CAPITULO 4

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Noah

20 de Agosto, 2021.

La puerta se abre sorpresivamente haciéndome despertar asustado mirando hacia todos lados. Las risas de mis hermanos me hacen gruñir y volteo encontrándolos en la puerta con una sonrisa en sus rostros.

—¿Pero que esta mal con ustedes, puedo morir de un infarto? — menciono sentándome en mi cama y ambos comienzan a caminar hacia mi.

—No seas dramático Noah, nuestra hermanita creyó que era buena idea venir a despertarte, y sabes que no puedo negarme— escucho decir a Logan y entrecierro mis ojos hacia el.

—Vamos, no te enojes hermano, no siempre se cumplen 20 años, ya estas viejo— menciona Halley haciéndonos reír.

No puedo enojarme con ellos teniendo en cuenta el estado de animo de nuestra hermana estos días, Deimos se fue y eso tuvo a Halley un tanto deprimida, razón por la cual tratamos de complacerla en todo.

—Vamos, nuestros padres están esperando en la sala, y vino alguien a buscarte— escucho decir a Logan y la imagen de cierto castaño de ojos verdes viene a mi cabeza haciéndome sonrojar.

Mi hermano me mira con curiosidad y sonríe antes de darse la vuelta y comenzar a caminar hacia la puerta.

Salgo de mi cama comenzando a cambiarme con rapidez. No he tenido noticias de Rigel desde hace unos días y no puedo evitar emocionarme ante la idea de que sea el quien este esperándome.

Bajo las escaleras con rapidez con una sonrisa en mi rostro, al llegar a la sala frunzo el ceño al ver a la persona parada que me mira con una sonrisa.

—Creo vine en un mal momento, lo lamento— lo escucho decir y niego sonriéndole, comenzando a caminar hacia él.

—No es eso, solo me sorprendiste, no esperaba que vinieras— murmuro y sonríe con nerviosismo.

—Quería ser el primero en felicitarte y darte un regalo— menciona dejándome una bolsa en mis manos y abro los ojos sorprendidos ante su comentario.

—¿Cómo es que te acuerdas de mi cumpleaños? — pregunto sin dejar de verlo.

—Cuando alguien me importa se todo sobre esa persona, y tu me importas Noah— su mirada es tan intensa que no puedo evitar sonrojarme.

La voz de mi padre me hace apartar mi mirada de él sintiéndome avergonzado.

—¿Qué les parece si dejamos las miraditas para después y primero desayunamos, les parece? — la voz de mi padre no suena molesta y eso me tranquiliza por alguna razón.

—Seria mejor que me vaya, solo quería darte un obsequio— niego y antes de decir algo mi madre me interrumpe.

—No es necesario que te vayas, siempre serás bienvenido en nuestra casa Gabriel— lo veo ponerse rojo y no puedo evitar reírme ante su reacción.

—Vamos, mi familia no muerde— menciono comenzando a caminar hacia la mesa con el detrás de mí.

Comenzamos a desayunar todos y lo veo ponerse rojo cada que mi papá hace algún comentario sobre su visita tan inesperada.

Al terminar Gabriel y yo salimos de la casa comenzando a caminar hacia la parte trasera de mi casa.

—Nunca había tenido la oportunidad de hablar con tu papá— lo escucho decir y sonrío volteando a verlo.

—Tiene su carácter, pero cuando está cerca de mi mamá parece un cachorro siguiéndola a todos lados— menciono haciéndolo reír.

—Mi padre es igual, mi mamá se lo pasa regañando cuando hace alguna mala cara a las personas, mi hermana y yo solo nos reímos de el— murmura y ambos nos reímos por unos minutos.

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