Aegon I Targaryen pt.2

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Un corte en el labio de la joven y luego un dedo marcando su frente con la misma sangre que brotaba de allí, para luego repetir esos movimientos con Aegon. Atravesaron sus manos con la misma daga y dejaron caer su sangre dentro de una copa de la cual debían beber.

Aemma hizo una mueca al sentir el gusto metálico y Aegon sonrió al verla. No podían dejar de verse, aunque por lejos ella era la más emocionada. Estaba casada con el que siempre ha sido su amor.

Aegon no había hecho promesas vacías, él realmente dedicará su vida a protegerla al igual que lo hace con sus hermanas. Ella ahora sería un pilar importante de su vida y entregaría su confianza y fidelidad para Aemma.

Deslizando sus gruesos dedos por el contorno de su cara, mirándola con amor, dijo:

—Mi reina.

***

La celebración de la boda se daba con total normalidad. Un banquete sencillo debido al poco tiempo de preparación pero bastante amplio y lleno de cosas exquisitas de igual modo.

Aemma se encontraba al lado de su esposo con una sonrisa que abarca de oreja a oreja.

Todos aquellos que apoyaban a su rey se encontraban aquí.

Visenya se encontraba sentada a su izquierda, Aegon estaba entre ambas. Rhaenys estaba a su derecha, una junto a la otra.

La mayor no tenía una expresión que mostrara como se sentía, prefería mantenerse imperturbable y limitarse a asentir o hablar lo justo y necesario. Por el contrario su hermana se mostraba más alegre, incluso la abrazó fuerte al llegar a la sala donde se encontraban ahora y hasta entablaba conversaciones que lograban relajar a la más joven.

Justo ahora, ambas reinas tenían sus manos entrelazadas.

—Tengo algo para ti que seguro te encantará —Aegon habló —Rhaenys lo eligió para ti.

Aemma se encontraba emocionada y curiosa de saber que era.

Un maestre apareció un instante después cargando un pesado cajón o eso creía ella.

Este lo dejó sobre la mesa, hizo una segunda referencia y luego se alejó. Aegon se levantó a la par de la joven quien lo hizo de un salto queriendo ser ella quien vea lo que había por su cuenta. El hombre rió ante su emoción.

Casi chilló de emoción al ver un huevo de dragón. Estiró sus brazos para tomarlo ella misma con sus manos, tomándolo con tanto cuidado como si temía que fuera a romperse.

—La primera nidada de Meraxes dejó cuatro huevos, Rhae eligió el más hermoso para ti.

Lo vio con gran alegría y luego besó a su esposo a modo de agradecimiento, para luego descender y besar a Rhaenys también en los labios, algo que la mujer no dudó en disfrutar.

Abrazó a Aegon de lado sin dejar de mirar su nueva adquisición. Ya se encontraba pensando nombres.

—Será un honor que pelees a mi lado.

Aquello había sido un gran halago para la nueva reina, la idea de pelear por su nuevo hogar era increíble y deseaba poder disfrutar de ello alguna vez, solo solo batallar.

—Ha sido suficiente de celebraciones ¿No crees, amor? —susurró en el oído de la bella chica poniéndola nerviosa —Me encontró algo impaciente.

La joven no era conocedora de las artes de complacer a un hombre, su parte había preservado no solo su pureza, su no también su inocencia. Llegado el momento haría algo al respecto pero no hubo oportunidad.

—Tranquila —dijo al verla tan pensativa—, si te sientes incómoda podemos buscar otras formas o incluso parar. No te obligaré a nada.

Asintió y sonrió al hombre, este se pudo de pie ofreciéndole la mano.

𝓕𝓾𝓮𝓰𝓸 𝔂 𝓼𝓪𝓷𝓰𝓻𝓮 ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora