― ¡Hola, amigos!
Era Neville Longbottom, delgado y con una ropa elegante que demostraba que sus gustos al vestir habían cambiado desde Hogwarts, traía en sus manos una botella de vino, y... a Ginny Weasley del brazo.
Harry se sintió incómodo al recibir una mirada inquisidora de parte de la pelirroja, quien parecía fulminarlo con sus ojos azules. Neville por su parte, vio a Harry y saltó de alegría hasta su mesa.
― ¡Harry! ¡Hermione! ―saludó― Que alegría verlos.
Ambos se levantaron para darle un abrazo a su amigo, pero Ginny no se movió desde la puerta, seguía mirándolos fijamente, pero no tenía intención de soltar una sola palabra por lo que aparentaba.
― ¿Estudias biología, Neville? ―la castaña preguntó.
― Uhm, no. Herbología.
― Eso es genial, Neville ―Harry agregó.
― Gracias chicos ―el sonrió y luego miró hacia atrás, donde una Ginny con mirada enojada y cruzada de brazos lo miraba con desaprobación. El volvió a girar hacia sus amigos y trató de explicar― Perdonen a Ginny, seguro se siente incómoda con ustedes, ya saben, ahora que están juntos. Pero no se preocupen por ella, disfruten la fiesta.
Y dicho esto, su amigo se fue hacia Ginny para llevarla hasta la mesa larga y tomar asiento allí. Harry y Hermione quedaron impresionados ante las declaraciones de su amigo, no pudieron decirle nada respecto a Ginny ni a la relación que asumió que tenían por la fuerte impresión.
Hermione se giró para mirar a Harry.
― Creo que podríamos salir a tomar el aire, o simplemente ir a otro lugar, Luna lo entenderá...
El pelinegro frunció el ceño.
― No tenemos por qué ir a ningún lado, si es por lo que dijo de Ginny, no...
― Por favor, Harry ―ella suplicó.
El chico cedió ante la mirada de la castaña, y se levantó para luego despedirse de Luna y Rolf con las manos y salir fuera del lugar. El frío los abrazo al instante, una brisa que verdaderamente congeló sus huesos por completo. Harry maldijo en voz baja y se quitó su abrigo para ponérselo a Hermione, quien tembló un poco.
― No, Harry... no te lo quites ―ella protestó.
― No estoy para discusiones, te vas a resfriar ―musitó Harry, tajante.
― No, no lo quiero ―la chica trató de quitarse de encima el saco de lana, pero él la rodeó con sus brazos, y la terminó abrazado fuertemente, imposibilitando sus movimientos.
El pelinegro escondió su rostro en el hueco del cuello de Hermione, ella podía sentir su respiración en un lugar muy sensible a la par que su cintura era rodeada. La castaña aflojó los brazos, y también rodeó al chico.
Se sintió un poco miserable, por haberle pedido salir al frío tan salvaje que hacía allí. Pero, a la par creí que no podría seguir allí mientras Ginny la mirara de esa manera.
Solían ser amigas...
― No tomes en cuenta lo que dijo Neville, yo ya no tengo nada con Ginny hace tiempo, no puede molestarse con nosotros. Lo que pasó con ella fue en el pasado, y no tiene nada que ver contigo en hecho de que ya no estemos juntos ―Harry musitó, sabiendo que había pensamientos de ese tipo en la cabeza de la castaña.
― Siento que traicionamos a Ron y a Ginny... ―ella confesó.
― Nadie ha engañado a nadie... ―él razonó― Puede que los sorprenda un poco, pero no estamos haciendo nada malo.
La castaña asintió, aún enterrada en el abrazo.
― No puedo evitar... sentirme bien a tu lado, Harry. Y es tan complicado, yo solo desearía elegir a quien amar para no lastimar a nadie ―la chica estaba sincerando su mente y su corazón.
Harry se apartó un poco para mirarla fijamente, con unos ojos severos que demostraban el dolor que sintió con esas palabras.
― Si tu pudieras... ¿Elegirías amar a Ronald? ―él inquirió― ¿Es lo que quieres?
Ella entendió que cometió un error al decir aquellas palabras, y trató de retractarse.
― No, Harry...
― Uno siempre debería elegir lo que quiere para su vida, Hermione ―la interrumpió― Si de verdad quieres a Ron, yo jamás interferiría, y nunca lo hice en el pasado. Pensé que éramos dos personas libres conociéndose, y tal vez podría llegar a algo más... Pero si quieres a otra persona, lo mejor para ambos es que me aleje ―el se precipitó― Y lo siento, lo siento por haberte dicho que tenía sentimientos por ti, no quería obligarte a que sientas lo mismo.
Hermione quedó helada ante las palabras de él, y más porque nada de eso era como lo decía. Era complicado, porque sus sentimientos por Harry eran más fuertes que su consciencia que le decía que lastimaría a Ginny y Ron. Ella no amaba a Ron, pero Ron si la amaba, y ahora ella le estaba dando su corazón a su mejor amigo.
Lo que le gritaba su corazón era que quería estar con Harry, pero aún había cosas que pesaban del pasado de ambos, tal vez era la culpa de no poder amar a quien le había dado mucho... como era Ron, y toda su familia para Harry y para Hermione.
Se le cristalizaron los ojos a ella, y la impotencia la llenó, porque no podía decir una sola palabra para consolar a Harry, quien claramente se veía herido. Él entonces, luego de un breve silencio decidió decir.
― Vámonos ya, Hermione. Te llevaré a casa, y... ya no es necesario que digas nada. Sólo me alejaré.
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Mi Hogar [Harmione]
Fiksi PenggemarLuego de que terminara la batalla contra el señor tenebroso, el trío de oro se enfrenta a la nueva vida fuera del peligro de muerte y misterios sin resolver. Ahora tienen más tiempo de pensar en lo que sienten... en lo que quieren; y tal vez eso pu...