𝐁𝐮𝐥𝐥𝐞𝐭𝐩𝐫𝐨𝐨𝐟 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭 | 𝑮𝒉𝒐𝒔𝒕/𝑺𝒐𝒂𝒑.

Capítulo 2: Inquerible.

De alta gama era categorizado el vehículo que esperaba por su dueño en la entrada del gran edificio, nada extraordinario considerando la locación, pero sin duda era un auto bonito, muy bonito, así lo describía el empleado a cargo de su custodia, quien le tomaba una foto momentos antes de ser sorprendido por el propietario de este, avergonzado y algo agitado por su proximidad tan cautelosa y falta de sonido, hizo la entrega de sus llaves no sin antes elogiar su adquisición, aún nervioso, pero genuinamente encantado, su dueño tomó el comentario y agradeció con seriedad y formalidad, más de la que requería, en verdad.

Para Ghost siempre era un agrado adentrarse en su vehículo, nunca demostraba tener apego por cosas materiales, pero sin duda su auto era una adquisición de lo más preciado para él, lo sentía como algo propio de él, algo familiar y de lo más cómodo, su esencia estaba en ese auto, ese auto de color negro, de dos asientos y de espacio suficiente para él, una persona sola. El agradable sonido que hizo el motor al encenderse fue estimulante y motivador, no solo para él, sino también para el chico que se encontraba afuera, expectante e interesado, tanto así que a Ghost le llegó a parecer gracioso y ridículo, y tan pronto como lo encendió, partió. Para su sorpresa, la avenida que tomaba camino a casa no estaba tan concurrida, lo que le permitió avanzar a una buena velocidad al ritmo de The Smiths. En el camino recibió una notificación que, pudo intuir, sería de Alejandro, y eso estropeó de a poco la ambientación que había construido al interior del coche, suspiró pesado con pocas ganas de reflexionar, asumiendo el contenido del mensaje y cómo esto tenía relación con lo que acababa de hacer.

La primera postura que tomó fue una de autocritica, luego se sumaron sensaciones de arrepentimiento, seguido de culpa, vergüenza y rabia consigo mismo, luego trató de apuntar esos sentimientos hacia Alejandro pero pronto se sintió estúpido por ello, sin duda no era el mejor desarrollando sus emociones pero tampoco tenía la inteligencia emocional de un niño, pensó que lo correcto sería desplazar un momento esas sensaciones, afrontar las consecuencias de sus propias acciones y nunca más dejarse influenciar por Alejandro para ocasiones como estas. De todas maneras no podía dejar de sentirse enfurecido por malgastar su dinero, especialmente con ese idiota, y no sabía si la reacción de Alejandro sería exactamente positiva o negativa, pero sin duda no se lo iba a creer.

Alejandro le había presentado el lugar y prácticamente lo obligó a ir en dos ocasiones, siendo esta una de ellas. A Ghost por supuesto no le hacía falta nada de eso, pero él insistió en que algo de compañía no le haría mal, fue lo que le dijo mientras lo invitaba a entrar en su auto esa primera vez, obstinado y convencido de llevarlo con él. Finalmente, Ghost accedió por mera complacencia, y para sorpresa de ambos, había conseguido uno que otro encuentro luego de esa reunión, cosas muy puntuales pero que en su mayoría habían sido más bien... decepcionantes, había compartido tanto con hombres como mujeres, y si bien podía destacar a unos pocos por su buen desempeño, todos coincidían en que querían establecer algo más duradero, lo que resultaba halagador para él y beneficioso para ellos, monetariamente hablando, pero no estaba dispuesto a pagar algo más extenso ni a compartir más de lo necesario para intimar de esa manera, prefería estar solo, disfrutaba su individualidad.
Aunque en principio eso fue doloroso, tenía tan solo 17 años cuando tuvo que obligarse a aprender a estar solo a causa de un "incidente", como prefería llamarle, para no indagar en lo terrible que había sido ver cómo las vidas de sus familiares eran arrebatadas, el cómo todo lo que reconocía como su vida para ese entonces, se desvanecía, y como poco a poco fue cayendo en cuenta del vacío irreparable que ese suceso traería para su vida. Roto e inconsolable, buscó llenar ese vacío de las maneras más insanas que se puedan imaginar, se encontraba desorientado y con una furia creciente incrustada en su alma, furia que llegó a desatar en un par de ocasiones con consecuencias graves, tan graves, que de no haber sido menor para el momento en el que accionó, pudieron haberle traído problemas legales mayores. Fue contenido a tiempo, y aunque los servicios para menores en su situación le ayudaron, sus emociones nunca tuvieron mayor lugar, nunca fueron atendidas lo suficiente, y una vez que cumplió la mayoría de edad, fue abandonado y dejado a su suerte. Sentimientos que no podía llegar a desatar reaparecieron junto con otros más fuertes, desesperado y más confundido que antes incluso, buscó refugio en el ejército, una sugerencia que le hizo alguna vez un oficial de policía que lo mantuvo a su cuidado unos pocos días. Cualquiera pensaría que no es buena idea facilitar conocimientos y armamento a personas en su condición, pero la verdad es que esa decisión trajo de todo, menos consecuencias negativas. Fue difícil en principio, exigente y agotador, no recuerda cuántas veces pensó en retirarse y desempeñarse en otra cosa, pero siempre estuvo presente una sensación en su pecho creciendo y haciéndose espacio junto al rencor, algo bueno, algo que lo impulsaba a seguir adelante.