La Belleza de las Piezas del Rompecabezasse

Capítulo 16

Ayame miró su teléfono mientras Sesshomaru y Rin se alejaban para subir. Podía oír a Koga murmurando a su lado. Necesitaban una niñera cuanto antes. Recorrió sus contactos y sonrió al ver el nombre de Yumi. Pulsó el botón de FaceTime y esperó a que sonara. Después de dos timbres, una bonita demonia de pelo oscuro y ojos verdes contestó.

"¡Mamá! ¿Cómo estás?"

"¡Hola, cariño! ¡Estamos bien! Han pasado unos meses. Intentamos dejarte en paz. Sabemos que viajas con tu novio".

"Hablando de novio, ¿cuándo va a hacer de ti una mujer honesta?" Preguntó Koga, asomando la cabeza en la llamada.

"¡Papá! Sabes que estamos llegando". Dijo Yumi con una mirada de soslayo. "Mamá, por favor, dime que no has llamado sólo para eso". Yumi entonces colgó el teléfono mientras se sentaba en una mesa.

Ayame le dio una ligera palmada a Koga en el hombro. "No, no lo hicimos. Mira, sé que es poco tiempo, pero eres el más cercano. ¿Podrías venir a ver a tus hermanos el domingo por la noche?"

"Hm sí. No veo por qué no. Espera". Ayame pudo ver cómo Yumi se volvía hacia la cocina. "Oye, nena, ¿quieres venir conmigo a vigilar a mi hermano y hermanas el domingo por la noche?" Ayame escuchó un sí apagado.

"¡Sí! ¡Podemos estar allí! Saldremos mañana a primera hora y estaremos allí a última hora de la tarde. ¿Pasa algo?"

Ayame suspiró, mirando a Koga. "Sí. Algo está pasando. Cuando llegues, te pondré al corriente. Básicamente tienes una nueva hermana que está saliendo con uno de los hombres más ricos del mundo".

"¿NANI?"

Ayame oyó romper un plato de fondo, lo que le hizo soltar una carcajada.

"Maldita sea..... Puede que nos vayamos esta noche. Necesito saber qué está pasando cuanto antes". Dijo Yumi conmocionada.

Ayame se acomodó la barbilla en la mano, sonriendo. "Bueno, cuando os vayáis, tened cuidado. Nosotros también nos hemos mudado. Te mandaré un mensaje con nuestra dirección. Mándame un mensaje cuando estés de camino, ¿vale?"

"¡Bien! ¡Nos vemos pronto! Os quiero". Yumi sopló un beso, y la llamada terminó.

"Muy bien, vamos a mirar en internet a ver qué grandes almacenes tienen disponibles para nosotros". Dijo Ayame mientras cogía su tableta para navegar.

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