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—hola— menciono el chico del binnie ante el espejo, practicaba como si fuera la actividad mas importante, para él era muy necesario, era como si peleara de nuevo por tener la mejor primera impresión, iría de nuevo a las nevadas en unas horas, quería ver a su hermano y, sobre todo, deseaba saber como se encontraba T/N— ¿qué tal?— dijo quitándose el bisnieto y acomodándolo nuevamente sobre su sedoso cabello azabache, limpió sus manos sobre su limpia sudadera azul, tocó el cuello de esta hasta llegar a tomar el gorro, colocándolo encima de la tela que descansaba sobre su cabeza, había extrañado aquel look simple, pero a veces su piel extrañaba las finas camisas de seda blanca y los grandes sacos que usaba cuando fingía ser su hermano, aunque en algún momento odió besar a Jshlatt por su hermano, amaba el poder que tenía cuando fingía ser él— ¿cómo te va?— qué diría T/N cuando lo viera de nuevo, a caso lo odiaba tanto como para sacarlo de su propio hogar— que frase más vulgar con la que me voy a presentar

Si era sincero, y esta vez planeaba ser totalmente sincero, él ya conocía a T/N de antes, recordaba haberla visto en un par de cenas con su hermano, esas regantes cenas de negocios que él tanto odiaba, incluso recordaba haber visto a la linda chica llorar alguna vez por uno de esos largos pasillos, mientras sostenía un par de hojas acompañadas de fotos, tal vez se enteraba de algunos de  los escándalos de Quackity, tal vez su hermano había sido un estupido una vez mas y aunque, tal vez, nunca tendría respuesta alguna, siempre se pregunto qué había hecho llorar a la linda chica.

—¿estas listo cariño?— Sapnap entraba por aquellas grandes puertas que daban la bienvenida a su habitación, kinoko era un lugar precioso, lleno de lindas flores, arboles, atracciones y colores, lo habitaban aquellos dos hombres con los que alguna vez pensó pasar el resto de su vida y eso era lo mas precioso que albergaba aquel lugar— sé que estas nervioso, pero...

—si Karl sabe que estás aquí te matará, tienes que salir de aquí lo antes posible— contraatacó Alex, sin verlo directamente, mientras sostenía su mirada a través del espejo

— jamás lo haría, tu también eres mi prometido— explicó suavemente acercándose al cuerpo del chico y acariciando su cintura, mentiría si dijera que no había extrañado como se sentía el arco levemente pronunciado de aquella piel, su aroma seguía siendo el mismo del día que los había dejado, vio, a través del espejo, como aquellos labios que alguna vez lo habían besado con ternura, desesperación y, aunque ya no lo admitirían, con excitación, ahora se cerraban en una mueca de inconformidad y, solo por esa vez, no planeaba prestar atención a aquel rostro que le pedia con la mirada que se detuviera, su mano bajo al muslo, acariciandolo encima del pantalón

—sapnap, fue suficiente— respondió una voz temblorosa y una pequeña mano tomó la mas grande, deteniéndola un poco

—Alex, te extrañé— sintió un pequeño beso ser depositado sobre su hombro

—sappy nappy ¿dónde estas, mi amor?— escucharon la voz de Karl al otro lado del pasillo, esto fue impulso suficiente para que el pelinegro se separara del abrazo

—te veo al rato afuera, gracias por acompañarme a casa de mi hermano— mencionó  rápido mientras casi corría a baño a esconderse, cerrando la puerta detrás de él

Se sentó en el suelo del baño, aun con la respiración agitada, cubrió su rostro sonrojado con una de sus manos, la otra se regreso al muslo recién tocado por quien alguna vez fue su amante, internamente agradecía y maldecía a Karl por haber interrumpido el momento, pero sabia que era mejor, él jamás seria algo en sus vidas de nuevo, cuando escuchó la puerta cerrarse, se levantó lentamente del suelo para llegar al lavamanos y mojar su rostro, acaricio su cintura de la misma forma que sapnap lo había hecho, secó su cara, se dio una leve sonrisa y salió del baño como si nada hubiera pasado.

Bajó las escaleras hasta llegar a una pequeña pero acogedora sala de estar, donde Karl y Sapnap se estaban besando, mientras que el mas bajo acariciaba con cuidado la cintura del chico lindo de sudadera de colores, quien tenia su cabello decorado con lindas flores y en sus manos tenia un par mas, su corazón dio una vuelta dolorosa y sin intención de interrumpirlos siguió su camino hasta la puerta de la entrada para salir del hogar de esos dos chicos, fingió por unos días que él pertenecía ahí, pero nada más alejado de la realidad.

—espera, cariño— gritó Sapnap haciendo que el azabache detuviera su andar, sin quererlo había derramado un par de mejillas que rodaban por sus mejillas — lo lamento, me ocupe un poco— admitió mando lo de la cintura una vez mas, girandolo para ver su rostro, Alex se sentía estupido mientras que  él menor lo miraba — no llores cariño, también a ti puedo besarte— mencionó burlón— solo tienes que pedirlo

—no, gracias— contestó  dejando caer su cabeza en el pecho contrario, estaba cansado de fingir ser fuerte, ya era suficiente

—cuando estes listo

Y aunque sabia que ese "cuando estes listo" tenia mucho de fondo, él ya no creía estar listo para nada

—vamos a las nevadas, por favor— se separó del cálido pecho que ya no le pertenecía.

Who si he? (Quackity y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora