Café

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CAPÍTULO 6

Sakura arqueó una ceja, mientras Sayuri permanecía firme al seguir hablando.

—Jamás imaginé que un simple accidente llevaría al despido de esa señorita tan amable y servicial, me parece injusto que hayan tomado medidas tan enérgicas...

—Urushihara san —Sakura interrumpió su queja con serenidad y  algo de aburrimiento—este centro comercial consta de doscientos cincuenta y cuatro empleados, como heredera del grupo Urushihara, vas a estar a cargo de mucha más gente, en la instrucción a ser una líder, debes saber que hay errores que no puedes dejar pasar, además de que, tratar por igual a un empleado que no se esfuerza tanto como los otros es lo que es verdaderamente injusto.

—Un accidente no se involucra con el esfuerzo. —respondió ella con firmeza.

Sakura sonrió al ver por primera vez a una mujer hablarle con tanto valor.

—El accidente no es el error —suspiro ligeramente mientras Rin entraba con dos tazas de té, tras ponerlas frente a cada una, se retiró —¿puedes contarme cómo sucedió exactamente?.

—Al parecer ella estaba cambiando una prenda del maniquí, cuando yo iba pasando resbaló de sus manos por el peso, entonces me cayó en este lado de la cabeza —señaló — no es culpa de nadie.

—¿Es la función de un gerente cambiar las prendas de los maniquíes?.

Con la frente arrugada Sayuri respondió —Supongo... que no.

—No, si mi gerente, la líder, no comprende la regla básica de confiar en la capacidad de cada subordinado para hacer el trabajo por el que se le contrató, y decide hacer las cosas por ellos ¿es realmente una buena líder? —se inclinó hacia ella clavandole la mirada, al tiempo que la cara de la chica se ponía roja—¿Tienes planeado contratar gente para hacerles tú misma el trabajo? —Sayuri se quedó muda —No tiene sentido cierto.

—Haruno san...

Sakura levantó la mano, señalando que aún no terminaba de hablar.

—Tú lo sabes, en la sociedad japonesa, no hay cabida para errores tan graves, sobre todo si la víctima decidía tomar venganza por el daño a su persona, bajo mi sistema despedir al empleado es mi forma de protegerlo.

Sayuri expandió sus ojos sorprendida —Yo no soy ese tipo de persona, por algo estoy aquí.

—¿Cómo saberlo? No tenía el gusto de conocerte.

Sayuri se hizo pequeña frente a Sakura, ella era una mujer de apariencia delicada y dulce pero tenía un carácter imponente, su inexpresivo rostro y sus palabras hacían sentir a Sayuri como una persona bastante estúpida, sin importar que dijera, Sakura refutaría seguramente su argumento hundiendola más, huir a veces requería más valor que cobardía.

Los pies de Sayuri sin embargo estaban como pegados al suelo, por lo que mejor siguió hablando—No es el caso, te pido que le devuelvas el trabajo a la chica, nunca haría algo en contra de alguien por una cosa tan insignificante.

—Lo siento Urushihara san, te he explicado mis motivos —se tocó la cabeza como si estuviera harta—Así son las cosas—miró la taza de té llena—¿No te gusta el té? —preguntó para señalar lo grosero que es rechazar la amabilidad de un anfitrión.

Respirar empezaba a ser más difícil para Sayuri, se miró las manos, temblorosas como no las veía desde aquel día en que hizo el examen de admisión a la universidad.

Reguló su respiración, para disimular su nerviosismo, extendió la mano  llevándose con cuidado taza a la boca y tomó un poco.

Había escuchado muchas cosas sobre Sakura y su admiración por ella era real, sin embargo un sentimiento de inferioridad nacía en lo profundo de sus entrañas, acrecentandose al mirar las uñas cortas y sin esmalte de Sakura tomar su taza de manera tan sofisticada, era la primera vez que la veía de cerca, era aún más bonita de lo que se veía en fotos.

First Be A Woman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora