Llegando la noche, llegando a ese supuesto lugar llamado hogar.
Llego a descansar, llego al sofá.
Miro mi celular, no hay que revisar, sin mensajes que contestar. Miro alrededor, no encuentro a nadie en el comedor, ni en el living, ni en el corredor.
Pasa el tiempo, y me debato entre comer un plato, o simplemente pasar del recalentado. Ya que una que otra vez me voy a la cama sin comer.
Hago mi parada por el baño.
Me saco los lentes, me lavo los dientes, me veo de atrás, de frente, de perfil, de frente nuevamente.
Analizo la estructura que me mantiene.
Veo cada extremidad, mi vista sube por aquí y por allá. No lo puedo dejar de pensar.
¿Es acaso este mi cuerpo de verdad?
Se me es un poco complicado de no odiar.
Trato de no pensar, tampoco está tan mal.
Empiezo a recordar a alguien decir "no te tienes que conformar", analizo un poco más, esto y aquello podría cambiar.
Puedo recordar comentarios de mi tía y abuela hablar de comer más, que para eso la comida está.
Pero luego no paran de recalcar la imagen corporal de los demás.
Pienso un poco más, mi edad no logro encajar, siento mi cuerpo no concordar.
Odio mirar y tratar de identificar a la persona que se muestra en el espejo al reflejar.
Veo cuantos aritos me he hecho, pero aun así, unos cuantos más deseo
¿Por qué lo quiero asi?
Solo he podido pensar en que eso es asi, porque algo busco cumplir, tal vez unos años añadir, mi apariencia modificar, y como no me se maquillar, ¿que mejor que algo que brilla y no es temporal?
Tal vez quiero dejar, de una niña aparentar.
Tal vez por eso no me molesta, el comentario que más me representa, y es que me gusta la ropa vieja y me visto como una abuela.
Además de buscar, más años aparentar, también me dan mayor seguridad, los accesorios que me he de colocar.
Aunque mi mamá suela insinuar, que lo hago con tal de lastimar, o mi papá vaya a mencionar, que es una manera absurda de marcar y que un rastro va a dejar.
Solo busco dar una imagen de elegancia y buena calidad, como lo hace mi mamá y mi papá, y así menos diferencia habrá, y mayor armonía familiar se pueda presenciar, algo asi como una familia ideal.
Aunque claro está, que eso ya no se va a lograr. Mínimo debo aparentar, que eso no me ha de afectar, aunque lo haga, ahora con menos intencidad.
Odio esa sensación de inferioridad, la fragilidad que me otorga mi edad, el sentimiento de incapacidad, en el medio del divorcio estar, sentir que me manipulan de aqui y de allá, sin saber bien en quien confiar.
Odio por esto tener que pasar, y es mucho peor al escuchar, a las personas hablar y decir que es algo de la edad, algo normal (LO SÉ, TÍPICA QUEJA ADOLESCENTE).
Sin muchas más vueltas que dar, en otra cosa me pongo a pensar, tal vez en las tareas que dejé sin completar, como por ejemplo, que los platos dejé sin lavar, por lo que mi madre se va a enojar, o mi pieza sin ordenar, por lo que mi padre se ha de decepcionar, las actividades que planeaba empezar, o de como podría mis actitudes mejorar, que según mi mamá conmigo no se puede hablar,ya que cuando me levanta la voz me pongo mal, o que mi padre se queja de que con él no quiero estar, cuando recuerdo en mi infancia tratar de recordar los horarios y el lugar de donde él iba a estar, para así buscar un tiempo, para poder con él jugar, y solo quedaba la hora de la reunión familiar, pero él estaba concentrado en otra actividad, como la ronda de poker que siempre se solía jugar.
No se para que lo hago, si sé que voy a terminar llorando, lamentando otras decisiones no haber tomado.
Trato dejarlo todo de lado, para aproximar párpado con párpado, y a un estado de sueño profundo estar entrando.
Pero sigo viendo el tiempo pasar, la hora de despertar aproximar, las horas de sueño calcular, múltiples horarios revisar, apostar la hora de llegar a cierto que otro lugar, lo que tengo que realizar para el día siguiente al que le sigue en el que voy a despertar.
Y sin más pensar, sin aviso presentar, mi conciencia ha dejado de pensar, y en paz se ha puesto a descansar.
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El Día A Través De Poemas
PoetryEn este libro se presenta a un adolescente común y corriente, sin nombre ni apellido, que nos muestra un viaje por lo que suele ser un día de su vida, nos muestra sus pensamientos relatados en un intento de rima, que son más que nada palabras que pa...