas.

—¡Mi hijo no tiene que estar en ese lugar!—exclama cansado.

—¡También es mi hijo!—contesta de la misma forma.

Erick se acerca cuando escucha los gritos, carraspea para cortar el ambiente tenso.

—Chris, Dylan acaba de dormirse.

El castaño asiente—. No rompas su corazón Zabdiel, no a él—murmura y cierra la puerta.

El rubio suelta un suspiro, vuelve a su auto y conduce hacia el lugar de la exhibición.

Baja del auto y las cámaras lo siguen, finalmente ingresa al lugar donde Richard lo está esperando.

—¡Ahí estas!—exclama aliviado—. Pensé que iba a tener que ir a boxear por ti.

Zabdiel solo procede a cambiarse y el moreno suelta un suspiro—. Sos un buen padre Zab.

—Dylan no piensa lo mismo, no me hablo en todo el camino y seguramente no va a querer venir a verme.

Richard se queda en silencio—. Chris llamó y ya organizamos tus horarios.

—¿Cuándo voy a verlo?

—Dentro de dos semanas—contesta.

—¡¿Dos semanas?!

—Esta semana es de Christopher y tu tienes una pelea el viernes de la próxima semana.

Zabdiel asiente y Richard lo ayuda a colocarse los guantes.

—Ahora te necesito enfocado en esto—habla—. Si queres descargar energía, hacelo sobre ese idiota.

—Hecho—choca su puño con el del dominicano.

(...)

Christopher deja un beso en la frente de su pequeño y sale del cuento cerrando la puerta.

Baja las escaleras y mira a Erick sentado en un taburete en la isla de su cocina.

—¿Cómo está?

—Dormido—contesta y toma su taza de café—. Tal vez se despierte en una hora para desayunar.

—¿Qué sucedió?

—Zabdiel olvido que tenia una pelea—contesta molesto—. Decidí que Dylan va a pasar estas dos semanas conmigo.

—Zabdiel también es su papá Chris.

—Lo sé Er pero no puedo permitir que Dylan vuelva a casa triste solo porque Zabdiel olvida sus asuntos.

El ojiverde asiente—. Chris, tu viaje a Los Angeles.

—Es la semana que le toca a Zabdiel, tranquilo.

—Oí que alguien esta muy ansioso por conocerte—murmura divertido.

Christopher niega sonrojado—. Erick, solo son rumores.

—Si claro, rumores—se burla.

El castaño deja de lado el tema porque no está listo para iniciar una relación, Dylan es su prioridad.

—Me parece que te falta sexo—comenta haciendo a Christopher sonrojarse.

—¡Erick!—exclama avergonzado.

—Vamos Chris, que yo recuerde no estuviste con nadie más desde que te divorciaste de Zabdiel.

El castaño se queda en silencio.

—Tal vez el viaje a Los Angeles te haga bien.

Christopher ríe y niega, ser una figura del espectáculo es difícil y tiene que diferenciar quien lo busca por fama y quien por quien realmente es.

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Espero que les gustee <3

Voten y comenten mucho <3

Solo por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora