Solo por él

cinco

Dylan salta sobre la cama de su papá Zabdiel para despertarlo.

—¡Papá Zab! ¡Hoy llega papi Chris!—exclama emocionado mientras continúa saltando.

El rubio abre los ojos y mira a su hijo—. Dy, es temprano aún.

—Tenemos que desayunar y vestirnos para ir a buscar a papá—habla mientras se sienta en la cama.

—Creí que tu tío Erick iba a traerlo—le recuerda y se sienta en la cama.

—Tío Erick se quedo en Los Ángeles y yo le dije que íbamos a buscar a papá.

—¿Cuándo hablaste con tu tío Erick?

—Ayer—contesta y baja de la cama—. Tío Richard me presto su celular.

Zabdiel asiente y se levanta de la cama—. Tenes que tomar un baño Dylan.

—¡Jamás!—exclama mientras corre hacia su habitación.

El boricua ríe y corre detrás de su hijo, luego de perseguirlo por el departamento finalmente logra bañarlo.

Deja que Dylan escoja su ropa mientras él toma una ducha rápida.

Sale de la misma, busca unos jeans, una camiseta y zapatillas.

Se viste rápidamente y sale hacia la cocina para preparar el desayuno.

—¡Papá Zab, tenemos que irnos!—exclama.

—Dy, tenemos que desayunar—regaña—. No podemos irnos así.

—Vamos a desayunar a un Starbucks, el avión de papi Chris ya va a aterrizar.

Zabdiel es arrastrado por su hijo de siete años y no entiende de donde ese pequeño niño ha sacado la fuerza para llevarlo fuera de su departamento.

Llegan al auto y el rubio comienza a conducir hacia el aeropuerto.

El camino es silencioso porque Dylan se duerme luego de unos minutos iniciado el viaje.

Finalmente llegan al aeropuerto y Zabdiel estaciona su auto, baja del asiento y abre la puerta trasera.

—Campeón, llegamos—el pequeño ojimiel abre sus ojos.

—¿Y papi Chris?

—Su vuelo aún no llega, vamos a desayunar mientras esperamos—habla y carga a su hijo.

Ingresa y observa una pequeña cafetería, ordena un café y una chocolatada para Dylan.

Los dos desayunan entre risas y Dylan observa a varias personas con cámaras esperando.

—¿Por qué esa gente tiene cámaras?

—Son paparazzi Dy, ellos le toman fotos a las celebridades.

—¿Cómo tú y papi Chris?—el rubio asiente y su teléfono vibra, lo saca de su bolsillo y lee el mensaje de Richard.

—Por favor decime que estas en tu departamento.

—Estoy en el aeropuerto con Dylan esperando a Christopher, ¿que sucede?—teclea mientras Dylan estar terminando su chocolatada.

Suelta un suspiro y marca el número de Richard, finalmente al segundo tono el dominicano le contesta.

—Richard, ¿que sucede?—pregunta confundido.

—¡Papá Zab, ahi está papi Chris!—exclama el menor señalando a la multitud de gente.

El rubio toma la mano de su hijo y Dylan sólo corre lo más rápido que puede.